Por David Martín del Campo
Ha sido el año del furor, por no llamarla rabia. Explosiones, cataclismo, tumulto permanente. 2023 pasará a la historia como un ciclo más de la provocación continua…
1– La Migración de centroamericanos (y caribeños y africanos) se ha convertido en algo más que un dolor de cabeza para Joseph Biden. Ahora mismo se anuncia una marcha masiva que ha partido de Tapachula, en los días en que la frontera de México con Texas está prácticamente cerrada al tránsito comercial. El gobernador Abbott se cansa de dictar una y otra medida para evitar el paso de los migrantes que atraviesan el río Bravo en plan desafiante. Lo que buscan es ser detenidos, solicitar asilo, permanecer algún tiempo así, en vías de que las condiciones les sean propicias. Se habla que en el plazo de un año han cruzado ilegalmente 2 millones de personas, deportadas en su gran mayoría. Las preguntas en el aire siguen siendo las mismas: ¿Qué sigue en vísperas del proceso electoral en ambos lados de la frontera? ¿Por qué se mantiene ese flujo masivo de cientos de miles?
2– Las cartas están echadas en el plano pre electoral. Años atrás se habría dicho que el “destape” estaba cumplido. La doctora Sheinbaum por parte del oficialismo, la ingeniera Gálvez del lado de la oposición. Se anuncian campañas inéditas, imbuidas de feminismo, en las que asomarán como siempre trapitos y grabaciones comprometedoras. La guerra sucia será el pan de cada día y los escupitajos salpicarán a todos. “Yo soy la opción de futuro”, se gritarán en un país donde medio siglo atrás sería imposible imaginar este escenario. Una izquierda que juega con lenguaje populista (azuzando con la lucha de clases) y una oposición que ha reunido a la democracia pseudo-cristiana con los retazos totalitarios del partido que fue del Régimen de la Revolución. Hoy Elías Calles y Manuel Gómez Morín se infartarían al observar la coincidencia.
3– La guerra en Palestina apunta a cumplir cien años. Desde antes que fuera fundado el estado de Israel (1948), la guerra contra los árabes se desarrolla en largos episodios de tregua y combate. Después de la provocadora invasión de octubre pasado en los linderos de Gaza, la consecuente respuesta militar ha ocasionado cerca de 20 mil muertes. Hubo la guerra de Jaffa, el Deir Yassin, la Guerra de los Seis Días, la del Yom-Kipur, la de Líbano, la Intifada, y ahora la Franja de Gaza. Antes era necesario esperar las fotografías de las agencias noticiosas, ahora se transmiten por teléfono celular los combates en vivo. La devastación de Gaza era lo esperado por el partido Hamas… y ganarse así la simpatía de la comunidad internacional. ¿Y Ucrania, invadida por el ejército ruso? Para su infortunio ha pasado a segundo plano.
4– La sorpresa del huracán Otis fue parte de una irresponsabilidad del gobierno. Nunca se avisó a la población de los peligros de su aproximación, y las consecuencias están a la vista. La devastación de Acapulco fue total y su reconstrucción efectiva tardará por lo menos dos años. La Convención Internacional Minera se iba a celebrar ese mismo día (23 de octubre). Fue la razón de no anunciar la gravedad del ciclón que se avecinaba. No fue una “tormentita”, sino la hecatombe con todas sus letras.
5– La matazón de Tecaxtitlán del 8 de diciembre, fue un grito de advertencia. “Fuente Ovejuna lo hizo”, habría sido la respuesta del colectivo de ese pueblo mexiquense harto de pagar extorsión por cada metro cuadrado de milpa. Se rebelaron contra los mafiosos y mataron a once de ellos con pistolas y machetes. La vendetta afloró luego que la Familia Michoacana asumiera el control administrativo del municipio, como lo hace en muchos poblados más de Tierra Caliente. Ha sido un aviso de lo que se podría repetirse en muchas rancherías dominadas por los rufianes que ocupan fácticamente la mitad el territorio nacional. Balazos, no arrumacos.
6– Es un loco desatado pero ha ganado la presidencia de la Casa Rosada. En las elecciones del 19 de noviembre Argentina echó por fin al peronismo de la conducción del país. Luego de muchos años de neo-peronismo, alabando a los nuevos “descamisados” que ensalzaba Evita Perón, hoy el país del río de la Plata enfrenta una política de shock intentando enderezar la corrupta economía del país. Lo que derrotó a la opción kirchnerista fue la inflación descontrolada del país, que se aproximaba al 170 por ciento anual. Lo cual demuestra que el aforismo de Bill Clinton no es fallido: “Es la economía, estúpido”.
7– Ya tenemos Tren Maya. El grito de los neo ecologistas no pudo frenar el arranque del primer convoy Campeche-Cancún el 15 de diciembre pasado. Movido por una locomotora a dísel, corriendo furioso a 120 kilómetros por hora, el tren es una realidad atravesando la selva de Sian Kahan. Habrá que esperar sus efectos en el desarrollo social de la región, como se anunció.