¡Basta a la marginación por motivos recaudatorios!, necesario repetirlo no una sino mil veces, ya basta de tratar de condicionar derechos ciudadanos en base a un aparente, pero falso y sesgado, mensaje de cumplimiento de responsabilidades administrativas que esgrimen muchas voces para privilegiar y sustentar opiniones, razonamientos y acciones propias. ¡Todos en este país pagamos impuestos, directa o indirectamente!..
Existe un intento de “lógica” convenciera de competencia desigual entre “formales vs. informales”, de capturados directos por hacienda vs. contribuyentes indirectos, pero esta “lógica”, en su mayoría, no es causa de un deseo individual o grupal que pretende o puede dejar de contribuir al gasto social, es respuesta obvia a una economía deteriorada, a la falta de oportunidades y desarrollo, de las cuales el gobierno es directamente responsable, derivado de lo cual intenta justificar su misma incompetencia permitiendo estigmatizar a los contribuyentes no cautivos, pero que también pagan impuestos indirectamente.
Harto de argumentos simplistas como; “no pagan impuestos, son evasores”, “no ayudan pero bien que exigen como si contribuyeran”, “yo si pago impuestos” y estúlticos argumentos similares, como si pagar impuestos directamente, les diese a los orondos contribuyentes directos un aura de superioridad moral. Un informal no paga menos que un formal u otros ciudadanos al comprar leche, chicles, útiles, refrescos, o cualquier alimento o producto gravado con algún impuesto, no paga menos al pagar luz, teléfono, gasolina o incluso al pagar predial, agua o algún otro servicio, transferencias bancarias, etc, mucho menos ningún empresario, productor o prestador de servicios pagará impuestos sin transferirlos al consumidor final en el precio o tratará de deducir dichos impuestos de manera contable, tampoco es aceptable ser discriminado por el hecho de no contar con la dicha de un trabajo formal en alguna empresa o institución y no pagar un impuesto sobre salario nominal, mucho menos ser discriminado por tener que trabajar en la informalidad (como la inmensa mayoría de los mexicanos y de lo cual el gobierno tiene una enorme responsabilidad), ni muchísimo menos el tratar de mal subsistir dentro de los limites de la legalidad debe limitar a nadie de exigir, opinar y menos cuando aún en esa condición cualquier mexicano “supuestamente” tiene plenos derechos consagrados en la constitución, además reconocer que los desempleados e informales no cuentan, lamentablemente, con facilidades como la deducción de impuestos ni derechos laborales como seguros, vacaciones, infonavit, imss, jubilación,etc., los informales y desempleados viven al día, no tiene la fortuna de planear un ahorro, menos de esperar una próxima quincena o una liquidación apegada a ley.
Finalmente el día que a un trabajador informal o desempleado le regalen una despensa diaria, le exenten de pagar renta, ya no deba preocuparse por pagar servicios médicos, ni cuotas escolares, ni gas, luz, servicio de agua y drenaje, tenencia, uso vehicular, seguro vehicular obligatorio, iva, etc, etc, etc… entonces podrán tacharle de lastre social, discriminarlo por no pagar “ISR” y marginar su voz, su voto y su derecho a exigir servicios como si fuese un indocumentado en su propio país.
Pero entre tanto eso no suceda, nunca aceptaré que alguien que sobrevive en la precariedad informal junto con millones de desempleados e informales más, les espeten groseramente que comen y viven gracias a personas que “pagan” impuestos directos por tener un trabajo formal y/o estar capturados y obligados por un sistema tributario, que finalmente obtiene ingresos de manera directa o indirecta y obligando a todos, repito a todos a pagar impuestos. De no ser así, ni los estudiantes, ni los emigrantes mexicanos, los desempleados, los informales, los ninis, los cientos de miles de indígenas e indigentes, etc, tendrían derecho a exigir, opinar, actuar, ya que ellos tampoco “pagan” impuestos directos, ni son cautivos del sistema recaudatorio directo.
Por que eso si, cuando de votaciones se trata y de sustentar la farsa llamada sistema electoral mexicano se trata, ahí si todos somos iguales ¿verdad?..
-Victor Roccas