Por Claudio De la Llata
Para nadie es un secreto que las últimas designaciones y promociones en varios puestos de la administración pública federal, tanto de grupo, como de instancia institucional, a los distintos cargos, tanto en órganos desconcentrados, como de organismos independientes, así como en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, han mostrado una constante: la inconsistencia.
Por principio, hay que decir que es impostergable señalar a Yasmín Esquivel, quien de plano la vergüenza no la conoce, y está en la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la nación, como ministra para detrimento de todos los mexicanos, pues ha demostrado que su instrucción, no sólo es cuestionable y lo que le sigue, por su tesis patito, y que expósita muestran todos los medios, dejando a la ministra algo más que mal parada, aunando que ha sido señalada de ser esposa de un constructor muy cercano a López Obrador, al grado de que sin el menor merecimiento, logró llegar como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Posteriormente destacaremos a otro personaje de la pipitilla política, quien además de estar bien quemadito, prosigue quijotescamente de manera dramática y testimonial, en la carrera presidencial, y me refiero a Gerardo Fernández Noroña, que lo mismo lo dejan con el saludo en la mano que lo agarran a golpes, y encarna el espíritu de quien pega con la izquierda y cobra con la derecha; y centrándonos en el tema de la inconsistencia, sus iniciativas pseudochavistas, protomaoistas y demagogas, no han pasado más allá de la exposición de motivos, por decir lo más, y lo único que ha demostrado en sus prolongadas vivencias legislativas, es que jamás aprendió un ápice de técnicas parlamentarias, y que le urge un curso básico en la materia.
El tercer candidato en ésta deplorable circunstancia es Víctor Manuel Lamoyi Bocanegra, quien aparentemente, Realizó estudios de doctorado en Economía Pública, en la Universidad Complutense de Madrid; es maestro en Hacienda Pública y Análisis Económico por el Instituto de Estudios Fiscales del Ministerio de Hacienda de España y licenciado en Ciencia Política por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, y que sólo pudo acreditar su licenciatura, y sus estudios de posgrado, no los ha podido demostrar, a trasluz de los sucintos hechos, en los que el banco Wells Fargo, anunció que dejaría de mandar remesas al banco del bienestar, por tener indicios claros de que ésta institución de reciente cuño, pudiera estar en el supuesto de ser el trampolín del lavado de dinero de varios cárteles mexicanos.
A este respecto, es la primera vez en los últimos 110 años en los que un banco propiedad del gobierno, es señalado por un banco estadounidense, de lavar dinero.
En la cuarta posición que no la menos importante, está la flamante consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral, y que presuntamente tiene tres títulos, uno como licenciada en sistemas (que fue a la hora lo que sí pudo acreditar), y me refiero a Guadalupe Taddei Zavala, cuya familia es un himno de carácter sinfónico al nepotismo; y no sólo eso, sino ella misma, que deja muchas dudas y llega cuestionada, de tal suerte que el Partido Acción Nacional (PAN), ya preparó una impugnación a su tan dudosa capacidad académica, que en los hechos hace ver que sólo es apta, para dar clases de macramé (aunque la verdad todavía tengo mis dudas).
Es importante decir que sin mucho rascarle, éstos son algunos de los perfiles que describen al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien se lanza de lleno al ejercicio electoral del 2024, con gente que con tanta lealtad y con tan poca y casi nula capacidad, hacen dudar al más fervoroso, que pudieran hacer un buen papel, pues su elección es una testimonial de lealtad y fidelidad, no de eficiencia, asunto que podría complicar la sucesión de Andrés Manuel López Obrador, misma que tiene a las principales fuerzas políticas del partido en el poder confrontadas, desde lo básico hasta lo más profundo, puesto que mientras Adán Augusto López promueve a Nacho Mier a la gubernatura del estado de Puebla, lo mismo hace Ricardo Monreal con el senador Alejandro Armenta, quien es el que destaca en todas las encuestas, e igualmente hace lo propio Claudia Sheinbaun con María Luisa Albores.
Ante ello, es impostergable decir que todas las designaciones de los distintos cargos y posiciones del gobierno de López Obrador se han otorgado, tomando en cuenta primordialmente la lealtad y jamás pensando en la eficiencia y en la capacitación y capacidad, que en su conjunto deben de presentar todos los perfiles de la 4T, que se han situado en el círculo de la toma de decisiones, lo cual augura un rotundo lío a López Obrador, ya que lealtad sin capacidad, es sinónimo ineludible de fracaso.
Finalmente habrá que esperar a que las cosas mejoren, pero mientras en la 4T, se preocupan porque no los traicionen… los primeros en traicionarlos serán la ecuanimidad y la cordura, al darse cuenta de que sólo lealtad no basta para lograr el triunfo electoral en el 2024, por lo que podrían perder la elección presidencial, pues quienes colaboran en esos menesteres, desde Guadalupe Taddei hasta Yasmín Esquivel, sólo han mostrado inconsistencia e ineficiencia, nepotismo y corrupción.