C O N T R A P O D E R
JUAN ANTONIO TORRES
Arresto de Adriana Fuentes, la posiciona en CJ.
Las fake news de Maru Campos.
“Si me extraditan a México, hablaré fuerte y claro, lo único que pediré es que excluyan de mi caso a mi esposa (Bertha Gómez y mis hijos”) habría dicho el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, a uno de los abogados que llevan su caso ante la Corte de Florida, ante la cada vez más inminente posibilidad de que sea extraditado en los próximos días a su país, luego de permanecer en calidad de prófugo de la justicia, por más de 4 años y poco más de 9 meses en calidad de detenido por un sinnúmero de delitos que cometió en el ejercicio de su función, al frente del gobierno de Chihuahua, en el pasado sexenio.
De acuerdo a una fuente que se ubica entre el grupo de abogados que llevan el proceso judicial que enfrenta en los Estados Unidos, el ex mandatario de Chihuahua, se supo que Duarte Jáques, habría asegurado a sus abogados defensores, ante su inminente repatriación a un centro de reclusión de alta seguridad en México, nunca en Chihuahua, que “si es extraditado a México, va hablar y muy fuerte en contra de la candidata del PAN, a la gubernatura de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, quien ha negado por todos los medios que recibiera sobornos por más de 9 millones de pesos, cuando ella fungía como diputada local del blanquiazul, y era presidenta de la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado de Chihuahua entre el 2014 y 2015.
Según lo que me reveló una persona cercana al grupo de abogados, el ex mandatario, lo único que se está negociando al más alto nivel con autoridades del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es que saquen de su caso, a su esposa, Bertha Olga Gómez Fong, y sus tres hijos, y que se proceda de acuerdo a la ley, contra él, nada más.
“A mí que me castiguen con todo el rigor de la ley, por los delitos que haya cometido, pero que saquen del proceso a mi esposa y mis hijos”, les habría dicho el ex gobernador el ex gobernador al grupo de abogados que buscan por todos los medios evitar su inminente extradición, que podría darse antes que se lleven a efecto las elecciones para gobernador, alcaldes, diputados federales y diputados locales.
Lo anterior tiene una especial relevancia, pues esto que nos fue revelado, no es más que consecuencia, de un acuerdo sub mecatum que se habría amarrado entre AMLO- y el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, durante la última gira que realizó el tabasqueño en días pasados en Ciudad Juárez, que se manejó de forma por demás hermética, ante la cercanía de los comicios el próximo 6 de junio.
Para nadie es un secreto, que el gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, ha tratado por todos los medios jurídicos inhabilitar a su enemiga, la ex alcaldesa de Chihuahua, y actual candidata al gobierno de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, la cual ha sido exhibida por sus turbios nexos, en la “nómina confidencial” que reveló el actual jefe político de la entidad chihuahuense, meses atrás, en la cual se destacaron, figuras políticas, ex funcionarios, empresarios, periodistas, que fueron sobornados por el ex gobernador de la vasta entidad, en un afán de maniatarlos, al final de su mandato constitucional y cubrirse las espaldas.
Así pues, a 54 días de los comicios constitucionales, cobraría una dimensión especial, la extradición a México, de Duarte Jáques, por los efectos que ocasionaría en los bunkers de los diferentes partidos políticos, que buscan treparse a la gubernatura de Chihuahua, pero más allá de los institutos políticos, lo que repercutiría en los diferentes candidatos a gobernador que buscan relevar a Corral Jurado, a partir del 3 de septiembre.
No habría la menor duda, que los candidatos que obtendrían un alto beneficio de la llegada de César Duarte a México, serían en un primer término, el abanderado de Morena, Juan Carlos Loera de la Rosa, quien podría presumir a lo largo y ancho del territorio chihuahuense, que el gobierno de la 4T, fue quien logró su captura, tras la entrevista que sostuvieron el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, el pasado 8 de julio, en Miami, Florida, en la única gira que ha tenido el Caudillo, de Macuspana, Tabasco, fuera de México.
Es un hecho que los morenistas, presumirían como un trofeo de guerra, la cabeza de Duarte Jáques, que según la fuente que nos alertó sobre la inesperada llegada del ex mandatario a México, exigió, como parte de su negociación, nunca regresar en calidad de reo, a ningún penal de Chihuahua, ya sea en la capital del estado o en Ciudad Juárez.
Al menos, hasta que haya concluido el actual régimen de Corral Jurado.
Por el temor de un atentado criminal contra su vida.
“Si es llevado antes de las elecciones el exgobernador, es un hecho que lo hacen con la finalidad de apuntalar la candidatura de Loera de la Rosa, previendo que ese hecho gravitaría fuertemente en la imagen de la candidata panista, María Eugenia Campos Galván, por los vínculos que ambos tejieron, en la segunda mitad del pasado sexenio, para catapultar a la entonces diputada local del PAN, como la virtual aspirante a la alcaldía de Chihuahua.
Paradójicamente, la extradición del ex gobernador priista, César Duarte, ya no le pegaría en su zona de flotación, a la candidata de este partido, Graciela Ortiz González, quien fue secretaria de gobierno en la primera mitad de ese sexenio. Hasta ahora no ha habido señalamientos que se hayan ventilado en su contra en la mencionada, nómina confidencial, que ha salpicado a medio mundo, desde luego a muchos duartis; hoy algunos en la cárcel, otros con los pies en polvorosa en la Unión Americana, en calidad de prófugos de la justicia.
En la casa de campaña de Campos Galván, no caería como un balde de agua fría, sino como una camisa de fuerza, en contra directamente de la candidata, María Eugenia Campos Galván, la cual ha negado por todos los medios su evidente vinculación, con el ex gobernador, a tal grado que tuvo que promover 8 amparos para evitar su vinculación a proceso, por el delito de cohecho, que no le impidió seguir haciendo su proselitismo partidista, desde el pasado 4 de abril cuando se arrancaron las campañas políticas.
Hay que remarcarlo, muchos son los que dudan, de la extradición, de César Duarte, como también se dudaba de su aprehensión meses atrás y ya está bajo arresto.
Obvio, que la llegada de Duarte a México, significaría un triunfo más para su acérrimo rival, Javier Corral Jurado, antes de entregar la estafeta a quien lo sustituya una vez que se conozca el resultado de los comicios del 6 de junio.
Traer de regreso, al ex mandatario priista, en tiempos de escaramuza electoral, representaría una victoria política para el inquilino de palacio, más allá de lo mediático, porqué sería una carambola de varias bandas:
Le pegaría duramente en su credibilidad a la aspirante panista, María Eugenia Campos, pero también en forma paralela, elevaría los bonos del actual mandatario estatal, en relación a su posicionamiento político con miras al 2024, que no borrarían del imaginario colectivo de Chihuahua, la pésima imagen que tienen de su desempeño al frente del Ejecutivo, que lo ubican, sin la menor duda, como el peor en los últimos 30 años.
Por otro lado, fortalecería la posibilidad de que el PRI, o Morena, se posicionen ante el electorado, a sabiendas que el voto útil, ya no sería a favor del PAN, por el efecto Duarte y los daños colaterales, que ello provocaría, sino por sus ex correligionarios tricolores, que no piden, claman que su ex jefe político, venga a rendir cuentas en su patria, por los múltiples delitos que cometió amparado en el poder.
El apellido de Duarte y toda su putrefacción, persigue como una sombra ya no a los priistas, sino a Maru Campos, y sus correligionarios, que ruegan que no regrese él exgobernador, al menos hasta que hayan pasado los comicios, so pena, que en su caída al precipicio, se lleve entre las patas, a la ex alcaldesa, quien nunca midió las consecuencias de haberse convertido en su aliada, en sus tiempos de legisladora, cuando ella, y su entonces colega, hoy su detractor, César Jáuregui Moreno, creyeron que dicha filia con César Duarte, los llevaría a alturas insospechadas, que hoy amenazan con llevar a la cuestionada ex alcaldesa, a la cárcel, cuando este viernes, tenga una nueva audiencia de imputación, ante la Fiscalía anticorrupción, que le podría fincar nuevos cargos en su contra ya como alcaldesa de Chihuahua, que serán dados a conocer públicamente por la administración del Nuevo Amanecer, con la finalidad de vulnerarla, exhibirla, ante el tejido social, que seguirá valorando la posibilidad de votar por ella, o no votar por ella.
Quiérase, o no se quiera, se dé o no se dé, la posibilidad de la extradición sigue siendo un tema que se habla en voz baja, entre la clase política y la lupa social.
Lo que es más que una verdad, es que por sí sola la presencia del ex gobernador de Chihuahua, tendrá no solo efectos mediáticos, sino más bien, políticos, que quien mejor los capitalice, tendrá altos réditos a corto plazo.
Lo que diga el parralense será noticia.
Dudo que vaya a despotricar contra AMLO.
Contra quien sí podría decir muchas cosas, es contra su némesis, Javier Corral Jurado.
¿Se aventara contra sus ex compañeros de partido, o los dejara sin tocar por los tiempos con aroma electoral? para no seguirles haciendo daño, como se los hizo durante todo un sexenio…
EN CORTO…EN CORTO…EN CORTO…
El trato vejatorio, desproporcionado que le propinaron elementos de la policía estatal, a la candidata del PRI, a la presidencia municipal de Ciudad Juárez, Adriana Fuentes, no solo fue noticia en todos los medios a nivel nacional, sino que la posicionó ante el electorado fronterizo, que si antes no la ubicaban, después de dicho incidente, ya se instaló en el radar de priistas y no priistas, que por lo menos ya se dieron cuenta que la empresaria, tuvo agallas para enfrentar a los elementos policiacos que la trataron como si se tratara de una peligrosa delincuente.
Vaya ironías de la vida.
A una mujerona como Adriana Fuentes, la ofendieron, la lastimaron, ante los ojos de medio mundo, porque puso en evidencia al gobierno corralista, quien pretendía arrancar una obra de pavimentación, que los residentes de dicha área no necesitan, ni quieren, a sabiendas que van a dejar un cochinero, cuando ya solo le quedan poco más de cuatro meses a un régimen que ha sido un lastre, un retroceso, no solo en la principal frontera de México, sino en toda la vasta entidad chihuahuense.
Le hicieron un flaco favor a la candidata a 20 días de que empiecen las campañas para ediles.
El atropello, no se lo van a cobrar a Javier Corral, sino al candidato del PAN, el ex morenista, Javier González Mocken..
POSDATA.
Se fueron de bruces, los corifeos de Maru Campos, cuando dieron una lista de ex ediles priistas que presuntamente se habrían aliado con la candidatura de la ex alcaldesa de Chihuahua, que más temprano que tarde, fue desmentida, por el líder del PRI estatal, Alejandro Domínguez.
Dicha jugada puso en evidencia, que la aspirante del PAN, se ve desesperada, angustiada, que no tiene nada seguro en los días próximos, cuando podría darse la latente posibilidad de que sea vinculada de forma definitiva a un nuevo proceso judicial, que la descarrile de la contienda constitucional por las nuevas imputaciones que le resulten en días próximos….