Redacción MX Político.- En la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) se manipula a discreción, “se manosea” la partida denominada Capítulo 3000 que operó con 70 millones de pesos en 2019, confesaron ante sus colaboradores los funcionarios Israel Benítez, subdirector de Calidad para el Deporte, y Arturo Contreras, director de Alto Rendimiento.
Apro tiene una grabación de casi una hora que fue hecha por uno de los presentes en la oficina de Benítez el pasado 4 de marzo, en la que este servidor público reconoce que, aunque estos recursos son para uso exclusivo del área que encabeza –donde se atiende a los atletas de élite del país–, hubo 306 plazas repartidas entre amigos y familiares de un grupo de subdirectores y directores de área.
Una de las personas presentes en esa reunión, Reyna Monroy Audirac, responsable de operar esta partida de noviembre a marzo, externa su preocupación porque, dice, Mariana Limón, una de las colaboradoras más cercanas de la directora de la Conade, Ana Guevara, la llamó para preguntarle “por qué se retrasan mucho los pagos” y sobre la manera en que se hacen las contrataciones.
“A mí también me preocupa ese tema. Yo misma cuando llamaba a la gente (a los contratados), cuando estaba integrando los expedientes, decía: ‘Fulano de tal, ¿quién es, quién lo conoce?’, había otros aquí en la oficina y yo no sabía ni quiénes eran”, dice Monroy a Apro.
En la grabación se escucha que Benítez reconoce las irregularidades y que las plazas fueron repartidas indebidamente, actos en los que él mismo incurrió. De hecho, algunos de los presentes son sus amigos y cobran en el capítulo 3000 por actividades que no corresponden al objeto de su contrato: Alejandro Gutiérrez López, Karla Estefanía Meneses, Andrea Rosalía Cortés y Roxana Elizabeth Velázquez, entre otros.
“La jefa (Ana Guevara) ya lo sabe –dice–, ya tiene el tema en su mesa. Ya sabe que el programa es única y exclusivamente de esta área y es un problema que nos preocupa. A lo mejor ustedes no tienen una responsabilidad, nosotros sí la tenemos, él (Arturo) y yo.
“No me puedo poner en su contra y decirle: ‘Me vale, fírmalo’ (la contratación de personas que ellos no conocen) porque aquí no sabemos quién vaya a caer tarde o temprano y nos van a caer con todo.”
Durante toda la reunión Benítez insiste en que los presentes no deben hablar con nadie de que tienen conocimiento de la manera tan sucia como opera la nómina del Capítulo 3000 pues no le conviene a la Conade, y menos a Ana Guevara, que sean públicas las irregularidades.
“Tenemos al enemigo metido en casa. Se lo dije a Arturo: a él y a mí nos traen en la mira y no es nada más que nos quiten nuestro trabajo, hasta al bote nos quieren meter (por la auditoría al Fodepar que reveló desvío de recursos y comprobaciones con documentos alterados y falsos). Pónganse en nuestro lugar (…) entonces, por favor, así se debe de quedar, no debe haber ningún comentario afuera”.
“Hay mucho manoseo”
Contreras, por su parte, reclamó a Reyna Monroy y a un contador de nombre Jaime Velázquez Granados que le pasaron a firmar una nómina sin decirle quiénes son las personas contratadas en su área, fingiendo que él no tiene aviadores ni amigos o familiares en el Capítulo 3000.
“Hay mucho manoseo. Hay gente que al día de hoy está en mi nómina y que no existe y ellos lo saben (dirigiéndose a los presentes). No me digan que no lo saben porque desde diciembre que yo abordé a Reyna y le dije: ‘Estos no los conozco y no los firmo. No los firmé y aun así cobraron’. Yo sí estoy molesto y si ustedes se pusieran de este lado entenderían la situación: debemos tener mucho cuidado porque estamos ahorita observados (la auditoría que sigue en curso) con cosas que se hicieron mal”, dijo Contreras.
“Con todo respeto, yo no soy dueño de la información –terció el contador–. Todo lo que me pidan tiene que ser a través de quien me coordina (Alejandro Arenas Contreras, quien renunció en marzo pasado). Yo no hago los listados (de los amigos y familiares de los servidores públicos) de la nómina del Capítulo 3000, yo no los creo, yo no traigo a la gente.
“He detectado que no ubico a algunos y en su oportunidad se lo dije a mi coordinador. Él tuvo la delicadeza de checarlo con las áreas. Le dije: ‘chécate a éste y a éste’. Y en las áreas dicen sí (este es mío). ¿Cómo echas a la gente si no puedes ir a su área a ver si está o no está?”, cuestionó Velázquez Granados.
Se escucha que Reyna Monroy interrumpe: “Aquí hay un punto: yo sí manejo la 3000 y conozco prácticamente los nombres; sé cómo está todo, pero no sé quién sí viene y quién no viene. Aquí todos se desgarran las vestiduras y todo mundo manosea la 3000. Esa es la verdad y nadie puede decir: ‘Yo no lo he hecho’. Por favor, yo lo sé”.
Ante estas declaraciones, Benítez no tuvo más remedio que aceptar los dichos y volvió a suplicar que no comenten a nadie lo que ha estado ocurriendo.
“Por eso les digo, vienen los cambios. Metieron a mucha gente, ya lo dijiste. De aquí no quiero que salga nada. El fondo del asunto es, lo dijiste tú (se dirige a Reyna): el 3000 fue manoseado por gente que no era de aquí (de la subdirección de Calidad para el Deporte), ese es el punto…”
Otra de las empleadas de la subdirección de Calidad para el Deporte, Sharon Romero, interrumpió a Benítez: “Lo que pasa jefe es que, usted lo sabe muy bien, el Capítulo 3000 es como la joya de la corona que muchas áreas (de la Conade) se la pelean (para tener el control y meter a amigos y familiares)”.
“La directora va a dar su determinación (sic) de que el programa es de (la subdirección de) Calidad. Los que están en otras áreas se chingaron. Todos éstos van pa’ fuera, todos éstos van pa’ fuera. Se acabó”, se escucha a Benítez supuestamente enojado.
“La cuestión es que ya ni (nos) preguntaban si había presupuesto, se enlazaban con el área de administración (que dirige Omar Hernández Pliego) y (nos avisaban) anota a fulano, zutano y perengano con tanto sueldo, por tal periodo. Y yo (me preguntaba): ¿cómo voy a (tramitar el alta) si los documentos luego eran insertados desde afuera…?”, abundó el contador.
Finalmente, Reyna Monroy cuestionó a Benítez sobre cómo actuar cuando le llamaran de las otras subdirecciones de la Conade o de la misma dirección general para pedir información sobre los contratos del Capítulo 3000.
“Les vas a decir: la instrucción del subdirector (Benítez) es que estamos en el proceso. Nada más. ‘Que dame información’. No podemos dar información. A ti que te valga una chingada, así te hable el subdirector o el director o quien te hable le dices: ‘Si quieres hablar del 3000, pregúntale a mi subdirector. Tengo instrucción de manejar todo a discreción”, advirtió Benítez.
jvg