En la lucha electoral por el Estado de Guerrero se mezcla todo. Hay una combinación escalofriante de personajes del narco, caciques, políticos corruptos, fuerzas públicas federales y locales, sociedades delictuosas clandestinas y públicas, y lo que se vaya acumulando en las campañas.
Guerrero es un fiel reflejo de la “hermosa República mexicana” que ha sentado sus reales desde que el mentecato Felipe Calderón convirtió a este país en una fosa común y clandestina. Desde que se le ocurrió oficializar el crimen organizado, por una decisión de beodo.
Desde que se borraron los linderos entre las actividades embozadas y públicas del trasiego, se dio paso a la toma de la marquesina por un “tendido” escalofriante de asesinatos, vendettas, ajustes de cuentas, desaparecidos, cremados, extorsiones, secuestros a plena luz del día y violencia perenne.
En los estados el dinero circulante, el mercado del empleo, los precios de las cosechas, los términos del comercio, los destinos de la inversión pública, los resortes del poder, la jerarquía de la información, el control por la vía del terror cotidiano, lo manejan los narcotraficantes. No lo digo yo. Todos somos testigos presenciales.
En 2011, en busca del apoyo multicolor, dizque para disputarle a AMLO la candidatura presidencial del PRD, Marcelo Ebrard utilizó los impuestos de los capitalinos para incursionar en los estados. Hizo lo que quiso, en la más absoluta impunidad.
Lo mismo apoyó, con dinero del presupuesto del DF al cuestionado Malova, que al inútil Gabino Cué, que al quedabién Moreno Valle (Higa y el Museo del Barroco), o al intrascendente José Rosas Aispuro, de Durango, colándose por los intersticios que dejaban las postulaciones oficiales de los partidos políticos.
Se dedicó a aprovechar las lagunas electorales para irse por las montañas de Ubeda, levantando y avituallando resentidos, bajo las siglas de coaliciones de Los Chuchos con el PAN, en lo que con razón se llamaron alianzas anti natura.
Así recogió en el camino a El Gordo Aguirre, en el 2011, resentido por haber sido desplazado de la candidatura a Guerrero del tricolor; naturalmente enfrentado a su primo Manuel Añorve.
Haciendo uso de todos los fondos financieros del DF, Marcelo operó la campaña y la elección de Aguirre hasta el límite de lo recomendable. Cientos de millones de pesos al servicio de la depredación y el desorden.
Muchos de los fondos de la Línea 12 del Metro, la “Línea del Amor”, llegaron así hasta Guerrero. Muchos de ellos a Iguala.
Rumores y Murmullos: EPN y Aguirre, Compadres
Gruesos flujos de recursos públicos, verdaderos ríos de dinero que eran manejados en la absoluta discrecionalidad por los nefastos Héctor Serrano y Jesús Valencia (el chocón de Iztapalapa), por aquél entonces armados “caciquitos”. ¿ Con cuánto se quedarían?
Maletas de dinero en efectivo que entregaban a Socorro Sofío Ramírez y a la parentela de Aguirre, hoy en las nóminas y en todos los bisnes mal acomodados, “inexplicablemente” (?). Cientos de aviadores y comisionados del gobierno central y las delegaciones abocados a los trabajos de campo de El Gordo Aguirre.
A cambio, Aguirre se comprometió con Ebrard a infinidad de “negocios” de larga duración . Quedó en prenda la perredista guerrerense Beatriz Mojica, encargada de los asuntos turísticos y de “desarrollo social”, desde que Aguirre fue declarado gobernador electo.
EPN nunca se paró en la campaña de Añorve, a pesar de haber asumido el compromiso de hacerlo, constatado por los grandiosos espectaculares que se desplegaron en la Costera con la foto de ambos sonrientes. La verdad es que Añorve hizo una deslucida campaña priísta. Como burro sin mecate.
El murmullo en el puerto consistía en el rumor que se construyó y había dejado correr El Gordo Aguirre de que su candidatura estaba consensuada con el PRI, a través de su compadre Peña Nieto. Serán peras o manzanas, pero todo mundo conoce la afable relación empresarial de Aguirre con algunos gerifaltes de Los Pinos, muy cercanos al Titular.
Lo cierto es que Añorve fue derrotado en toda la línea y que los grupos caciquiles, muchos de ellos controlados por El Chómpiras Figueroa, funcionaron el día de la elección, bajando de las montañas a una procesión de electores.
Los Personajes en Busca de Autor
Socorro Sofío Ramírez (así se llama), gatillero de Aguirre, fue electo senador de mayoría, no obstante la fama pública de estar involucrado en una bola de masacres y trastupijes en La Montaña. Los asuntos de la muerte del alcalde de Tlapa y del asesinato de Armando Chavarría, líder perredista del Congreso local, nunca fueron aclarados.
Luis Walton, fue ungido alcalde de Acapulco. Capitán del negocio turístico, en mancuerna con Pedro Haces, administrador de los hoteleros. Todos se conformaron con su cuota de poder. El Gordo se quedó con toda la nómina del gobierno estatal y con la franquicia del partido amarillo, para hacer lo que quisiera. Lo que sucedió.
Así llegó José Luis Abarca a la presidencia municipal de Iguala, postulado por el PRD. Cierto, era un recomendado del secretario de salud de Aguirre, Lázaro Mazón (dejado en el camino por la gubernatura), pero sin el apoyo de Aguirre, no hubiera sido ni regidor.
El mejor posicionado en las encuestas estatales, Luis Walton, en ese entonces encargado de Convergencia, aceptó la alcaldía de Acapulco, argumentando que la gubernatura de Guerrero del 2011 era para tres años y medio –los mismos que iba a ser munícipe– y que de allí podía ser postulado por la misma coalición para la de seis años.
El camino había quedado libre para el nefasto Aguirre, que a la fecha sigue controlando a la aplastante mayoría de la asamblea electiva del PRD en Guerrero, que se ha convertido en una de las razones de su inmunidad. ¡Hágame usted el refabrón cavor!
Los Bisnes Aguirre-Ebrard Hicieron Agua
Todos estos amarres fueron obra de Marcelo Ebrard. Con la maleta en la mano, nadie podía rehusarse a las ecuaciones “políticas” de los hábiles “negociadores” Serrano y Valencia, hoy implicados en negocios turbios capitalinos. No tardan en caer, aunque ahora se cubran de impunidad con la desastrada cobija de Ebrard.
Junto con Socorro Sofío Ramírez llegó al Senado el hígadito Ríos Pitter, avalado por el capricho de Marcelo. Vaya usted a saber cuál era la razón de esa complicidad, el hecho es que a raíz del enfrentamiento entre Ríos Pitter y Sofío por la candidatura para suceder a El Gordo, la relación de negocios entre éste y Marcelo empezó a hacer agua.
Para poner a salvo sus proyectos, Marcelo tuvo que retirarse. Era insoportable el ludibrio público sobre su estrecha relación con el senador Ríos Pitter, aunque aquel pretextó que la causa eran los desaires a Beatriz Mojica. Los mañosos siempre encuentran pretexto. ¡Y todavía se queja de que le quieren imponer “una pena infamante”!
El apoyo a Ríos Pitter fue incondicional. Pero fue muy caro. El berrinche del automotejado Jaguar, hecho a propósito para no enfrentar a los electores de Guerrero, pues todo mundo sabía que perdía, abrió el camino para que El Gordo, a nombre del PRD, postule dentro de días al macabro Socorro Sofío, con el apoyo de El Chómpiras Figueroa. Y, si gana, para que se entronice en Guerrero un narco-cacicazgo de antología.
El Factótum Aguirre es Incuestionable
Desde El Centro, han dejado crecer tanto a Aguirre a la sombra de la impunidad en el caso Ayotzinapa (sólo un ciego no la ve, o alguien que “no entiende que no entiende”) ¡que hasta chantajeó al PRI con la posibilidad de postular a Sofío como “candidato de unidad” para apaciguar a los guerrerenses!
El factótum Aguirre en el PRD de Guerrero es incuestionable. La dirigencia nacional tuvo que brindarle el más absoluto apoyo a las decisiones de Abarca y de él, en el sentido de no renunciar, ¡hasta que no se demostrara en una encuesta, manejada por él, que la gente lo decidía así!
¿Usted cree, entonces, que no pueda imponer la candidatura de su gatillero Socorro Sofío?
Merced a esta serie de tiquismiquis, un cauteloso PRI tomó la decisión correcta, aunque muchos aleguen que es para el “sacrificio”: lanzar un candidato local, Héctor Astudillo. En cualquier escenario, éste puede capitalizar la pulverización electoral entre el candidato “guerrillero” de AMLO, Sofío del PRD y Walton, del MC y PT.
Sí el PRI optaba por la propuesta del impune Gordo Aguirre y se unía al PRD en una candidatura de unidad con Sofío, o alrededor del rector Javier Saldaña, ponderado como plan B, ¡desde ya estaba perdiendo la elección del 2018! Y dicen que en Los Pinos lo pensaron para decidirse.
Además, el enjuiciamiento a Aguirre, a Felipe Flores, jefe de seguridad de Iguala y a los militares que se han detectado en los acontecimientos dantescos de Ayotzinapa, es una condición ineludible para que el gobierno de Peña Nieto empiece a limpiarse la cara.
Mientras no haga eso, lo demás es lo de menos. Por lo pronto, la sociedad espera en el banquillo al descocado Ebrard. Por más panchos que haga, el hecho de haber tirado a la basura 45 mil millones de pesos en la “Línea Robada” ahí está.
Coinciden en lo anterior, no sólo líderes de opinión de medios nacionales, sino observadores extranjeros, familiarizados con la manera en que masca la iguana en nuestro país. No será la primera vez que la decisión está a la mano.
Índice Flamígero: Sesenta cuerpos en estado de descomposición hallados en un crematorio acapulqueño que tenía un año sin operar… Una docena de secuestrados la noche del viernes más reciente en diferentes puntos del poblado Nuevo Balsas, en Cocula… dos botones de muestra de la gobernabilidad que impera en Guerrero…. ¡y en el país!
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