Pacientes como Juanita López enfrentan la escasez de medicamentos y la ineficacia del sector público, pero encuentran apoyo en organizaciones como la FUCAM.
En México, el cáncer de mama se ha convertido en una de las principales causas de defunción entre mujeres, con más de 7,800 muertes registradas en 2022, según el INEGI. La detección temprana sigue siendo el mayor desafío, pudiendo evitar hasta 21 muertes diarias si se actúa a tiempo. Este es el caso de Juanita López, una mujer de 58 años que, tras ser diagnosticada con cáncer de mama, se embarcó en una doble lucha: contra la enfermedad y contra la ineficiencia del sistema de salud pública.
Juanita, residente de Iztapalapa, inició su tratamiento en la Fundación del Cáncer de Mama (FUCAM) solo dos meses después de su diagnóstico. Ella destaca la diferencia en el tratamiento que recibió en comparación con su experiencia previa en el ISSSTE, donde se enfrentó a la escasez de medicamentos y materiales de curación. “Nunca había visto mi sector salud tan mal como lo veo ahora. He tenido que comprar mis propios medicamentos”, comentó, enfatizando la falta de apoyo en el sistema público.
La FUCAM, que ha estado activa por más de dos décadas, se ha convertido en un pilar en la lucha contra el cáncer de mama en México, ofreciendo diagnóstico y tratamiento a mujeres de escasos recursos. Juanita, que no tenía antecedentes familiares de cáncer, tuvo la suerte de ser diagnosticada en una etapa temprana, gracias a una revisión médica de rutina que identificó su enfermedad en fase cero. “Afortunadamente, me detectaron el cáncer en fase cero, lo cual fue clave para que los médicos pudieran actuar rápidamente”, explicó.
El proceso de tratamiento fue arduo, pero Juanita recibió atención integral, incluyendo la opción de una mastectomía y reconstrucción mamaria simultánea. “Fue un proceso muy desgastante, pero al mismo tiempo increíblemente rápido”, recordó. La recuperación incluyó fisioterapia, la cual destacó como crucial para su recuperación física.
No obstante, Juanita lamentó que la escasez de medicamentos sigue siendo un gran obstáculo. “¿De qué sirve el sector salud si no hay medicamento? He tenido que comprar cosas para llevarlas”, manifestó. Sin embargo, la FUCAM ha ayudado a aliviar parte de esta carga económica, ofreciendo medicamentos a precios mucho más accesibles. “Uno de mis medicamentos estaba a 1,200 pesos en farmacias y aquí me lo dieron a 320”, compartió.
Además del tratamiento físico, el apoyo emocional ha sido esencial para Juanita. La atención psicológica brindada por la FUCAM fue fundamental para ayudarla a manejar sus emociones y preparar a su familia ante el diagnóstico. “La psicóloga estuvo presente en todo momento, ayudando a manejar mis emociones y a preparar a mi hija”, comentó.
Juanita también aprendió la importancia de la autoexploración y del conocimiento del propio cuerpo. Desde los 27 años, se realiza mastografías anuales y ha promovido la autoexploración entre su familia y amigos. “El cáncer de mama no es exclusivo de las mujeres; todos debemos aprender a detectar cualquier cambio en nuestro cuerpo”, enfatizó.
Recientemente, la FUCAM y Uber anunciaron una colaboración para facilitar el acceso a servicios de salud para mujeres en tratamiento de cáncer de mama. Uber donará el equivalente a cinco mil dólares en viajes para ayudar a las pacientes a trasladarse a sus citas médicas, eliminando una barrera que muchas veces dificulta el acceso a la atención.
Juanita cierra su historia con un mensaje de esperanza: “Debemos hacernos estudios y buscar tratamiento a tiempo. La detección temprana puede salvar vidas”. Su lucha es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, el apoyo adecuado y la conciencia sobre la salud pueden marcar la diferencia.
Con información de Publimetro
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