Claudia Rodríguez
En la página del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF), se advierte sobre el estado mundial de la infancia 2016 y se puntualiza: “A menos que el mundo aborde hoy en día la inequidad; en el año 2030; 167 millones de niños vivirán en la extrema pobreza, 69 millones de niños menores de 5 años morirán entre 2016 y 2030 y 60 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria seguirán sin escolarizar”
Cuando quieren ser escuchados y encontrar eco real a sus peticiones los maestros disidentes o no, los médicos, los familiares de desaparecidos –sí de desaparecidos, cuando a mí de pequeña sólo me referían al famoso “roba chicos”, como algo ocasional si una mismo se ponía en riesgo–, se puede entender que sus solicitudes vayan más allá de sus propias aspiraciones personales, hay mucho de conciencia social en sus reclamos.
Cuando se conoce que la disidencia más fuerte del magisterio se concentra en Chiapas, Oaxaca y Guerrero, no puede ser ninguna coincidencia que la UNICEF detalle que en México, alrededor de 21 millones de niños y adolescentes de hasta 17 años se encuentran en total pobreza, que casi el 25% de las adolescentes y niñas están casadas y que en los estados en donde hay mayor número de matrimonios entre niños son justo Chiapas, Oaxaca y Guerrero
Esa coincidencia del olvido de las Administraciones federales, que también han negociado con la pobreza y la inequidad de muchos mexicanos; los matrimonios infantiles se concentran con índices más altos en Chiapas (44.82), Guerrero (42.41) y Oaxaca (39.1). En Guerrero, la UNICEF detalla que cuatro de cada 10 niñas de entre 10 y 14 años ya tienen al menos un hijo, por lo que la escuela se convierte en una opción cada vez más lejana.
No es ninguna casualidad tampoco, que cada vez más los niños deserten de la enseñanza básica y no sólo por necesidad, sino porque la instrucción –no los maestros–, está vacía.
No nos equivoquemos, ni dejemos que nos confundan. La lucha es por algo más que el derecho de los maestros. Es porque de una vez y para siempre el sur de nuestro país deje de ser invisible.
Ya ni qué decir de en dónde se concentran los mayores déficits en los servicios de salud y de otra índole.
No es coincidencia el grito magisterial. En este país las secuelas son históricas y nada tendrían que ver con una reforma tallada en apenas unos días por hombres y mujeres formados en Harvard y que leen para presumir, no para entender.
Acta Divina… Durante la IV Cumbre de la CELAC, el presidente Enrique Peña Nieto llamó a redoblar esfuerzos en la lucha contra pobreza y desigualdad.
Para advertir… En su mundo global, deben concebir que nada es inconexo.
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