Como usted se habrá dado cuenta hay una tendencia mundial por cambiar el lenguaje para supuestamente no ofender a un grupo minoritario muy influyente. La idea es no usar palabras que puedan ofender a algunos transexuales. Digo algunos porque no todas las personas que se identifican con preferencias sexuales o de genero distintas a las llamadas heterosexuales están de acuerdo en estos cambios de lenguaje. Muchos preferirían crear nuevas palabras para identificarse, pero otros prefieren desaparecer las palabras actuales y aplicar nuevos términos a todos por igual.
La llamada ala progresista del mundo y en especial de los gobiernos de ese corte están promoviendo cambios acelerados a la forma en la que los menores se relacionan, educan o comunican con los adultos. En consecuencia, la educación de hoy formará la sociedad del mañana. Por ejemplo, en algunos países se han autorizado leyes para prohibir a las escuelas el informar a los padres o tutores de los menores si los mismos piden a sus profesores o compañeros identificarse como un género sexual distinto al de su matrícula. Así las cosas, una escuela debe referirse al menor con el género que desee, sino que le debe permitir ir al vestidor que desee y claro ni de chiste avisar a los padres sobre esto.
También está el tema de prohibir llamar a los pederastas, pederastas por decir que esto les estigmatiza y que es mejor decirles personas con atracción sexual a personas menores y claro el ya muy sabido tema de que no solo las mujeres pueden ser madres.
Las palabras madre, padre, mujer u hombre también deberán ser cambiados según estos nuevos estándares. Pero la ciencia podría ayudar a los que piden que las palabras madre y padre desaparezcan porque ya no solo la mujer puede dar a luz.
Como hemos dicho la libertad trae riesgos de libertinaje, pero por el momento sigamos la noticia de los úteros artificiales que podrían dar luz a la próxima generación de niños sin padres naturales. Esto por supuesto puede ayudar a muchas personas que por su propia biología no pueden tener hijos.
Hace un par de años en Filadelfia se logró dar a luz a un par de corderos en una bolsa de plástico llamada bioútero artificial. Los borregos nacieron y poco después fueron sacrificados para estudiar sus órganos. Esto es muy interesante porque naturalmente de esa fecha a la actualidad hay muchos otros laboratorios desarrollando técnicas similares para todo tipo de seres vivos incluyendo humanos naturalmente. Y si uno nace de un plato de laboratorio y crece en una bolsa. ¿Quiénes son nuestros padres?
Por el momento estos úteros artificiales están siendo utilizados para poder ayudar a fetos que por una u otra razón salieron de sus madres antes de tiempo, dando a los mismos una oportunidad de sobrevivir lo que es genial.
Tal vez por eso la palabra madre, mujer o padres estén siendo ya cosa del pasado. Incluso si el gobierno tiene la capacidad de decidir si un padre o madre debe saber sobre la sexualidad de sus menores, pues en un futuro podría ser que la tutela, maternidad o paternidad sean sustituidas por el gobierno quien decidirá, cómo, qué o quienes deben vivir. ¿Suena radical? Pues sí, pero le aseguro que hace una década la idea de que una mamá o un papá no pudieran saber si su hijo menor estaba pensando en someterse a cirugía o a drogas para alterar sus niveles hormonales u órganos sexuales a los 5 o 6 años de edad era inconcebible y hoy es una realidad en varias localidades progresistas del mundo. Por cierto, el llamar progresistas a estas ideologías no creo que sea lo más correcto, pero nuevamente la distorsión del lenguaje es lo de hoy.
Yo creo que mucho más allá de preferencias sexuales, los conceptos mujer y madre son de lo más hermoso e importante en la historia de la humanidad por lo que, aunque me critiquen las seguiré utilizando con su sentido original ya que el pretender que un hombre por más que quiera pude ser mujer o madre es algo que para mí ofende. Los adultos podemos hacer de nuestro cuerpo un papalote, pero a los niños se les debe proteger de todo tipo de abuso y la exposición de menores en escuelas a temas sexuales de un lado o de otro debe ser algo que no se tome a la ligera y que cuente con el conocimiento de los padres o tutores.
Ya veremos cuándo nace o mejor dicho cuando se hace público el nacimiento del primer ser humano nacido de un plato de laboratorio y un bioútero. Estamos cerca pero antes estaremos en la sociedad en la que las palabras madre y mujer sean sustituidas por la expresión “personas gestantes” para no ofender a nadie. Y esa niñez que saldrá de la bolsa de plástico ¿será hijo de la empresa que lo pagó?, ¿Del gobierno que lo autorizó? ¿O de los científicos que lo mezclaron? Y claro esos nuevos seres podrán ser mejorados genéticamente para alcanzar lo que hace décadas se decía era el pecado de Hitler, la raza perfecta.