-Victor Roccas
Seguramente el amable lector recordará a aquel personaje de la politiquería mexicana llamado Hilario Ramirez Villanueva, mejor conocido, y aclamado incluso, como ¡Layín! ex-alcalde de San Blas, Nayarit, quien exclamó con orgullo, y pelo en pecho, ante señalamientos de corrupción que sí, efectivamente había robado pero poquito, el Layín un servidor público a quien no se le pudo fincar responsabilidad alguna pues a nadie se le ocurrió realizar una consulta popular y pues ya sabrá el estimado lector que sucede cuando no se le consulta al pueblo bueno y sabio ¿verdad? así es, resulta la misma gata pero revolcada.
Un personaje así como el Layín es por tanto digno de admiración, con una franqueza que raya en el cinismo o un cinismo franco, abierto sincero, vamos pues un cinismo honesto…
El Layín representa la ¡Quinta essentia! del politiquillo mexicano, abrigado en esa cloaca putrefacta llamada PRI, Layín logró transitar de la impunidad criminal del casi anonimato al poder de la política hace 12 años siempre al cuidado de otra gloria del PRI, Ney González Sanchez, gobernador de Nayarit en aquel entonces.
Sin embargo Layín como hijo aventajado de la partidocracia mexicana obtuvo, compró o se agenció candidatura a la alcaldía de Nayarit en el 2008 ¡Por el PAN! Así es mi estimado lector y Layín ganó la alcaldía de San Blas Nayarit gracias al PAN, otra cloaca tan hedionda como la del PRI.
Layín descubrió que la politquería era igual de aberrante en uno u otro partido y sin dejar esas profundas lecciones aprendidas en los drenajes pútridos de la partidocracia emprendió, siempre dentro de los límites pestilentes y pútridos del sistema electoral, una candidatura independiente que resultó un éxito total pues la pendejez del pueblo bueno y sabio no conoce de límites, no condiciona genero, ni edad, ni estrato social o académico y definitivamente no advierte consciencia ni memoria, así una vez más Layín como candidato sin partido del “sistemita electoral mexicano” logró ganar la alcaldía de San Blas por segunda vez gracias a lo cual, como es natural, siguió robando poquito allá, poquito acá y poquito acuyá, pero eso si, con una digamos honestidad valiente en ciernes… O cinismo pues, que helaba la sangre.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas para el Layín, no querido lector, Layín igual sufrió los embates de sus adversarios, que no eran fifis pero eran igual de ojetes, adversarios quienes ¡traspasaron! de lo personal a lo público en enero de 2009 cuando Filiberto Ramírez Villanueva (hermano del Layín), quien era locatario del mercado de San Blas, fue detenido por la Policía Estatal Investigadora y encerrado en el penal de Tepic por el delito de fraude al amparo de su honestísimo hermano.
¡Obvio que fue un gravísimo error de las autoridades!, error que afortunadamente se zanjó seguramente gracias a esa legendaria pero primitiva honestidad valiente del alcalde Layín, liberando de inmediato al dulce e inocente hermanito de toda sospecha como debía ser caray.
Pero los adversarios son vengativos y no conocen el perdón y mucho menos los abrazos pues nadie les había demostrado la caridad cristiana en aquellos ayeres, por ello al día presente se presume hay una orden de aprensión en contra del Layín por delitos de despojo de inmuebles y robo calificado por lo cual existe igualmente un supuesto amparo, pero al margen de ello se deben reconocer las grandiosas contribuciones al entendimiento fundamental de las bases de la honestidad valiente dentro de la grilla a la mexicana.
Por todo lo anterior y en vista de que nuevamente Andrés Manuel López Obrador es víctima de las malas artes que la mafia del poder intenta para desestabilizar a la 4T mediante videos repugnantes que involucran a los santos hermanitos del líder supremo de la honestidad valiente y que tan solo demuestran pequeños ilícitos, casi insignificantes… poquitos pues.
Videos y audios despreciables, absurdos, donde se evidencian únicamente unos pinchurrientos cientos de miles de pesos que son incomparables con los ¡millones de dólares! que alimentaron la gran corrupción de antaño lamentablemente aún en la impunidad pues la justicia está ahora en manos de ese pueblo bueno y sabio ante un gobierno que prefiere consultar en lugar de responsabilizarse. ¡Por qué debemos celebrar que ahora la corrupción es poquita, honesta y valiente, no como antes cuando la corrupción era “muchota”, deshonesta y cobarde!
Por ello me permito proponer al Peje como digno ganador de la medalla Layín, galardón creado por la Comunidad Mexicana de Tránsfugas Unidos (COMETU) y la Delegación Electoral Libre en la Defensa de Donaciones. (DELDEDO), debido a su contribución dentro de los avances sociales en el desarrollo, entendimiento y definición modernos de la honestidad valiente, la impunidad y la corrupción derivada.
V. Roccas.