Moisés Sánchez Limón
Todo por la demagogia que galopa en lomos de la 4T…
A su retorno de Macuspana, el inquilino de Palacio debió haber reflexionado respecto de su actitud en el mitin donde sus paisanos lo incluyeron en el abucheo que, sin duda, se han ganado a pulso el gobernador tabasqueño Adán Augusto López Hernández y el alcalde macuspense Roberto Villalpando Arias.
López Hernández no ha cumplido, entre otras promesas, con reducir las tarifas de electricidad y el borrón y cuenta nueva de los adeudos millonarios por consumo de energía eléctrica, consecuencia de las movilizaciones encabezadas hace tres décadas por Andrés Manuel que derivaron en la resistencia pacífica y la suspensión de pago por consumo de electricidad.
A Villalpando Arias simplemente lo acusan de ladrón y corrupto. A Emmanuel Carrillo, reportero de Notimex, asistentes al mitin que resultó un fiasco para halagar al Presidente, le dijeron que el alcalde se ha dedicado a robar y pocas son las acciones que ha emprendido por el bien de la comunidad. Incluso, la joven Celeste Rodríguez, vecina macuspense de plano acusó:
“Él (Villalpando Arias) es un ratero, no merece estar donde está, está engañando a la gente”.
Contra el gobernador López Hernández también hay quejas de diversa naturaleza, que pasan por aquella controvertida “ley garrote” y la persecución contra periodistas- , amén de que no le ha cumplido al presidente con su anuncio del “borrón y cuenta nueva” que le criticaron en estados del centro y, principalmente, norte del país por la preferencia en tarifas hacia su tierra.
¡Ah!, pero hay un detalle: gobernador y alcalde tienen en común su filiación partidista, la militancia en Morena, este Movimiento Regeneración Nacional que lleva más de un año en el gobierno y, en la paráfrasis del señorpresidente, “el pueblo se cansa de tanta pinche demagogia”, aunque no rime. Y ni qué decir de la sui generis forma de gobernar con el espejo retrovisor en activo.
Así que lo dicho por López Obrador en ese mitin de domingo negro, viene al dedillo por estos nuevos funcionarios que han demostrado que aquello de la honestidad valiente y la austeridad republicana son parte de una oferta de campaña que tiene especial sustento en la máxima de “prometer no empobrece”, aunque sí quita votos, valga la redundancia.
“Podemos hacer la diferencia entre la politiquería, la grilla y la tarea que tenemos todos de transformar a México, porque no hay que mezclar, hay quienes nada más están pensando en eso, en cómo se ´encaraman´ en los puestos públicos para sacar provecho personal (…) desde ahora empiezan con esto, y ¿dónde están los ideales, y los principios y el amor del pueblo? Ya, al carajo los ambiciosos, los corruptos y va parejo”, puntualizó el domingo pasado el licenciado López Obrador.
Sí, fue respecto de la venta de plazas en Pemex y las aspiraciones de los nuevos salvadores de los trabajadores petroleros que pretenden alzarse con la dirigencia nacional, en relevo de Carlos Romero Deschamps, pero que son aplicables en todo el ámbito de la administración pública.
Porque, en esto de la justiciera espada de Damocles de la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, y de Santiago Nieto, el jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera que sólo reporta al señorpresidente, ¿cómo van las investigaciones en la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y en la Comisión Nacional del Deporte, respecto de la corrupción y tráfico de influencias denunciados y documentados en la prensa?
Pero, estábamos en la noche del domingo pasado, cuando el inquilino de Palacio, antes de irse a dormir, sin el ruido nocturno en la plaza de la Constitución porque desde las diez de la noche y hasta las cinco de la mañana se prohíbe la circulación vehicular, repasó lo ocurrido en aquella zona que se imaginaba de confort y sin complicaciones, su tierra natal.
Genial como es en esto de voltear la tortilla y aplicar la estrategia de hacer positivo lo negativo y victimizarse o, lo que es mejor, demostrar que nada le hace mella y, como en su momento, Vicente Fox hizo del “hoy, hoy” una fórmula propagandística, despertó en la madrugada del lunes convencido de que “el que se enoja pierda”.
Y el enojo que evidenció en el mitin de Macuspana, aquel regaño a sus paisanos que se atrevieron a negar haber recibido apoyos gubernamentales, lo transformó en algo sin mayor importancia, un traspié vulgar que no hace mella en su popularidad, además de que, despectivo, recordó que ha habido presidentes que han gobernado con porcentajes menores. Un raspón a Enrique Peña Nieto que llegó a contar con menos de 20 por ciento de aceptación ciudadana.
Olvido que cuando preguntó si todos los estudiantes reciben la beca Benito Juárez, hubo quienes dijeron “no” y eso lo molestó:
–¡Cómo que no! La mentira es del demonio, es reaccionaria y conservadora, la verdad es revolucionaria”, reprochó con advertencia de castigo divino.
–Buenos días, presidente. Soy Lidia Arista, reportera de Grupo Expansión—se presentó la joven colega en la mañanera del lunes y, comedidamente planteó:
–Quisiera pedirle, por favor, un comentario acerca de su gira por Tabasco. Vimos ayer en un evento que hubo gritos, yo sé que no fueron hacia usted, pero usted amagó con cancelar su discurso. La oposición ya dice que se acabó la luna de miel.
En este sentido, ¿cómo lo toma usted? Vemos incluso que hay algunas encuestas que hablan de que baja la aprobación hacia su gobierno. (…)
–Pues estamos bien –respondió López Obrador–. Miren, ayer lo que dije es que hay que separar la ‘grilla’, la politiquería, de la transformación de México, son dos cosas distintas; y es muy latoso el que muchos estén anclados en la politiquería, que se hayan quedado en el almanaque, en las prácticas del antiguo régimen.
Entonces, si no digo nada, estoy aceptando, tolerando algo que considero no ayuda y yo siempre digo lo que pienso, mi pecho no es bodega.
Debe de hacerse a un lado todo eso –continuó– porque vamos a un acto, informamos. Puede ser Tabasco, puede ser Chihuahua, va un presidente municipal que no les cae bien, porque hay otros que tienen diferencias con ese presidente municipal hasta por cuestiones partidistas o gobernadores, entonces aprovechan que está el acto para la rechifla, para hasta humillarlos y entonces yo no quiero que los actos nuestros…
Y, por supuesto, se puso a salvo. Todo por la animadversión popular contra gobernadores y alcaldes, aunque ya es frecuente que rechiflas y abucheos sean contra estos servidores que no son priistas ni panistas o perredistas, son de Morena y Morena se debate entre ambiciones de grupos de sedicente izquierda.
–Vamos, entiendo que ya comenzó la transformación, falta todavía pero les aseguro que vamos a transformar a México—justificó ante la molesta militancia morenista de Macuspana.
–Es amor al prójimo no hay que pensar en la politiquería—insistió y recordó que ya vienen las elecciones. ¿La mentira es del demonio? Digo.
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