Norberto Amaya A. //// Ciudad de México a 7 de mayo de 2017.
Quiero comentarles a mis escasos lectores y a mi director que durante un espacio elemental deje de teclear mis ideas, debido a una sobrecarga de actividades físicas y compromisos personales, que me obligaron a cumplir ciertos compromisos necesarios, para además demostrar que la teoría también obliga a la práctica y que la exigencia o “vigilancia” de otros no detiene nuestro camino y mucho menos doblega nuestro ideal de compromiso con los de abajo. Dichas estás palabras voy a entrar a un tema ya por muchos mencionado en sus diversas acepciones.
La miseria humana se observa cotidianamente, pero ello no sólo tiene que ver con lo material o la falta de recursos económicos, sino también con el comportamiento de las personas, ya sea que pertenezcan a una misma formación política o a una empresa común o por el contrario, que estén ubicadas en el campo adversario. Lo miserable del ser humano se observa y se siente en todos los campos y en diversas acciones y actuaciones. No importa si es de una persona preparada o con escaso nivel de escolaridad. La miseria del ser humano afecta a otros por su odio, desprecio, egoísmo y falta de solidaridad.
Desde que tengo uso de razón y también desde que he participado en actividades profesionales, políticas o económicas, me he encontrado a estas personas nefastas que odian al de junto y obstruyen todo lo que piensan les “puede quitar su ascenso y quedar bien con el jefe”. La convivencia con los miserables de pensamiento es terrible e insoportable, llegando al extremo de que a veces se cede terreno en algunos aspectos para encontrar las coincidencias antes que seguir ahondando las “supuestas diferencias”, que por cierto son invento de los miserables sin honra y arrogantes . Son personas frustradas, se sienten “guapos”, iluminados e indispensables, dicen que el mundo se debe a ellos y que el mundo gira en torno a su rostro torvo y perverso. Son los sin cariño y los sin cariño de quienes los rodean. Pues las frustraciones y agravios que vivieron antaño, las quieren desquitar en otros que piensan son más débiles. No es así. Les deparan sorpresas.
En los últimos días, algunos amigos iniciaron la construcción de una alternativa política, social y ciudadana en la Ciudad de México, lo hicieron con la mejor de las intenciones, pero inmediatamente hicieron su aparición los gandallas, farsantes y miserables de pensamiento, entonces empezaron a ver quien les estorbaba y a quien desplazaban, para supuestamente “controlar el proceso” y llevar la “organización a modo”, para ello buscaron a desconocidos -salvo honrosas excepciones- y a incondicionales”, a gente sin escrúpulos y agachones que les dijeran que sí a todo. Ah!Pero a los demás los probaron y los pusieron a trabajar como ellos consideraban y pusieron en duda sus capacidades y sus habilidades. No paso mucho tiempo para que encontraran respuesta.
El proyecto original lo modificaron y lo acoplaron a sus fines e intenciones, se fijaron “metas propias” para quedar bien con el”jefe” y le pusieron marcaje personal a aquellos en quienes desconfiaban, pero además destruyeron la poca confianza que había entre algunos amigos y deshicieron formas de trabajo ya avanzadas y con resultados. Santificaron sus actos y le dieron rostro a su vida, pues lo que nunca habían hecho en su vida, encontraron que ahora había oportunidad de hacerlo con tal de satisfacer sus intereses personales y de grupo. No creo que sean interese genuinos y positivos. En su rostro se observa la maldad y el odio. ¡Así no van a poder pasar y lo dejamos al tiempo!
El asunto es que la perversidad humana se encuentra en todas las formaciones políticas y sobre todo en los procesos electorales y en el momento de ejercer el derecho a pensar. En el Edomex, Delfina Gómez, ha sido objeto de una salvaje andanada de ataques de odio y de perversidades, lo mismo le sucede cotidianamente a Andrés Manuel López Obrador , a Ricardo Monreal Ávila o a Alejandro Armenta Mier, entre muchos otros que verdaderamente expresan el rostro del compromiso y la dignidad humana. Los adversarios usan todas las artimañas para dañar a quienes encabezan proyectos dignos y de compromiso. El problema es que también hay fuego amigo y no todos los que ese dicen estar en unas mismas filas comparten el mismo ideal y mucho menos participan en el mismo con honor y gallardía. Veremos que sucede.
Reflexiones. En política y en la vida hay que renovarse y en la vida también, quiero señalar que junto a otros compañeros y amigos vamos a recuperar los Proyectos que dejamos a medias y vamosa hacer las alianzas y los acuerdos necesarios con organizaciones y personalidades para recuperar terreno perdido y encauzar el camino. Afortunadamente tenemos los contactos y la confianza de muchos por los años que llevamos luchando a favor de la democracia, pero antes vamosa a aclarar aparadas y a informar a quien debemos hacerlo. Eso sí, en el 2018, vamos con AMLO y con el movimiento progresista en todo el país. ¡Hasta pronto!
P.D. ¡Proyecto Nacional Ciudadano vive y Morena va!
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