José Alberto Sánchez Nava
1.-En una reciente conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador desató una polémica al afirmar que, por encima de cualquier ley o reglamento, está su autoridad moral. Este comentario surge en respuesta a las críticas por haber expuesto públicamente el número telefónico de una periodista del New York Times, Natalie Kitroeff, jefa de corresponsalía del diario estadounidense durante una de sus conferencias de prensa.
2.-El presidente defendió su acción argumentando que las conferencias matutinas son un espacio público y que, por lo tanto, no censuró la información personal de la periodista. Además, hizo hincapié en que su cargo merece respeto y que no permitirá ser “chantajeado” con señalamientos de supuestos delitos por parte de “cualquiera” refiriéndose a un artículo que lo involucraba a él y sus cercanos colaboradores inclusive a sus hijos, con un supuesto narco apoyo del crimen organizado para fines políticos en su favor.
3.-Sin embargo, esta postura plantea interrogantes importantes sobre el respeto a la privacidad y la protección de datos personales. ¿Qué pasa con la Ley de Transparencia y la protección de datos en México? ¿Es válido vulnerar la privacidad de un individuo en aras de la libertad de expresión?
4.-El presidente López Obrador parece considerar que su autoridad moral le otorga carta blanca para actuar por encima de la ley. Sin embargo, este argumento es cuestionable y peligroso en una sociedad democrática. La ley existe precisamente para establecer límites y proteger los derechos de todos los ciudadanos, incluida la libertad de expresión, pero también el derecho a la privacidad y la protección de datos personales.
5.-La exposición del número telefónico de la periodista del New York Times no solo pone en riesgo su seguridad personal, sino que también sienta un precedente preocupante sobre el respeto a la privacidad en el ejercicio del poder. Es importante recordar que en una democracia, ningún funcionario está por encima de la ley y que el respeto a las instituciones y al estado de derecho es fundamental para la convivencia pacífica y el respeto a los derechos humanos.
6.-El presidente López Obrador también aprovechó la ocasión para criticar a medios internacionales como el Washington Post, Wall Street Journal y Financial Times, acusándolos de parcialidad y de no cuestionar lo que ocurre en Estados Unidos. Sin embargo, estas críticas parecen desviar la atención del tema central: el respeto a la ley y a los derechos individuales.
7.-En un momento en el que la libertad de prensa y el ejercicio del periodismo enfrentan múltiples desafíos en todo el mundo, es fundamental defender los principios democráticos y el estado de derecho. Ningún individuo, por más alto que sea su cargo, puede arrogarse el derecho de actuar por encima de la ley. La autoridad moral no puede ser un pretexto para vulnerar los derechos fundamentales de los ciudadanos. En última instancia, es la ley la que debe prevalecer como garante de la justicia y la igualdad para todos.
8.- La Suprema Corte de justicia de la Nación a la cual ha tratado de desprestigiar el Presidente ha sentado precedentes jurisprudenciales en el sentido que de acuerdo con el artículo 16 de la Constitución Federal todo acto de autoridad debe estar adecuada y suficientemente fundado y motivado, entendiéndose por lo primero que ha de expresarse con precisión el precepto legal aplicable al caso y, por lo segundo, que deben señalarse, con precisión, las circunstancias especiales, razones particulares o causas inmediatas que se hayan tenido en consideración para la emisión del acto; siendo necesario, además, que exista adecuación entre los motivos aducidos y las normas aplicables, es decir, que en el caso concreto se configuren las hipótesis normativas.