La complejidad de la obra de Santos Balmori, sus diversos caminos estéticos y plásticos, sus distintos lenguajes que abarcan el cubismo, el realismo, la abstracción, además de su trabajo en la danza, fueron aspectos a considerar para el montaje Santos Balmori. La huella indeleble, el cual el 3 de marzo concluirá su exhibición en el Museo Nacional de Arte (Munal).
María Estela (Teli) Duarte, Emmanuel Ortiz Álvarez y Andrea González Hernández, integrantes del equipo curatorial de la muestra, ofrecieron una conferencia sobre los procesos para llevar a cabo esta exposición y la investigación de archivo que hay detrás de la misma, en el Auditorio Adolfo Best Maugard del recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal).
La muestra, que comenzó a gestarse de manera previa al periodo de la contingencia sanitaria, se propuso estudiar y descifrar a Balmori con una propuesta más seria que las que había tenido hasta ahora, comentó Teli Duarte.
“Ciertamente ha habido algunas exposiciones de Balmori en galerías y museos, hace mucho tiempo hubo una en Bellas Artes, otra en el Museo Arocena (en Coahuila) y fuera de México en el Museo de Asturias, en España.
“Pero sin duda alguna, Santos Balmori. La huella indeleble es la que se sustenta con un gran trabajo de investigación basada en archivos, porque éstos nos permiten estudiar al artista que nos va guiando, nos va diciendo cómo armar un rompecabezas, cómo entenderlo y eso es fascinante”, explicó la especialista.
Detalló que parte del objetivo de esta conferencia fue hablar, no tanto de lo expuesto en las salas, sino de lo que no pudimos exhibir, porque no estuvo a tiempo en nuestras manos, por cuestiones de espacio o porque el coleccionista decidió no presentar alguna obra.
Teli Duarte destacó que un aspecto importante fue su trabajo en la danza, “la maestra Margarita Tortajada nos abrió un panorama que no teníamos al respecto”.
Por su parte, la investigadora Andrea González habló de las colecciones que fueron la base para la integración de la exposición, entre ellas la de la nieta del artista, “que nos sirvió aún después de montar la exposición para acercarnos a ciertos archivos de los que no habíamos tenido conocimiento y que nos ayudaron a situar mejor la vida de Balmori, sobre todo en Europa”.
Posteriormente, el también investigador Emmanuel Ortiz destacó la complejidad de la obra de Balmori, “tiene muchos caminos estéticos, plásticos, lenguajes que abarcan el cubismo, el realismo, la abstracción. Personalmente conocía poco al artista y no sabía de este trabajo tan amplio, de tantos años y tan complejo.
“Santos Balmori va de una técnica a otra, regresa, sigue reflexionando. En la década de los setenta, a la edad de 80 años, un día decidió dejar la figura e irse a la abstracción, en un salto al vacío sorprendente”, agregó.
Santos Balmori. La huella indeleble está conformada por más de 300 obras que ofrecen la oportunidad de redescubrir a un artista polifacético, heredero del convulso cambio de siglo y del escenario cultural de su tiempo, la cual se exhibe en el marco del 125 aniversario de su nacimiento. Permanecerá en exhibición en el Museo Nacional de Arte hasta el 3 de marzo. Horario de visita, de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas, el recinto se ubica en Tacuba 8, Centro Histórico.
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