Las Naciones Unidas y la Cruz Roja emitieron esta semana un llamado conjunto a favor de nuevas normas internacionales urgentes para proteger a la humanidad de las posibles «terribles consecuencias» de las armas autónomas.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y Mirjana Spoljaric, presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja, dijeron el jueves que abordar los llamados robots asesinos era una «prioridad humanitaria» global.
Pidieron a los estados que establezcan prohibiciones y restricciones específicas sobre los sistemas de armas autónomos para 2026, «para proteger a las generaciones presentes y futuras de las consecuencias de su uso».
«En el panorama de seguridad actual, establecer líneas rojas internacionales claras beneficiará a todos los estados», dijeron.
Los sistemas de armas autónomos, generalmente entendidos como sistemas de armas que seleccionan objetivos y aplican la fuerza sin intervención humana, «plantean serias preocupaciones humanitarias, legales, éticas y de seguridad», dijeron.
Guterres y Spoljaric dijeron que su desarrollo y proliferación tenían el potencial de cambiar la forma en que se libran las guerras y, por lo tanto, alimentar la inestabilidad global.
«Al crear una percepción de riesgo reducido para las fuerzas militares y los civiles, pueden reducir el umbral para involucrarse en conflictos, aumentando inadvertidamente la violencia», explicaron.
«Debemos actuar ahora para preservar el control humano sobre el uso de la fuerza. El control humano debe mantenerse en las decisiones de vida o muerte. El ataque autónomo a humanos por parte de máquinas es una línea moral que no debemos cruzar.
«El derecho internacional debería prohibir las máquinas con el poder y la discreción de acabar con vidas sin intervención humana».
Crecimiento de la IA
Los jefes de la ONU y del CICR dijeron que sus preocupaciones habían sido el personal por la creciente disponibilidad y sofisticación de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial, que podrían integrarse en armas autónomas.
Ambos pidieron la prohibición de los sistemas de armas autónomos que funcionan de forma impredecible (por ejemplo, las armas controladas por algoritmos de aprendizaje automático), calificándolos de «una propuesta inaceptablemente peligrosa».
Los jefes de la ONU y del CICR también pidieron restricciones claras sobre todos los demás tipos de armas autónomas, incluidos límites a su uso, el tipo de objetivos que atacan y la escala de fuerza utilizada.
Si bien el derecho internacional prohíbe ciertas armas y restringe el uso de otras, sin un acuerdo específico sobre armas autónomas, los países podrían tener «opiniones diferentes» sobre cómo se podrían aplicar estas reglas.
«Por lo tanto, se necesitan nuevas normas internacionales sobre armas autónomas para aclarar y fortalecer la legislación existente», dijeron, calificándolas de «esenciales para evitar consecuencias terribles para la humanidad».
«Pedimos a los líderes mundiales que inicien negociaciones sobre un nuevo instrumento jurídicamente vinculante para establecer prohibiciones y restricciones claras sobre los sistemas de armas autónomos y concluir dichas negociaciones para 2026», dijeron.
En los últimos años se han celebrado conversaciones sobre robots asesinos en la ONU en Ginebra, pero los países aún tienen que encontrar suficientes puntos en común para iniciar negociaciones reales.
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