La obra de tres importantes creadores de la música universal (Johann Sebastian Bach, Antonio Vivaldi, y Carl Nielsen) cautivaron al público asistente la noche del jueves a la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, con la versátil versión de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA).
Con un lleno total (y es que el solo nombre de estos titanes atrae a multitudes), la OCBA, bajo la dirección de Luis Manuel Sánchez, contó con la participación solista de los violinistas Vladimir Tokarev y José Manuel del Águila, y de la violonchelista Fabiola Flores.
La primera obra de la noche, Concierto para dos violines en La menor, Opus 3 número 8, RV 522, del compositor italiano Vivaldi, estuvo llena de emociones y vibraciones que tocaron lo más profundo del ser, gracias a sus tres vigorosos movimientos.
En esta pieza, el ruso Tokarev, quien desde hace 10 años es el primer concertino de la agrupación musical del Inbal, y el experimentado mexicano Del Águila, crearon un auténtico dúo de violines que establecieron una verdadera comunión.
En el Concierto para violín en Sol menor, BMV 1056R, Tokarev hizo lo que todo buen ejecutante realiza al interpretar una obra del compositor alemán: entregar su corazón y alma sin concesiones.
Como todo lo de Bach, esa obra es grandiosa en sus tres movimientos, sobre todo en el segundo, donde el sentimiento aflora en toda su intensidad y augura lo que dominaría posteriormente: la música romántica.
En la siguiente obra: Concierto para violín y violonchelo en Si bemol mayor, RV 547, de Vivaldi, se lucieron en todo su esplendor el ruso Tokarev y la mexicana Fabiola Flores, quien posee una refinada y sorprendente técnica de ejecución.
La obra requiere de un absoluto dominio de ambos instrumentos, y en el caso de Tokarev y Flores, significó un duelo interpretativo, en el que la pasión fue el elemento predominante.
La Pequeña suite para cuerdas en La menor, Opus 1, de Carl Nielsen, le dio un giro de 180 grados al concierto, el cual hasta ese momento era barroco. Esto no disminuyó la calidad, sino al contrario, aumentó el interés del público.
Los tres movimientos de la obra del danés, fallecido hace 92 años, integran lo que podría llamarse un poema sinfónico, una pieza plena de sonoridad.
La OCBA volverá a presentar el mismo programa el domingo 23 de abril a las 12:00 horas en el Auditorio Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música, en la colonia Polanco, con entrada libre.
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