No hay nada más ilusorio en política que un pacto. La realidad termina por vencerlos, por demostrar su inutilidad. Desde que en la antigüedad latina se ocurrió mencionar que pacta sunt servanda (lo pactado obliga… ccasi como a un esclavo), el desarrollo de los acontecimientos posteriores desdijeron la sustancia.
Efectivamente, el añadido de la alocución rebus sic stantibus (estando así las cosas) le otorgó contenido a este asunto: los pactos se cumplen si las condiciones acordadas siguen siendo las mismas (el famoso rebus sic stantibus). La humanidad del siglo veinte lo comprobó. El Tratado de Versalles, debido a la tozudez de Clemenceau, el amo de los acuerdos, fracasó por las circunstancias posteriores.
Impuso gravámenes tan elevados que la hambruna alemana, después de la Primera Guerra, llevó a los nazis al poder, y exigió a los dirigentes a violar todos los compromisos adquiridos, hasta los que el Premier Chamberlain presumió en Londres haber logrado con Ribbentrop y Hitler. La expansión alemana era incontenible.
Ni un zorro de la astucia de Molotov logró amainarla. Los requerimientos ingleses y soviéticos se estrellaron frente a las condiciones estructurales de la guerra europea. La obsesión de los pactos políticos para disfrazar los establecimientos superficiales sucumbió siempre ante la terca realidad que mencionaba Gramsci.
Treinta años de pactos tripartitas redundaron en enormes fracasos
La hegemonía estadounidense sobre los capataces de aquí del rancho grande ha hecho pensar que de lengua nos comemos un plato. Pensar en los pactos siempre nos llevó a tropezar con la misma piedra. Creer que Miguel Alemán podía negociar con Truman, que Ezequiel Padilla traía en la bolsa la lealtad de Eisenhower, o que Videgaray dominaba a Trump, y no pudo ni con su yerno.
Que la realidad podía superarse a base de pactos tripartitas, gobierno-empresarios-trabajadores, el cuento que dominó la escena durante treinta años, de Echeverría a Zedillo… que los acuerdos cupulares sustituyen a la voluntad popular… o que los pactos interpartidistas llevan directo a Jauja. Si no hay voz cantante, ninguno se cumple.
Parece que los pactos están hechos para romperse. Siempre sucede cuando no hay una voluntad dominante en los mismos que obligue a los demás a acatar los ofrecimientos. Un pacto se da cuando la contraparte tiene algo que el otro no tiene, y ambos lo pueden cumplir . Si no, la alianza no existe.
Si de entrada nadie tiene la fuerza ni la oferta para cumplirlo, el pacto es ilusorio, un poco menos que fantasioso. Peor es cuando la realidad apunta a que no tendrá viabilidad ni futuro. Así nos ha ido. Y no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Lo empujan los empresarios Baillères, Slim, Ramírez, Tricio y Larrea
Al interior de las alianzas de partidos en la actual campaña presidencial, la del PRI con sus mozos de estoques, el PVEM y el Panal, subsiste por la necesidad de los indigentes minoritarios de colgarse a cualquier gancho, so pena de fenecer. Igual sucede con la del PAN, PRD y MC. Todos buscan la subsistencia. Tienen que jalar juntos.
Por el lado de la formada con Morena, PT y PES, ni hablar. Se hará lo que el factor dominante opine. Máxime cuando es el único responsable de que la alianza ganadora tenga arriba del 50% de la intención de voto. Ahí ni hablar: donde manda capitán no gobierna marinero. Y es el pueblo el que ha decidido.
Pero hablar de otro, es fantasmagórico. Aunque los empresarios de la cúpula, atizados por los archimillonarios favoritos Baillères, Slim, Ramírez, Tricio y Larrea estén desesperados porque alguien defeccione a favor del otro, llámese PAN o PRI, el asunto adquiere caracteres insalvables. Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Son masturbaciones políticas.
El PRI ofrece impunidad a cambio de los votos que tiene el PAN
La pregunta básica es: ¿quién va a confiar en la palabra de Peña Nieto? Y de ahí todas las demás. Para celebrar ese pacto, el PRI ofrece impunidad para el lavador queretano del sexenio, que tampoco se distingue por cumplidor de sus promesas. El PAN tiene los votos que según el PRI le faltan para ganarle al puntero. Los dos quieren lo mismo. Pero el PRI quiere también la impunidad para Peña Nieto. Los dos perros quieren el mismo hueso. Y no hay hueso.
Pero para su desgracia, ambas ofertas son irrealizables en el terreno de los hechos. En el momento en que la gente sepa de esa audacia inverecundia, los poquitos que creían en sus afanes y mentiras de campaña acabarán saliéndose de ese huacal y migrando hacia Morena, el único puerto seguro en este vendaval.
Ni uno ni otro, ni el PRI ni el PAN, tienen salida real. Las dos franquicias mayores hasta ayer, han llegado a su punto de quiebre, están vencidas por el tiempo y las circunstancias. Podríamos decir que un pacto PRI-PAN de esa naturaleza llevaría a la extinción de las dos fuerzas. Es lo que dice la población. Y la voz del pueblo… es otra cosa.
Seguros de cometer el fraude y la violencia más grandes de la historia
La desesperación de priístas y panistas por conservar los privilegios de los partidos ha llegado al límite del paroxismo. Hoy más que nunca es evidente que ante la imposibilidad de realizar el proverbial fraude, pueden recurrir a vías sangrientas en estados que antes eran sus bastiones: Estado de México, Veracruz, Chiapas, Puebla, Jalisco, por decir las de mayor padrón.
Truculencias mayores a las que hemos visto, con la estela sangrienta de casi doscientos candidatos ejecutados en los meses de campaña. Un récord que sólo supera la campaña de Carlos Salinas de Gortari en el ’88 que masacró a quinientos frentistas del partido amarillo.
Y es que están seguros de cometer el fraude y la violencia más grandes de la historia. Así se deduce de los pronunciamientos salidores de Peña Nieto y Meade, que todos los días aseguran que van a ganar “con la fuerza de las instituciones”… y todos sabemos lo que esas amenazas quieren decir a boca de urna. Quieren ganar a contrapelo. A costa de la sangre que sea.
Y a fuerza ni los zapatos entran. Aunque Yunes, Moreno Valle, Aristóteles y Velasco entreguen todas las maletas de dinero a las casas encuestadoras y periódicos de postín que sólo retratan lo que la gente opina. Ríos de dinero al caño para proteger las tendencias que justifican cualquier fraude, cualquier masacre, cualquier gente.
Legitimar al PRIAN, para seguir impunes y proteger su rapiña desbocada
Así las cosas, los pactos que obligan a los que los suscriben como se obliga a un esclavo, podrán firmarse entre las cúpulas, pero de ahí a que pasen hacia abajo, es otra mentira para los incautos. Nadie tiene la fuerza moral para obligar al pueblo al suicidio. Se acabaron las estratagemas, se suicidaron los estrategas. Todo por buscar la impunidad y proteger la rapiña dislocada.
Panistas, priístas, perredistas, frentistas y demás partiditos, han llegado al final de esta historia: celebrar pactos fantasiosos y perder los registros políticos de sus partidos. No hay de otra. El veredicto ha sido dado. Aquí se acabó el baile. Aunque la orquesta siga tocando, ese Titanic ya se hundió.
Y hacia atrás, ni pa’ tomar vuelo.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Me dice don Miguel Ramírez, desde Torreón, Coahuila: ” Permítame disentir, Francisco, de su breve referencia a Ricardo Alemán –publicada ayer aquí. No creo haber leído a este sujeto ni siquiera dos veces. Con una sola me bastó para darme cuenta que lo que abunda en sus colaboraciones es la ruindad, la vileza, el odio y la falsedad. De su tuit reciente ya se ha hablado suficiente. Imperdonable que alguien incite a cometer un acto de extrema violencia en contra de cualquier ciudadano. Si no estoy mal enterado, Alemán tiene una agencia de publicidad, como tantos otros periodistas. Él, y algunos de éstos, han modificado la vieja frase deportiva ‘con el campeón hasta que pierda’ en ‘con el que reparte publicidad hasta que deje de hacerlo’. Ricardo Alemán es uno de los más claros ejemplos de textoservidor.” + + + Luis Ernesto Derbez sentencia: a Ricardo Anaya ya se le acabó el tiempo para poder alcanzar a Andrés Manuel López Obrador. + + + Otro panista que también ya da por muertas las aspiraciones del queretano es el junior de Miguel Ángel Yunes Linares, quien con el apoyo de todos los recursos gubernamentales, los que él cree que son “de su papi”, contiende por la gubernatura de Veracruz. Dijo el imberbe, según reporta el colega Aurelio Contreras: “‘Seremos un contrapeso a las locuras de este señor (…). Estoy acostumbrado a trabajar en la oposición, ya trabajé con dos gobernadores que me hicieron la vida imposible y no pudieron’. Estas fueron las palabras del candidato del PAN-PRD-Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Márquez, cuando habló de lo que haría en caso de ganar la elección del 1 de julio frente a un eventual gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador”.
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