* Pero… ¿Cuál dinero de la señora?
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial expediente Ultra
En otro pésimo día para el presidente Andrés Manuel López Obrador, la Security Exchange Comission de EU (SEC) admitió la denuncia de la senadora panista Xóchitl Gálvez para investigar posible conflicto de interés en torno a la mansión de Houston, Texas, y además, el columnista de El Financiero, Raymundo Riva Palacio publicó datos reveladores acerca de lo que podría denominarse “trayectoria profesional” de Carolyn Adams, que ponen en seria duda que la esposa de José Ramón López disponga de recursos para costear el fastuoso tren de vida de la pareja.
“Al parecer, la señora tiene dinero”, dijo el presidente López Obrador, hace ya casi un mes, cuando se publicaron fotos de una mansión en la zona más cara de Houston Texas, a manera de explicación de cómo su hijo y nuera podían proporcionarse un tren de vida por demás ostentoso.
Pero si hace unos seis años no tenía dinero para pagar la renta de un departamento en Polanco y se vio en la necesidad de “recurrir a amigos” para que la ayudaran, la conjetura es que no se explica si para 2019 podía presumir de ingresos cuantiosos, toda vez que sus relaciones con empresas como “Cava Energy” se habían finiquitado años atrás.
Por otro lado, un día después de que el diario “La Jornada” (de los medios más favorecidos con dinero oficial) publicó un “contrato” sin la firma del arrendador, donde se estipula un depósito en pesos mexicanos por casi 120 mil pesos y el pago inicial por alquiler de una cantidad igual, la senadora panista Xóchitl Gálvez, en compañía de una eufórica bancada blanquiazul, anunció que la SEC dio entrada a su denuncia por posible conflicto de interés en el supuesto arrendamiento del inmueble, posible propiedad de un ex ejecutivo de la firma Baker-Hughes, contratista de Pemex.
La denuncia fue aceptada con el número de folio 16439-711-457-818. Con amplia sonrisa, Xóchitl dijo a los reporteros: “Que Morena no coma ansias, que ellos están acostumbrados (a resolver asuntos) de manera autoritaria”.
Con una investigación oficial en Estados Unidos el escándalo de la mansión de Houston toma un cariz diametralmente opuesto al panorama que surgió a finales de enero, con la revelación de la vida de magnates de la pareja López Beltrán-Adams.
EN SU PROPIA BOCA
“No sé a qué me voy a dedicar… el tiempo lo dirá”, respondió José Ramón López Beltrán a los reporteros que indagaban sobre el futuro del hijo del presidente López Obrador.
En ese momento tenía encima el compromiso de un hijo recién nacido (registrado en Houston) y de una esposa acostumbrada a un tren de vida lujoso. Era para asombrar a cualquiera, pero el tema pasó como cualquier anécdota inocua.
Pero para entonces hacía ya por lo menos dos años en que en redes sociales se difundían imagénes de la pareja López Adams, de vacaciones nada menos que en Dubai, uno de los Emiratos Árabes, famoso por sus hoteles de superlujo de por lo menos 25 mil dólares por noche; jets privados y paseos en yate. No faltaban espontáneos al ruedo que afirmaban, “indignados”: “Son fotomontajes”.
¡CON AMIGOS DE LOZOYA!
Pero Riva Palacio publicó hoy martes en “El Financiero” una confirmación de lo que muchos malpensados conjeturamos de inicio: La señora Adams tiene una trayectoria en el mundo energético-petrolero que no parece de una ejecutiva de “Ivy League” sino, en el mejor de los casos, de una cabildera de las que abundan en los negocios petroleros del Tercer Mundo.
El texto periodístico puede darle más tragos amargos al presidente López Obrador. José Ramón y Carolyn fueron presentados por Erik Legorreta, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Petrolera, personaje cercano a Froylán Gracia García, amigo de Emilio Lozoya. Éste le nombró Coordinador Ejecutivo de la Dirección General de Pemex, en donde generó quejas de inversionistas por el “cobro de cuotas” por millones de pesos para tener una cita con Lozoya. Añade Riva Palacio: “Legorreta tiene una historia turbia” y hace poco se abrió una carpeta en Villahermosa por fraude contra Pemex por 60 millones de pesos.
Pero Legorreta no fue el único contacto con Lozoya. Cinco años antes, en Dubai conoció a Carlos Álvarez, presidente de “Stella Holdings”, que entre otros negocios tenía afiliado a “Cava Energy”.
Carolyn llegó a Dubai como becaria según su propio dicho, vinculada a la Universidad Americana de Dubai, pero su nombre no aparece en Internet. Conocidos suyos dicen que el entonces secretario de Energía de Calderón, Jordy Herrera, la ayudó para viajar a Dubai, con un empleo en “Pro México”, organismo de los primeros que desapareció AMLO. (Herrera lo niega).
Pero su relación en Dubai con Álvarez tuvo como resultado un empleo en “Cava Energy”, en Monterrey, donde comenzó gestiones para conseguir contratos en Pemex, para lo cual tuvo la ayuda de Arturo Henríquez Autrey, viejo amigo de Lozoya, quien renunció a su puesto en Pemex en medio de escándalos y los tratos con Carolyn se cancelaron.
En 2016 salió de “Cava Energy” y volvió a CDMX, en la zona de Polanco, donde tuvo problemas para el pago de la renta. Recurrió a otro conocido, Eduardo Arratia, dueño de la firma energética SCAP, quien le prestó un departamento en Bosques de las Lomas y después, una casa en Woodlands, una de las zonas residenciales más caras del norte de Houston.
Ya tenía un año con José Ramón cuando le prestó otra casa en la zona de Wheatstone, al sur de Houston.
Todavía en 2019, ya casada, Arriata le prestó otra casa y ese mismo año el matrimonio se mudó a la famosa “Casa Gris”.
En suma, que todo esto generará disgustos añadidos al presidente. Sería extremadamente raro que no conociera estos datos, muy sintéticos, acerca de su nuera. En otras circunstancias y con otro suegro, este historial de Carolyn no significaría mayor problema, pero para AMlO, el mundo privado del petróleo, en sí mismo, sin contar manejos ilegales, por asuntos ideológicos, le provoca repulsa.