Metrópoli
Francisco L. Carranco.
Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México, fue condenado a 38 años y seis meses de prisión por un tribunal federal en Nueva York.
Este fallo, dictado por el juez Brian Cogan, marca un momento crucial en la historia judicial, ya que García Luna es el funcionario mexicano de más alto rango en ser juzgado y condenado en Estados Unidos por sus vínculos con el narcotráfico.
Un Funcionario Doble Cara
Durante su tiempo en el gobierno de Felipe Calderón, García Luna fue considerado un “superpolicía”, liderando la guerra contra el narcotráfico.
Sin embargo, su condena revela una realidad sombría: aceptó millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa mientras prometía combatirlo.
El juez Cogan, dijo: “…usted tuvo una doble vida”.
Y comparó su conducta con la de Joaquín “El Chapo” Guzmán, enfatizando que, aunque no disparó un arma, su traición a México, autenticando el delito de cuello blanco; facilitó la violencia y el sufrimiento en nuestro país y Estados Unidos hasta hoy mismo.
La sentencia incluye 460 meses por cuatro delitos relacionados con narcotráfico y seis meses adicionales por falsedad de declaraciones, se le impuso una multa de dos millones de dólares.
Esta decisión no solo busca hacer justicia por sus crímenes, sino que también envía un mensaje claro sobre las consecuencias legales que enfrentan aquellos que abusan de su poder conferido por el estado y se esconden en el escudo del mismo.
Responsabilidad longitudinal ya que los delitos en la era calderonista se hacen presentes y la justicia tarda, pero llega.
La condena generó reacciones diversas.
Fuera del tribunal, manifestantes exigieron justicia y señalaron la complicidad del gobierno mexicano en la corrupción.
La defensa de García Luna argumentó que había perdido todo lo que había trabajado para demostrar en sus dichos y alegatos la inocencia que le daría libertad, pero el juez desestimó esas afirmaciones y lo condenó a 38 años de prisión, no sin antes decirle que habrá un tiempo para ver la luz al final del tunel.
García Luna ha anunciado, a través de su defensa, su intención de apelar la sentencia, alegando que fue víctima de un juicio injusto.
Sin embargo, la magnitud de sus crímenes y el impacto que tuvieron en la vida de miles de personas hacen que su condena sea un paso significativo hacia la rendición de cuentas en México.
Tarde lo que tarde.
La sentencia a Genaro García Luna representa un avance importante en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, el caso es un recordatorio contundente de que las acciones tienen consecuencias y que aquellos que traicionan la confianza pública enfrentarán la justicia, tarde que temprano y además el juicio histórico que será para la sociedad, una historia que resalta la importancia de la integridad y el compromiso con una sociedad más justa bajo la tutela de la Nación.