Claudia Rodríguez
En este 2016 puede no haber terminado la pesadilla electoral para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y comenzar la misma, para muchos quienes creen tener todas consigo en la esquina del Partido Acción Nacional (PAN).
Luego de los resultados de la pasada elección del 5 de junio en catorce entidades del país en la que se alzaron como los grandes ganadores los panistas –que hasta ahora han soslayado las ayudas aliancistas—, y que los priistas han tenido que admitir su debacle frente a la falla en lo esperado de sus cálculos favorecedores, ambos partidos están ya trazando la ruta hacia el 2018 con la escala en el Estado de México para este 2017 en donde se juegan el voto de 11 millones de ciudadanos –o quienes dejen atrás el abstencionismo.
Antes panistas y priistas –y el mismo Andrés Manuel López Obrador de Morena–, deberán pensar en lo que suceda el martes 8 de noviembre en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre en nuestro vecino país del norte, los Estados Unidos.
Hasta ahora, concediendo que Hillary Clinton –ya sin el senador por Vermont Bernie Sanders en la nube aspiracional de los demócratas– y Donald Trump sean quienes compitan la elección presidencial estadounidense, la misma ya tiene un peso de género importante.
Más, si Clinton se levanta como la candidata ganadora dando continuidad a las políticas de gobierno de los demócratas, aquí en México el eco de una mujer al frente del hasta ahora país hegemónico como lo es los Estados Unidos, será un golpe brutal en las conciencias ciudadanas y en la última acción del sufragio.
En efecto, será la panista Margarita Zavala quien podría tener un mayor empuje si Hillary se convierte en la presidenta estadounidense en este mismo 2016.
Los cálculos de todos los partidos políticos, alianzas e independientes deben tener listo el escenario y las líneas de acción de cómo encausar el voto femenino no sólo hacia la figura de una mujer, sólo por serlo. El escenario es muy probable.
En tanto los panistas adversarios a Margarita Zavala y al propio presidente Felipe Calderón, deben de tener en cuenta que el factor Hillary Clinton es de peso específico y arrastre para quienes dentro del PAN aún no crean en la candidatura presidencial hacia el 2018 de Zavala.
Así como el Gobierno federal desestimó las aspiraciones de Donald Trump quien tiene también reales posibilidades de ganar las presidenciales estadounidenses, no vaya a ser que ahora transiten desestimando la fuerza que a querer o no va ganando Margarita Zavala.
Acta Divina… “Seré la candidata del PAN para el 2018 y vamos a ganar”: Margarita Zavala.
Para advertir… Que broten candidaturas independientes sensatas.
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