La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Era tan protagónico que cuando le preguntaba al espejito se contestaba él mismo
Relato originado en la Biblia (Gn. 11:1-9), en la actualidad, el concepto de la Torre de Babel tiene la connotación de confusión, desorden, imposibilidad de comunicarse.
Eso es justamente lo que está ocurriendo con las conferencias protagonizadas por el zar ‘anti’ COVID19, doctor Hugo López-Gatell, quien al buscar construir realidades alternas (es una forma elegante de definir una mentira), se convirtió en damnificado de sí mismo.
Aprendiz de grillo disfrazado de científico, don Hugo es presa de la vanagloria (como Nemrod) y, ambicioso, ha pretendido construir un andamiaje político que le permita, por lo que se ofrezca, ponerse por encima de sus compañeros de gabinete.
Desconocedor de los moditos ‘a la mexicana’, no capta que la sobreexposición mediática es una espada de dos filos, en lo particular, si no hay consistencia en el discurso.
Buen tribuno, pero mal jugador, el epidemiólogo ignora el timing sexenal y por lo tanto, apostó el resto, para lo cual extendió cheques sin fondo, o lo que es lo mismo, alteró datos.
Lo grave (lo que ocurra con su carrera administrativa es menor), radica en que el manejo propagandístico de la información, tendrá costos en vidas humanas y dinero para todo el país, circunstancia, que con todo y la ‘felicidad’ futura que nos espera, es irreparable.
Lo único que juega a favor del don, es que su patrón no se equivoca, eso le dará impunidad.