— En general, ¿cómo se encuentra la familia michoacana? –preguntó el entrevistador Fernando del Collado a Luisa María Calderón, en su programa Tragaluz, allá a principios del mes de mayo.
— Peleándose con Los Templarios y con los… –contestó la senadora, hermana mayor del ex ocupante de Los Pinos.
— Bueno, no. Le pregunto por los Calderón –aclaró, interrumpiéndola, el entrevistador, quien estaba en los prolegómenos del programa.
— Los Calderón estamos bien, a punto de celebrar los 90 años de mi madre… –contestó la señora a quien apodan “La Cocoa”.
Pero no. No es cierto. Los Calderón no están bien. Al menos no lo están Luisa María ni Felipe Calderón. Ambos están enfermos. Obsesionados con la pérdida del poder mal habido. Ofuscados en su cruzada personal contra la delincuencia que asuela su terruño natal. Dolidos por el repudio popular que se han ganado a pulso, mismo que los derrotó en las elecciones estatales de 2011 y en las federales del 2012. Ella no llegó a la gubernatura anhelada. Él le entregó el poder al PRI de sus odios y rencores.
Felipe y Luisa María, ha dicho apenas el capo Servando Gómez a quien se conoce por su alias “La Tuta”, iniciaron su guerra en Michoacán por cuestiones personales, familiares.
En un video “subido” a YouTube el anterior miércoles 27, “La Tuta” explicó que el conflicto entre su organización y la familia Calderón Hinojosa, surgió en noviembre de 2006 porque Los Caballeros Templarios habían plagiado a un primo del ex ocupante de Los Pinos, de nombre Alfonso Reyes Hinojosa.
Detalló que lo “retuvieron” porque tenía adeudos por 30 millones de pesos con cuatro pequeños empresarios de Morelia y que se negaba a pagarlos argumentando que no tenía que hacerlo pues era primo del entonces presidente (sic) electo.
“Nos pidieron la atención, la atención nos la pidió Luisa María Calderón Hinojosa, por medio de su hermano Juan Luis (Calderón), que por qué no soltábamos a la persona, que nos estábamos metiendo con la familia del presidente, a lo cual llegamos a un arreglo.
“Fue el primero de noviembre cuando retuvimos al señor, del 2006, y lo soltamos el 2 de noviembre de 2006, más o menos un mes antes de que tomara posesión el electo que era Felipe Calderón Hinojosa”, agregó.
Y así, por eso, ya ocupando militarmente Los Pinos, Calderón declaró la guerra a Michoacán.
Y con eso inició la cosecha de 70 mil cadáveres en su cuenta.
UNA, DOS, TRES VECES
Temeraria, la senadora Calderón Hinojosa acusó hace unas semanas la presencia de un grupo de Templarios en el Senado de la República. Hizo sus señalamientos a destiempo. Muchos días después de que, según ella, los presuntos delincuentes asistieran a una reunión con legisladores de la comisión senatorial de seguridad pública. Perdió credibilidad, si es que alguna vez gozó de ella.
No obstante, el Senado, a través de su presidente Raúl Cervantes, pidió a la PGR una investigación al respecto. Pero la dependencia encabezada por Jesús Murillo Karam devolvió la pelota, apuntando con razón que es una investigación que corresponde al Poder Legislativo.
Empresarios señalados como delincuentes han avisado de una demanda en contra de “La Cocoa” por involucrarlos, por confundirlos.
Ligera de lengua, la señora Calderón también ha acusado a un hijo del gobernador Fausto Vallejo de supuestos involucramientos con “la maña”. Le han pedido pruebas y, claro, como no las tiene no las ha presentado.
Pero, inopinadamente, se le apareció “La Tuta” en un video. Y dijo que no una, ni dos, sino tres veces la senadora ha tenido acercamientos con él, ya para pedirle la liberación del “primo del presidente (sic) electo”, ya para demandarle apoyos para su fallida campaña por la gubernatura a cambio de “respeto” para la Familia Michoacana y los Caballeros Templarios.
Doble discurso. Doble moral.
No ha mucho, una asesora directa del secretario Miguel Ángel Osorio Chong preguntó a este escribidor si tenía noticia de la entrevista que una colega había hecho a “La Tuta”, unos meses atrás.
Le respondí no conocer ese trabajo peridístico y, para ponerme al tanto, me platicó:
“Dice en la entrevista que se le acercó la senadora Calderón a pedirle apoyos para su campaña a la gubernatura. También habría ido con él quien entonces era candidato del PRD a la gubernatura, Silvano Aureoles, pero a éste no lo apoyaron los Templarios porque iba en tercer lugar en las encuestas y no tenía posibilidades de ganar”.
Noticias nuevas no da “La Tuta”.
Ya se sabía desde antes que “La Cocoa” tenía ligas con “La Tuta”.
Doble discurso. Doble moral.
¿A quién creer? ¿A “La Cocoa”? ¿A “La Tuta”?
Índice Flamígero: Cada vez más, el mexicano es un Estado policiaco. Las inconformidades se acallan con represión. Seguimos sin avanzar. Más bien retrocedemos. Regresamos al pasado oprobioso. Y cada vez se denuncia menos, por temor.
Este articulo me hace recordar la definicion de AMANUENSE: “Persona que escribe al dictado”. Tambien recuerdo algo muy usual en el mal periodismo, las gacetillas. y