homo políticus
«El Gobernador no es Dios»
Con maestría en Derecho Penal, pero sin los valores y antecedentes éticos, el abogado Luis Jorge Gamboa [Distrito Federal, 1974] fue designado magistrado del Tribunal Superior de Justicia del estado de Morelos, hace 11 años.
Esos valores y antecedentes que exige el constitucionalismo, son «fama pública» y «buena reputación», además de «honorabilidad profesional». La Reforma Judicial promovida por el margarismo, conlleva el propósito de regenerar de fondo la cosa pública. El Lawfare gubernamental al pleno del Poder Judicial no es en absoluto una ocurrencia o capricho, sino una urgencia ante la descarada politización de la administración de la justicia.
Hace 11 años el gobernador era Graco Ramírez y los diputados a la Legislatura 52, entre otros, eran Juan Ángel Flores, Carlos de la Rosa, Raúl Tadeo, Lucía Meza, Érika Gordillo y Rosalina Mazari, todos subordinados al peor gobernador de la era moderna del estado, hasta que lo superó Cuauhtémoc Blanco.
No fue Gamboa designado por Palacio de Gobierno por méritos académicos ni profesionales, sino por su idoneidad para servir al mandatario de turno, como fue hasta 2018. Después se hizo subordinado de Blanco en lo gubernativo-político-judicial, y hasta en lo futbolero, jugando una cascarita cuando guardaron un minuto de silencio por el sensible fallecimiento del vendedor número 1 de comida chatarra en el país —y con ello, generador de enfermedades mortales—, Javier López, alias Chabelo. Ni la muerte del papa Francisco los conmocionó tanto…
Con la misma entereza con que calzo y vistió uniforme deportivo, el magistrado Gamboa Olea sirvió al gobernador así, en cursivas, en casos difíciles. Bajo su presidencia, el Tribunal Superior de Justicia metió a la cárcel a inocentes, reclasificando el delito, y a los culpables los dejó en libertad. En casos de Violencia Vicaria dañó a madres e hijos, premiando a delincuentes. La última y nos vamos: hizo inocente al responsable de dañar la Hacienda Pública durante el cuauhtemato, el secretario de Desarrollo Agropecuario.
letraschiquitas
«El gobernador no es Dios […] no tiene una varita mágica», declaró Jorge Argüelles, que pagó a José Manuel Sanz para que lo hiciera amigo de Cuauhtémoc Blanco. Así era el discurso oficial ante cualquier hecho de inseguridad o violencia prevenible, nunca perseguido***. «Se dedicaba a actividades no propias de una dama», decía José Antonio Ortiz, el jefe de Policía de Morelos, ante un feminicidio. Más: «Fue por la disputa de unos tenis», pero el enfrentamiento en la penitenciaría central tuvo muertos y heridos***. Imposible que se atendiera en el pasado el caso de un hombre que disparara al aire y menos que fueran por él, como sucedió el fin de semana en Cuernavaca, deteniéndolo, o que agentes estatales, como ayer en Cuautla, plantaran cara a hombres armados hasta capturarlos durante la refriega delincuentes-policías***. El simulacro nacional es hoy, a las 11:30. La hipótesis de terremoto será de magnitud 8.1 grados.