La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Descalifican a la científica informada por ser odontóloga y encargan todo al doctor Simi
El debate que se ha dado en torno a la vacuna rusa anti COVID, Sputnik V, no es exclusivo de México, las autoridades sanitarias de la India y Brasil han rechazado autorizar su uso y en Argentina, el órgano regulador no da su visto bueno, sin embargo, el gobierno de Alberto Fernández decidió aplicarla masivamente.
El asunto no debe convertirse en un tema ideológico, es decir, no se puede descalificar a priori el antídoto por ser ruso, ni ensalzarlo por ser más barato y no provenir de uno de los gigantes farmacéuticos occidentales.
El gobierno del presidente López Obrador, tiene ante sí un fenómeno muy complejo, la inoculación multitudinaria es el principal mecanismo para reactivar la economía, el problema, es que no hay dosis suficientes en el mercado internacional.
Sin embargo, irse por el camino más corto (comprar el remedio ruso), puede tener consecuencias negativas en el mediano plazo, por ejemplo, que los principales socios comerciales (EU y Canadá), consideren que tal estrategia no contribuye al control de la pandemia, por lo que las restricciones de viaje podrían ser más severas.
Un error en la toma de decisiones sería desastroso para la alicaída economía nacional, además, de que tendría implicaciones legales para los responsables del Sector Salud.
Es hora de que los que mandan reflexionen. Lo primero que tendrían que hacer, es sacar de su mente la jornada electoral y con evidencia científica, resolver en el sentido que proceda.