Decía y decía muy bien Don Juan Jacoby que: “La desgracia de los reyes es que no quieren escuchar las verdades”. En éste sentido, la actitud del Señor Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, es inequívoca, incuestionable e irrefutable con el concepto con antelación asentado.
Digamos verdades:
Las Leyes Supremas de México fueron plasmadas con la tinta de la sangre derramada por el pueblo y jamás y por nadie deben de ser alteradas en lo fundamental y, en ese nadie se incluyen los Poderes de la Unión, que se obsesionan por cumplir manipulaciones absurdas. La historia y eso bien lo sabemos no admite ni permite ello. Es inadmisible que en ésta transformación de la república se consienta y ratifique ello a fin de evitar un avance hacia la democracia. Nuestro México no puede permitir que se cancele la ley por una “consulta” inmotivada o motivada dada la decisión de un poder que prefiere no escuchar.
Es de afirmarse y así lo afirma la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C., que las múltiples reformas emprendidas por la Cuarta Transformación de la República significan, jurídicamente, un golpe de estado que fue producido diputados y senadores y por que no expresarlo por un cuartelazo del parlamento.
Quienes libremente votamos por Andrés Manuel López Obrador no lo hicimos y efectuamos en función de apoyar absurdos cambios de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y esa es otra verdad que se niega a escuchar.
La Academia de Derecho Penal y el Foro Independiente de la República de sobrada y probada génesis nacional, aseguramos con la verdad que con infamantes conductas de muchos políticos y de sus comparsas, se han torcido y desviado los fines y espíritu de nuestra Carta Magna, producto de esa sangre derramada por el pueblo.
Están matando los ideales de la Carta de Querétaro, nuestra Constitución ahora la pisotean al aprobar absurdas modificaciones eminentemente inconstitucionales, siempre avaladas por diputados y senadores neciamente serviles. Esa es otra verdad que debe y tiene que ser escuchada.
Expresemos otra más. No se puede ni debe de abrir sendero, brecha o camino para la futura reelección, ello nos llevaría fácilmente a dar rompimiento a otro principio inviolable de nuestro Pacto Federal, como lo es el nacido en el Plan de San Luis.
Que gran diferencia y trecho entre las verdades de hoy y de ayer.
Va otra verdad para que se escuche y asimile. No se valen más modificaciones a nuestra Suprema Ley que resultan aberrantes y tendenciosas, que pretenden variar el sentido de nuestra historia jurídica patria, que pretendan alterar la esencia de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Un alto a los intereses creados que atenten a la Ley de Leyes.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho
Penal del Colegio de Abogados de México, A.C.