Por Aurelio Contreras Moreno
Mientras el estado de Veracruz atraviesa uno de los periodos más negros de toda su historia, la clase política de la entidad vive literalmente en otra galaxia. Al menos mental.
En tanto los ciudadanos veracruzanos clamamos por justicia y seguridad en medio de la violencia que se ha desbordado por todo el territorio de la entidad, la “nota” de este jueves la dio la boda de un diputado, el neopanista Rodrigo García Escalante.
Que un legislador como García Escalante decida contraer nupcias no tendría, por sí mismo, por qué ser materia más que de notas del corazón y no de columnas políticas. A menos, como sería el caso, que de por medio vaya la disposición de recursos públicos.
Sin dar mayores explicaciones, la Junta de Coordinación Política de la LXIV Legislatura del Congreso del Estado de Veracruz determinó suspender la sesión que se llevaría a cabo este mismo jueves 17 de agosto. “Coincidentemente”, en la víspera de la boda del diputado García Escalante, que se llevará a efecto este fin de semana en la lujosa Riviera Maya, y a donde fueron invitados varios de sus compañeros legisladores.
Circularon tan fuertemente las versiones de que los diputados locales invitados dejaron botado su trabajo por irse de “weekend” al paraíso con todos los gastos pagados, que algunos de los que no fueron convidados, como los del Movimiento de Regeneración Nacional y los del PRD, demandaron que se transparente quién sufraga ese gasto.
La diputada local por Xalapa urbano, Daniela Griego, señaló que si bien el diputado neopanista y ex verdecologista –así como hijo del ex contralor del gobierno de Javier Duarte, Ricardo García Guzmán- se puede casar donde quiera, eso es así “siempre y cuando no utilicen recursos públicos”.
Por supuesto que aunque así hubiese sido, el Congreso del Estado jamás admitiría que se pagó un viaje de placer de los legisladores locales con recursos del Poder Legislativo. Sin embargo, el sólo hecho de que por ese motivo se haya suspendido una sesión legislativa, para que el “trip” les sepa más “sabroso” a los “representantes del pueblo”, supone una frivolidad y una irresponsabilidad como sólo la clase política veracruzana sabe desplegarlas.
Porque aun cuando el periodo de sesiones ordinarias de la LXIV Legislatura local está en receso, eso no significa que haya asueto para los “sacrificados” diputados. Está en funciones en este momento la Diputación Permanente y hay decenas de asuntos esperando ser desahogados por los “ínclitos” parlamentarios veracruzanos, que por sus “servicios” al pueblo veracruzano se embolsan, entre su dieta, compensaciones y bonos, más de cien mil pesos al mes.
Pero la vida loca es lo suyo. Son un carísimo lujo. Y lo peor es que en verdad creen que lo valen.
Descanso
Como esta columna y su autor no viven de dinero público, se tomarán un descanso la semana siguiente, para retomar su publicación el próximo martes 29 de agosto. A sus lectores y editores, gracias.
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