MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
¿A cuánto han ascendido las compras (de combustibles) a Estados Unidos?, preguntó un colega en la conferencia de prensa mañanera que de lunes a viernes ofrece el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya respuesta se apoyó en la enésima descalificación a los medios de comunicación.
–Esa información de Wall Street Journal, pues, es equivocada, me da hasta pena decirlo, no tiene fundamento, se precipitaron. Sí, tenemos los datos, yo creo que, ¿los traes? (le pregunta a Roció Nahle, secretaria de Energía, quien le responde que no los lleva a la mano pero los entregaría). Por eso, no hay problema, en media hora los tienen ¿de acuerdo?, en media hora, fue una volada; es muy lamentable que un periódico tan afamado, este, publique una información que no obedece a la realidad y a las pruebas nos remitimos. Vamos a ver lo que dice la nota, dice combustible, o sea, vamos a verla, no se cómo la interpretaron ustedes. ¿La interpretaron de que se compraba menos gasolina?, ¡ah!, ¿o crudo?, ¡combustibles!, sí, sí, ahora ya se puede componer, pero de todas maneras si se aclara es lo mejor (…)”—respondió López Obrador.
Y es posible que el presidente tenga razón y se trate de una confusión, pero cuando califica a la información como una “volada”, que en la jerga periodística implica una información falsa a la que se dimensiona entre la opinión pública, no sólo descalifica a The Wall Street Journal porque de paso lo hace con los medios de comunicación mexicanos que divulgaron esa versión sustentada por el diario estadunidense en fuentes confiables; el propio periódico tiene ese grado de confiabilidad.
Inductivo y manipulador, con su versión que nadie se atreve a contradecir en su equipo porque es la voz del señorpresidente, López Obrador dejó en el aire el sustento, que debió haber llevado documentalmente la secretaría de Energía, Rocío Nahle García, y que hasta anoche no había hecho públicos o por lo menos entregado a los reporteros que cubren la fuente presidencial.
Vaya, tampoco el director de Petróleos Mexicanos llevaba esa documentación que desmintiera a The Wall Street Journal, pese a que su cargo demanda contar con toda la información disponible inherente a la empresa productiva, sobre todo cuando el naciente gobierno de López Obrador enfrenta una crisis severa que, contra lo que digan las encuestas, ha generado irritación social y se encamina a escalar otros espacios de la economía nacional.
¿Bajó el dólar? Qué bueno, que ello ocurra, pero en el mercado y en el súper los jitomates no se pagan con dólares y el desabasto de productos básicos tiende a encarecer los perecederos que en la central de abastos entran en proceso de descomposición por falta de compradores que no llegan debido a la ausencia de combustibles, que eso son las gasolinas, señor presidente.
¿Hay un proceso de normalización del expendio de gasolinas en los estados que sufrieron el desabasto?, ¡excelente! Pero, ¿nos podrían decir los expertos integrantes del gabinete presidencial a cuánto ascendió el golpe a las arcas públicas por este delicado asunto que se operó con absoluta puerilidad?
Porque, mire usted, salvo Santiago Nieto Castillo, jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, quien se presentó a la conferencia de prensa al lado de López Obrador, fue el único funcionario que demostró eficiencia y conocimiento del encargo que tiene. Cifras y datos respecto de cuánto dinero se ha blanqueado vía el huachicol y quiénes y de qué nivel están involucrados en el ilícito, refirió Nieto sin balbuceos o equívocos, como Octavio Romero, director de Pemex y la ingeniera Nahle, secretaria de Economía que, de pena ajena, se presentó a la conferencia que implica a su área sin documentos. ¿Estaría tuiteando mensajes de turismo?
El hecho es que esta conferencia de prensa debió haber ofrecido resultados pero sin el aparejo del enorme perjuicio ocasionado a millones de mexicanos que resintieron la ñoñez de quienes presumen saber de lo suyo para encaminar a la denominada 4T.
La reacción fue tardía. La información del WSJ tapizó al país con una versión que abonó en el desconcierto entre los consumidores de gasolinas –que finalmente son combustible– avivado por la inexperiencia del equipo cercano a López Obrador que operó al revés en un asunto de seguridad nacional, porque el desabasto de gasolinas tiene esa implicación.
Pero, vaya, si se trató de una “volada” como acusó López Obrador y de paso lo hizo contra los medios mexicanos, lo mínimo que debe hacer es fundamentar su dicho y no dejarlo en el aire como tantos otros calificativos peyorativos que ha utilizado para descalificar a sus críticos y aquellos que se atreven a disentir de sus gracejadas y dicharachos.
Si tiene razón y a las pruebas se remite, entonces la secretaria Nahle está obligada a respaldar documentalmente a su jefe.
Porque la inexperiencia de ese gabinetazo llevó a esta crisis al naciente gobierno lópezobradorista. Por supuesto es plausible y nadie con dos dedos de frente regatea el apoyo al combate a la corrupción, nadie se niega a respaldar estas acciones contra el huachicol producto de la complicidad de funcionarios de Pemex.
Bien que se combata a la corrupción y a esta delincuencia organizada, pero que no se mienta a la sociedad mexicana, que no se prohíje la división ni el linchamiento de quienes opinan diferente respecto de este gobierno que demostró novatez e inexperiencia. Provocó un problema y luego le buscó la solución. Y esa no es “volada”.
¿Quiénes asesoran a López Obrador? ¿Tiene Cuarto de Guerra para enfrentar estas situaciones de crisis? Todo indica que sólo el señorpresidente opera como el jefe de jefes. Digo.
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