Santa Catarina Lachatao es uno de los 570 municipios que conforman el Estado de Oaxaca, ubicado a 64 kilómetros de la ciudad de Oaxaca y con una altitud de 2,100 metros sobre el nivel del mar.
Esta singular población, ubicada en la agreste serranía oaxaqueña, conserva todo el encanto provinciano en su arquitectura, como las calles empedradas, las casas con muros de adobe y techos de teja, y el templo local de cantera verde, visible desde algunas comunidades vecinas.
Hace algunos años tenía una población de 1,500 habitantes; ahora apenas llega a 200. Los lugareños se van a estudiar, a trabajar y cada vez quedan menos personas. En contraste, hay una fuerte conciencia comunitaria, y una preocupación por mantener sus costumbres y su identidad. En contraste, hay una fuerte conciencia comunitaria, y una preocupación por mantener sus costumbres y su identidad. En Lachatao buscan fomentar el arraigo en sus niñas y niños. Desde la escuela, el bosque y la siembra buscan la permanencia en el pueblo.
A Natalia Bruschtein le sedujo este ejercicio comunitario que se vive en Lachatao. Ahí arrancó la idea para su documental Lachatao, un viaje hipnótico y emotivo a través de calles, lluvias, sueños, perros, maizales, y sobre todo niñas, niños, adolescencias que eligen permanecer y robustecer su población, enfocándose en la perspectiva de Leslie y Val, dos pequeñas de no más de doce años, que muestran la vida en el campo, el trabajo y el juego en un pueblo que amenaza con convertirse en fantasma.
Su directora, Natalia Bruschtein, cuenta sobre la creación de esta pieza que condensa ternura, aprendizaje y arraigo.
A la pregunta de cómo llega a Lachatao y por qué decide hacer el documental, responde:
“Llego por casualidad: unos vecinos míos pertenecen a la comunidad, se enteraron que yo soy documentalista y me invitaron allá, para hacer un videíto que querían. Y estando ahí me enamoré de su sentido de comunidad, de su relación con los niños y de su calidad de vida. Fue darme cuenta de la relación que tienen los adultos con sus hijos, los niños son parte de la comunidad, son necesarios, hay mucho respeto hacia ellos, y todo el proyecto de la comunidad es para su futuro. Eso fue lo que me jaló. En 2018 les dije que quería hacer un documental sobre el proyecto de la escuela. Después me di cuenta que el proyecto escolar era parte de un proyecto general del pueblo y que quería hacer un documental sobre el proyecto del del pueblo”.
El documental participó en la Competencia Mezcal del 39° Festival Internacional de Cine en Guadalajara. Al respecto, Natalia comenta como fue la experiencia:
Súper lindo. Yo estaba nerviosa porque sé que es una película con un ritmo que a veces no es tan fácil. Pero el público mexicano cada vez está más abierto al documental, y siento que las reacciones fueron muy buenas. Mucha gente del público me agradecía por transportarlos a ese espacio de tranquilidad. Estuvieron las niñas de la historia y morían de risa, estaban muy pendientes de las reacciones de la gente.
Yo tenía miedo de que la gente de Lachatao no se se sintieran representados. Ellos todavía no ven la película, pero fueron cuatro personas. Y me dijeron que el sentido de Lachatao estaba ahí. Fue una apuesta proponer el ritmo que se siente en el pueblo. Esto es lo que yo quiero que esté, y quien la aguante bien y quien no también. Entonces, yo estoy contenta.
Este documental es una obra que nos invita a reflexionar sobre la importancia de las raíces, la identidad y la fuerza comunitaria en la preservación de nuestras culturas y tradiciones y ahora buscará exhibirse en festivales el resto del año, con el objetivo de que pueda estar disponible en salas nacionales para el 2025.
Con información de imcine.gob.mx
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