La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Hay quienes abdican por default
El fin de semana que pasó, nos enteramos que el gobernador del estado de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, se mandó fotografiar, dizque chapeando en un distribuidor vial de Xalapa, por la salida hacia la Cuatro Veces Heroica.
Lo que podría parecer una anécdota, en realidad es un pueril acto de propaganda, que más que simpatías acarrea dudas ¿para eso lo eligieron casi dos millones de ciudadanos?
Un político de vocación, con oficio, busca estirar las horas del día, para poder realizar acuerdos con todos los actores sociales posibles. El elevador, la camioneta, la mesa de la cafetería y desde luego, el despacho, son sitios en los que no se desperdicia un minuto para construir consensos, claro está, con el apoyo de herramientas digitales.
Pero contrario a esto, don Cuitláhuac se fuga a la hora buena, como cuando hay que fajarse al doble atendiendo problemas como la crisis económica, la de salud pública y la de inseguridad. En vez de eso, prefiere irse a fingir que trabaja tirando machetazos a lo loco.
Queremos suponer, que el señor Jiménez cuenta con un staff de consejeros, por lo que les solicitamos, de la manera más atenta, le recomienden que se ponga a cumplir con la función para la que fue elegido: GO-BER-NAR.
Y en caso de que su querencia por evadir la realidad persista, pues mejor que renuncie.