C O N T R A P O D E R
JUAN ANTONIO TORRES
Sin duda que la vida es una rueda de la fortuna
Los que hace unos años estaban en el pináculo del poder, hoy para su desgracia o están en la picota, o al borde de caer en prisión, por los múltiples actos de trapacería y latrocinios que cometieron bajo el amparo de un encargo que les permitió todo tipo de excesos, que rayaron en el asalto en despoblado, para convertirse en el transcurso de un sexenio en multimillonarios, en verdaderos magnates con el producto de todo lo que se robaron de las arcas del erario público.
Es el caso concreto del ex gobernador priista de Chihuahua, el parralense, César Horacio Duarte Jaques, quien fue detenido en los Estados Unidos, el pasado 8 de julio, en la ciudad de Miami, donde ya residía con toda su familia, una vez que concluyó con su mandato constitucional, el 3 de octubre del 2016 y que su sucesor, el panista, Javier Corral Jurado, tomó las riendas de la vasta entidad norteña.
Tenía el hampón de CD, poco menos de cuatro años huyendo de la acción de la justicia, por los innumerables delitos que había perpetrado en complicidad de muchos de sus ex colaboradores, que actuaron como viles asaltantes empoderados, antes que servidores públicos.
El requisito que deberían de reunir los duartistas más cercanos, era que supieran no robar, sino asaltar lo que se pudiera y cuantas veces se pudiera.
Justamente, ahora a 7 meses de su aprehensión en la Unión Americana, el innombrable personaje, conforme se cumplen tiempos y plazos que tienen que ver con su extradición a su país, sus abogados, han vertido a la prensa, la falaz tesis, de que el ex gobernador de Chihuahua, podría ser asesinado en cuanto pise suelo mexicano, una vez que se haga efectiva su extradición.
La defensa de Duarte, ha argumentado ante el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, que de volver a México, su cliente, podría correr la misma suerte que le ocurrió al ex mandatario de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, quien fue asesinado hace apenas unos días, en Puerto Vallarta, Nayarit.
Al trascender tales comentarios del grupo de abogados que defiende la causa del ex mandatario de Chihuahua, fue interpretado como una autentica jalada, o lo que es lo mismo patadas de ahogado de un putrefacto personaje, que se pitorreo de sus detractores y críticos, los que le auguraban que más tarde que temprano, caería en la cárcel, por los innumerables delitos que había cometido durante todo su sexenio, protegido a diestra y siniestra, por su mecenas y amigo, el ex presidente, Enrique Peña Nieto, quien lo había calificado como parte de una nueva camada de gobernadores, entre los que figuraban también, el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte; Roberto Borge, ex mandatario de Quintana Roo. Detenidos ambos desde hace por lo menos un año.
Es un hecho innegable, que su acérrimo rival, el todavía gobernador de Chihuahua, Javier Corral, lo quisiera tener en calidad de huésped de lujo en el penal de San Guillermo, donde han caído algunos de sus cómplices, para darse el gusto de verlo totalmente derrotado, literalmente de rodillas, a merced de muchos de sus enemigos conectados con el crimen organizado, con los cuales dejo muchas cuentas pendientes, no obstante las componendas millonarias que se pactaron entre la pasada nomenclatura estatal y los capos del narco en Chihuahua.
Duarte, se jugará todo su resto, ya no tanto, para no ser extraditado a México- lo que es un mero trámite que tendrá que zanjarse en pocos días-
Sino, evitar su traslado a tierras chihuahuenses hasta que no haya concluido el actual régimen corralista, porque entonces sí, la existencia del parralense, valdría menos que un cacahuate, y podrían darle si bien, no el tiro de gracia, si por lo menos un susto, para que sepa quién manda en Chihuahua, aunque sea en los últimos siete meses de poder que se le está yendo como agua entre los dedos al inepto, Pontífice de Palacio de Gobierno.
Las apuestas pues, están a todo lo que da.
Unos, a que César Duarte, si pisara las mazmorras de San Guillermo.
Los otros, a que solo llegara a una prisión de alta seguridad, o sea, al del Altiplano, en el estado de México.
Yo me inclino por lo segundo…..
Lo decíamos líneas arriba. La vida es una rueda de la fortuna.
A ver como andará Corral Jurado, cuando ya no tenga el poder que hoy ejerce con singular alegría paseando un día sí y otro también, en los aviones y en los helicópteros de su gobierno que se cae a pedazos….