La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
En este caso, el caballo de Troya es su propia soberbia
El tremendo resbalón verbal del secretario de Desarrollo Social de Veracruz, Guillermo Fernández Sánchez, quien afirmó que mil pesos eran suficientes para mantener a una familia durante un mes, cobró tal magnitud, que el propio presidente López Obrador censuró el despropósito en una de sus ‘mañaneras’.
Cuando se le cuestionó, el Tlatoani dijo: “No, no, no. Me recordó al secretario de Hacienda de Calderón, que dijo algo parecido, no sé si fue Ernesto Cordero, sí. Pero ya eso ya, no, no, no. No es serio eso”.
Con un avanzado instinto político, el tabasqueño sabe que ese tipo de comentarios resultan muy ofensivos para la ciudadanía y pueden marcar negativamente a una administración, por lo tanto, el remedio debe ser radical para corregir el entuerto.
Sin embargo, la insensibilidad política del gobernador Cuitláhuac García y sus colaboradores, los hace caer en la parálisis, lo único que hacen es quedarse callados ‘como momias’, esperando que con el paso de los días el asunto caiga en el olvido.
Pero se equivocan, porque tamaña burrada será aprovechada por la oposición, la lógica indica, que usarán las declaraciones como propaganda electoral contra la 4T jarocha.
Además de lo anterior, el tema de fondo, consiste en que un lapsus linguae, desnuda en su totalidad la inoperancia de un gobierno que desconoce los fundamentos del quehacer político, el Cui ya no entendió, que todo error de sus subordinados que no es sancionado, pasa a su contabilidad. Ni hablar, es el costo de la improvisación.