FRANCISCO RODRÍGUEZ
Los fantoches pueden blufear en casi todo, ya sabemos cómo son. Y creen que la política es como el póker. Pero en los temas del dinero y del presupuesto, la seriedad se impone. Ahí no se valen los impostores. Si no se trata de otra mentira trágica, el que dice ser Caudillo de los pobres fue ahora al sureste, en pleno pico de pandemia.
Fue, contra todas las recomendaciones de los expertos, a enseñar su palmito, a disputar nuevamente la pasarela, lo que es suyo, a dizque inaugurar y cortar listones de tramos de esa fantasía tropical que es el Tren Maya, negocio de El Frijolito Jiménez Pons, del Transístmico y a supervisar las obras aún no iniciadas de la Refinería Dos Bocas, otra faramalla costosísima… y para no variar –verdad, señora Nahle– repleta ya de corrupción.
El dinero o la bolsa para el efecto o la partida presupuestal correspondiente existen, si no está mintiendo de nuevo. Se trata de un cochinito que se hizo el año pasado y no alcanzó a gastarse. Porque lo que es este año la recaudación fiscal ha estado más flaca que la Vitola.
Lo ideal sería cancelar de inmediato las obras rocambolescas
Para solventar los costos de los tramos que se llevan, más el avance de Dos Bocas, ese guardadito no puede ser menor del diez por ciento del monte para las obras, una cifra cercana a los cinco mil millones de dólares. Si no los tuviera, no tendría caso andar presumiendo de salidor.
El monto equivaldría no sólo a una cantidad que, de seguro, no está dónde dice que está, y si lo estuviera, equivaldría sólo a un desprestigio mayúsculo del gobiernito, aunque ya sabemos que a ese tigre ya casi no le caben las rayas.
Sí ese dinero existe en algún cajón opaco de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público representa la oportunidad histórica de hacer por fin algo bueno por el país, consumido en un gran desierto de dinero. Lo ideal sería cancelar de inmediato las obras rocambolescas y aplicar ese monto a subsanar los faltantes ineludibles:
Seguros de desempleo, apoyos a los trabajadores informales, posposición de cuotas a organismos tripartitas de seguridad social, canalizar moneda a los trabajadores ayunos de efectivo, hasta para comer. Incluir a ninis, becarios y tercera edad en proyectos productivos en todo el país.
Banderazo a la erección de tres caprichos necios e improductivos
La crisis provocada por la Cuarta Decepción es fundamentalmente de empleo, desde antes de que se supiera de la existencia del coronavirus. Falta el arrojo para endeudarse razonablemente y acudir en ayuda de los pobres, los que en efecto deben ser primero.
Si no se tomara esa decisión, esa locura faraónica de las grandes obras del sexenio, marcará para siempre el fin de la Cuarta Decepción. El pueblo no perdonaría que, desde el fondo de su abismo, los condenados se regocijaran en su felicidad viendo cómo el Caudillo corta listones, se hace aplaudir por sus paniaguados y destina el dinero escaso a la construcción de tres caprichos necios e improductivos.
Si no se recapacita en esa decisión, el mejor consejo que se le puede ir dando desde ahora es que se vaya. Que se fuera ya, sin esperar las golondrinas, porque ello sería desperdiciar un tiempo precioso, indispensable para la fuga impune.
Quitaron ocho mil millones de pesos a la producción de alimentos
Por otro lado, ese empecinamiento faraónico en contra del interés superior de la Nación en peligro inminente sería equivalente, políticamente, a un acto lesivo de traición a la patria. Igual que lo fue quitar ocho mil millones de pesos a la producción de alimentos y al fomento de la agricultura, ganadería y pesca nacionales.
Un hecho denunciado por los diputados de Morena, que ya están hasta la madre de obedecer ocurrencias. Seguir adelante con estas locuras es sentenciar al hambre y a la miseria al pueblo real.
¿Para que insiste Ramírez Cuellar y su exigua legión de militantes de Morena –sí, cada vez menos–, en que mida la riqueza el INEGI o el Banco de México, si cuando, respondiendo a una promesa de campaña, la Secretaría de Hacienda informó de ese billón de pesos devueltos por el SAT a los consentidos, para que los capitostes del círculo íntimo mandaran el dinero a España y Centroamérica.
Se quedaron calladitos, para respetar el Pacto de Impunidad con los delincuentes organizados en el narco y en las empresas cúpula, y sufrieron el primer revés de excelencia a las bravuconadas del Titular del Ejecutivo.
Somos un país miserable en sólo dos años de ejercicio del poder
¿Para qué insisten en decir que combaten la corrupción todos los días, siempre y cuando no sea la corrupción de ellos, sino de los que dicen que ya se fueron?
¿Para qué siguen pasando la vergüenza de sostener que la mayor delincuente del peñato fue la encarcelada Rosario Robles, porque no pueden agarrar a nadie más? Hasta Lozoya se les fue vivo. De Ancira, mejor ni hablamos. De los expresidentes, sólo fue un sueño guajiro, útil para los chairos, inútil para el país.
En vez de regresar a la sensata y constitucional economía mixta y al modelo de desarrollo que debe respetar el fortalecimiento del mercado interno y la distribución de la riqueza, siguen dando palos de ciego, como si quisieran caerle en los tompiates a todo el mundo. Son los indeseables por excelencia, ganada a pulso.
Son ya una vergüenza mundial. Han fracasado en todas las líneas y nos han llevado a todos entre las patas. Somos un país miserable en sólo dos años de ejercicio del poder, desde el primero de julio que les cedieron todos los bártulos.
Manda, un día sí y otro también, señales contra las inversiones
En las universidades, tecnológicos y centros de estudio, los estudiantes y maestros lamentan el grado de entreguismo y de banalidad conceptual y programática en la que cayó la Cuarta Decepción, queriendo deslumbrar con sus saques. Es ya un asunto de trastornos mentales obsesivos y soberbias acojonadas.
Lo que parece mentira es que estén desperdiciando la oportunidad de las inversiones chinas para entrar al mercado norteamericano, mandando, un día sí y otro también, señales contrarias a las inversiones y emitiendo decisiones erráticas sobre las energías limpias. Así no van a ninguna parte, más que adónde salieron: al arroyo.
México ya está cansado de redentores con ropajes de cordero
Esto tiene que parar. Están destruyendo y desacreditado al país a velocidad turbo. No queda un sólo renglón de las actividades productivas que no hayan destrozado con su afán transformador, que nos ha vuelto miserables e indefensos en todas latitudes del planeta.
O cancelan las obras faraónicas, o mejor que se vayan a dar lata a otra parte, a ver si ya puso el puerco.
Este país está cansado de redentores y de mercachifles con ropajes de cordero.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Hubo ausencia de autocrítica en la “mañanera” presidencial de ayer, en Cancún, Quintana Roo donde AMLO dio el banderazo de salida al primer tramo del Tren Maya, Ahí dijo estar satisfecho con lo que ha alcanzado a un año y medio de Gobierno. Aseguró que a pesar de los pesares avanza la transformación del país. “Hoy cumplimos año y medio de Gobierno, llevamos 18 meses gobernando la República y me siento satisfecho con lo alcanzado a pesar de la adversidad, a pesar de los pesares sigue avanzando la transformación de nuestro País”. También llamó a poco a poco ir normalizando las actividades, pero con cuidado. “Tenemos que ir hacia la nueva normalidad porque esto lo necesita la economía nacional, el bienestar de nuestro pueblo, necesitamos ir poco a poco normalizando las actividades productivas, sociales, económicas, culturales, repito, con cuidado”, agregó.
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