ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
Nunca hay que creer en las palabras de Andrés Manuel López Obrador.
Aquel “que me den por muerto” cuando al inicio de este siglo le preguntaban si buscaba la Presidencia de la República, en realidad querían decir que sí, que acariciaba, ansiaba, que estaba endemoniadamente obsesionado por La Silla del Águila.
Tampoco hay que creerle ahora cuando a cada rato repite que él es maderista, que no busca la reelección… ¡porque tampoco ha sido cierto!
La maña escondida de sus reformas a la legislación electoral fue ideada precisamente para ello. Si no para reelegirse, pues no se atrevería a tanto, sí para prorrogar su mandato cuando menos “hasta que las condiciones políticas del país lo permitieran”.
Paso a explicarme.
Un estudio elaborado por destacados ex funcionarios de buen nivel de lo que primero fue el IFE y ahora es el Instituto Nacional Electoral por encargo de la diputación federal priísta apunta, entre decenas de violaciones al texto constitucional, que independientemente de los recursos económicos, lo que las reformas le restan al árbitro de los comicios es tiempo para realizarlos.
El escenario es fácil de imaginar:
Sin el dinero suficiente, el INE no podrá capacitar a los funcionarios electorales. Tampoco podrá pagarles. El día de los comicios no quizá no haya casillas instaladas, porque las reformas desmantelan las instancias que hasta hoy y desde 1990 se encargan de ello…
… y el año completito que el órgano electoral tenía, hasta antes de las reformas, se lo reducen ¡a solo cuatro meses!
Ese lapso no alcanza ni para mandar a imprimir las boletas, las actas, toda la papelería electoral.
Y entonces, al no poderse llevar a cabo una jornada electoral o, en algunos sitios sólo parcialmente, la solución que mágicamente encontrarían en Palacio Nacional sería la de prorrogar el mandato del caudillo hasta en tanto el INE se ponía a si mismo en orden, se reorganizaba para poder a llevar a cabo unas elecciones regulares… así y sea con menos recursos y menos tiempo.
Eso es, pues, lo que esconden las casi cien violaciones a la Constitución de las reformas de AMLO.
Legislar atropelladamente
La enorme ventaja es que esto no ha sido un hit & run.
O sea, que el responsable de los atropellamientos no ha podido huir y que los ciudadanos ya tenemos bien grabadas en la mente sus placas.
Sí, los diputados del Movimiento de Andrés Manuel López Obrador legislaron atropelladamente.
Las decenas de inconsistencias y de artículos que contradicen ampliamente a la Constitución dan fe de que el dictamen de una iniciativa de ley no puede ser aprobada por el pleno en tan sólo cinco minutos sin haber leído siquiera el primero de sus considerandos.
Tendrían ansias por irse a la cama –aunque fuese solos–, pues la madrugada los había encontrado “legislando” o, quizá, les dieron una “agüita” que contenía un psicotrópico –como arguye en su defensa el peruano Pedro Castillo— que los obligó a aprobar, sin quitarle ni una coma y hasta añadiendo parrafadas, lo que a la borregada morenista les envió AMLO desde Palacio Nacional.
Exceso de servilismo es la respuesta. Fidelidad ciega al caudillo que minutos antes había sido derrotado por las oposiciones en su ambición de conseguir una reforma constitucional en materia electoral que le permitiera ampliar el sexenio por lo menos un par de años más, como le acabo de platicar.
Atropellar es ya la característica de la 4T en todos los ámbitos.
El propio secretario de Gobernación Adán A. López atropella con su mera presencia intimidatoria las reuniones de las comisiones y aún de los plenos de ambas cámaras al Congreso de la Unión.
¿Cuándo un verdadero inquilino de Bucareli se hubiese atrevido a amedrentar así, aún a los propios miembros de su partido?
Ya anotamos las placas.
Nos vemos en los siguientes comicios… si es que hay.
Indicios
Como presidente en turno de la Cámara de Diputados Santiago Creel, dijo, no poder hacer nada sino dar trámite a las controvertidas reformas aprobadas al troche y moche, en la madrugada, por los cuatroteros. Pero sí les advirtió que todas esas ilegalidades encontrarían freno y reversa en la Sumisa Corta de Justicia de la Facción cuatrotera. ¿Será? * * * La rockola de Ricardo Monreal tocó primero una de amor y en contra de ellos: “…diciembre me gustó pa’ que te vayas…”. Luego cambió a otra con diferente ritmo y letra: “… para abril o para mayo…”. ¿Cuál será la siguiente? ¿La que el público le está pidiendo a gritos? O acaso tocará aquella de Víctor Jara “no es chicha ni limoná”. ¿Cuál marcará de por vida el hit parade del zacatecano? * * * Y por hoy es todo. Le agradezco su compañía con la lectura de estas líneas y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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