HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
En mi columna del sábado pasado me referí a las declaraciones del embajador de los Estados Unidos en México, Ken Salazar, a propósito de la reforma eléctrica, después de una reunión en San Lázaro, con diputados y señalé: “aguas con lo que dijo Ken Salazar, sobre la reforma eléctrica, los gabachos dicen un día una cosa y al día siguiente dicen lo contrario. El gobierno norteamericano nos envía, lo mismo embajadores golpeadores, (John Gavin) que conciliadores, esto último le tocó a Salazar. Nada que festejar con su declaración del jueves en la Cámara de Diputados, hay que verlas con prudencia”.
No pasaron ni tres días cuando al experimentado diplomático norteamericano le jalaron las orejas y no tuvo más remedio que recular. Los sectores estadounidenses que tienen intereses en el sector eléctrico de México de inmediato pusieron el grito en el cielo y pidieron la remoción del representante diplomático de Joe Biden en México.
Y es que la declaración de Salazar -tal vez andaba entequilado- en la que para algunos, se pronunció por la reforma eléctrica del gobierno de la 4T, misma que agradeció el presidente Andrés Manuel López Obrador en la mañanera del viernes, fue interpretada como una tácita aprobación del gobierno estadounidense a la reforma de reformas del tabasqueño. “Muy bien Ken” dijo el presidente de México al calificar al diplomático como “un hombre con sentido práctico” y rematar con que el presidente Joe Biden ha sido “muy respetuoso” en el tema de la reforma energética.
Sin embargo, ayer en San Lázaro el gozo se fue al pozo, porque los intereses, que sí toma en cuenta el presidente de los Estados Unidos Joe Biden, de inmediato pusieron el grito en el cielo y, sin más, pidieron poner orden en la representación diplomática estadounidense en nuestro país.
Y es que la posición del gobierno norteamericano había quedado muy clara después de la visita de la Secretaria de Energía de aquel país, Jennifer Granholm, el 20 de enero pasado, que a pesar de que la parte mexicana quiso minimizar, (Rocío Nahle) pero dejó en claro que defenderán los intereses de los inversionistas norteamericanos en nuestro país.
“Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses”, dijo John Foster Dulles quien fue Secretario de Estado del vecino país del norte, eso lo tuvieron claro los anteriores gobiernos mexicanos, pero parece que en la actual administración no lo entienden. Está muy claro.
¿Qué quieren los gringos? Pues que se respeten los contratos de las empresas norteamericanas que invirtieron en el sector eléctrico de México. Así de sencillo.
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El ivermecgate es un nuevo tropiezo para la aspirante presidencial Claudia Shenibaum que se suma a metrazo y otros errores de la actual jefa del gobierno de la Ciudad de México, aun así sigue encabezando, no las preferencias electorales, sino las de quien con su dedo dirá la última palabra sobre el que será la abanderada o el abanderado de Morena en el 2020. Esos paseos por el zócalo con la doctora Beatriz Gutiérrez Muller, no son gratis…Por favor presidente no agreda, cuando hable de los periodistas no generalice y si tiene pruebas de los que recibieron cantidades millonarias, que no dudo que los hay, presentelas. Así como exige que presenten las pruebas sobre las riquezas de José Ramón, también cuando acuse a la prensa debe mostrarlas. No descargue sus frustraciones en contra de la prensa, no todos somos iguales y desgraciadamente su gobierno sí lo es respecto a los anteriores. Respeto.
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@HctorMoctezuma1