Redacción MX Político.- El pasado 6 de abril, la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) recuerdan a la artista inglesa Leonora Carrington, en el marco del 106 aniversario de su natalicio, con una invitación a apreciar su obra en el Museo de Arte Moderno (MAM).
La jefa de Curaduría del recinto del Inbal, Brenda Caro, señaló que Leonora Carrington es una mujer de universos complejos y ricos, que luchó por encontrar libertad creativa y de pensamiento. Querida por el público mexicano y apreciada a nivel internacional por su obra, la cual ocupó un lugar estelar en una de las exposiciones más importantes del mundo, la Bienal de Venecia de 2022, las búsquedas de la artista surrealista, nacida el 6 de abril de 1917 en Inglaterra, se expresaron no solo a través de la pintura, la escultura, la joyería, los textiles o la escenografía, también lo hizo a través de la literatura.
“Yo les invitaría a acercarse a Leonora Carrington desde su trabajo plástico, pero también desde su trabajo literario. Ella fue una gran narradora, creó universos muy complejos y ricos, nutridos por el budismo zen, el esoterismo y el estudio de la Cábala”.
La también licenciada en letras y doctora en Estudios de Museos por la Universidad de Leicester, Inglaterra, recordó que el Fondo de Cultura Económica (FCE) ha publicado libros de la artista, entre ellos sus Cuentos completos (2021) y el libro para niños Leche del sueño (2013).
Pero también está Memorias de abajo (1943)”, cuya última reedición al español cuenta con el prólogo de Elena Poniatowska, un libro autobiográfico donde relata su estancia en un sanatorio de Santander, España, “así como los catálogos de las exposiciones dedicadas a Carrington, como el de la retrospectiva que le dedicó el MAM en 2018, Cuentos mágicos”.
“Fue una mujer que tuvo que luchar mucho por encontrar libertad creativa y de pensamiento, porque venía de una familia de clase acomodada que tenía muchos prejuicios y una manera de entender la vida que Leonora no quería para ella. Luchó para poder encontrar el espacio que le permitiera disfrutar, ser, realizarse y desarrollar sus ideas”.
Ofreció nuevas rutas al arte mexicano
La también curadora detalló que el MAM resguarda 10 obras de Carrington en su acervo, entre ellas uno de sus óleos más importantes, Reflections on the Oracle de 1959, así como cuatro esculturas de pequeño formato en bronce que donó la artista en 2006 (entre ellas Cobra Cabra y Blind Crow Tree) y una serie de litografías realizadas en 1974. Piezas que realizó en nuestro país.
“Leonora Carrington llega a México en 1942 en un momento en el que están sucediendo una serie de cambios en el trabajo artístico mexicano. Si bien hay una predominancia de la Escuela Mexicana de Pintura, la llegada de artistas exiliados de Europa, quienes traen otro tipo de influencias y prácticas artísticas, algunos cercanos a los movimientos de vanguardia como Carrington, abre otras posibilidades para el arte.
“Antes de nuestro país suceden dos momentos importantes en su vida, sus estancias en París, donde tuvo contacto con el círculo surrealista de André Breton y Nueva York, donde conoció el círculo surrealista estadounidense. Su obra establece una serie de vasos comunicantes con ellos y sumaron a una serie de intereses que tuvo desde muy pequeña por el folclor anglosajón y determinadas obras literarias vinculadas a la literatura fantástica.
“Su importancia en la historia del arte en México radica en que, junto a esos otros artistas exiliados, impulsa y propone otra ruta para la plástica mexicana, en su caso vinculado al arte fantástico y el surrealismo. Además, establecen un diálogo importante con lo que sucede en el país, lo cual fue muy fructífero, porque abrió nuevas búsquedas que influenciarían a artistas posteriores”.
Explicó que su obra también ha provocado nuevas lecturas que tienen que ver con preocupaciones contemporáneas, como el feminismo, pero destacó que todavía tiene mucho que decirnos: “Hay crítica que liga su obra al ecofeminismo actual, porque, ciertamente, en sus universos la mujer tiene una presencia muy fuerte, sobre todo ligado a la naturaleza entendida como un espacio de empoderamiento, pues no es un objeto pasivo, sino un sujeto activo a través de su relación con ella, donde puede convocar fuerzas que, a lo mejor, el hombre no puede. Un poder femenino, de alguna manera.
“En la obra de Leonora, los animales, como cabras, lagartos, aves, tienen un papel muy importante, protagónico, vinculado a este universo mitológico que la nutren desde niña, junto con la literatura”.
Para la jefa de curaduría, es en su litografía donde más se puede apreciar su lado literario: “Me parece muy atractivo su trabajo litográfico. A veces estas piezas no se consideran obras importantes, pero son piezas donde se puede ver mucho de su universo narrativo, literario y fantástico, esos Cuentos mágicos, como se llamó la retrospectiva que le dedicó el MAM en 2018.
“Son obras con una técnica muy fina y depurada. Es un trabajo muy interesante en cuanto al uso de los grises y el color, la generación de luz y de escenas. Es la parte que más me parece fuerte, aunque algunos otros destacarían su trabajo escultórico o en óleo”, dijo.
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