Rúbrica
Por Aurelio Contreras Moreno
Por más que han querido maquillarlos, los resultados de las elecciones municipales en Veracruz representan un descalabro doloroso no solo para Morena, sino para la gobernadora Rocío Nahle.
Para Morena, porque quedó expuesta su vulnerabilidad. A pesar de que se alzó con la victoria en municipios importantes, su votación se redujo y quedó evidenciada su dependencia de las coaliciones para imponerse.
Ello, en contraste con la displicencia y arrogancia con la que trató a sus aliados de los partidos Verde Ecologista y del Trabajo, al grado de hacer una coalición parcial con el primero y de romper electoralmente con el segundo.
Los resultados hablan por sí mismos: Morena apenas si pudo ganar por su cuenta en 13 municipios –dos de los cuales prácticamente los arrebató en el cómputo y terminarán en tribunales-, mientras que en otros en los que no fue en alianza perdió con los partidos a los que ninguneó, o bien con el que mejor sacó provecho de esas veleidades: Movimiento Ciudadano.
El crecimiento del partido naranja fue ostensible en esta elección. Quizás el mayor desde su fundación como Convergencia por la Democracia a mediados de los 90. Pasó de 281 mil 469 votos en la elección municipal de 2021, a 583 mil 569 sufragios este año. Y lo mejor para este partido es que gobernará al menos en 42 municipios, siendo Poza Rica uno de los más importantes, y se convirtió en la segunda fuerza política de la entidad.
Todo lo anterior, en medio de señalamientos de presuntas ligas y acuerdos con grupos delincuenciales, de los cuales hizo eco la misma gobernadora Rocío Nahle, quien este lunes acusó directamente que “Movimiento Ciudadano le apostó a querer ganar elecciones con personajes vinculados a la delincuencia organizada”, con los cuales, sostuvo, no piensa trabajar.
Sin menoscabo de que varios de los abanderados emecistas sí tienen señalamientos directos de nexos con criminales desde el periodo de campañas –baste recordar la acusación que antes de ser ejecutado hizo un presunto miembro de un grupo delincuencial al candidato de MC en Nanchital, y que a pesar de que por ello tuvo que renunciar a la candidatura, ganó la elección-, Movimiento Ciudadano ha jugado el papel de “oposición leal” a Morena, que cuando le conviene, “no ve” esos nexos que hoy señala.
Tanto así, que MC ayudó a la propia Rocío Nahle a ganar la elección a la gubernatura el año pasado, motivo por el cual, el entonces abanderado naranja, Hipólito Deschamps, fue “premiado” por su rol de “patiño” con la candidatura de Morena a la presidencia municipal de Alvarado y hasta recibió un espaldarazo –ilegal, huelga decir- de la gobernadora. Y que por cierto, no le sirvió de nada, porque fue vencido por uno de los aliados “ninguneados”, el Partido Verde, que junto con el PT, también crecieron en presencia política, en municipios gobernados y en votación es este proceso, lo que llevará a que en los subsecuentes, se coticen mucho más alto.
Para la gobernadora Rocío Nahle esta elección también fue un fiasco. En el primer proceso que le toca conducir como “jefa política” de su partido en el estado, éste pasó de un millón dos mil 37 votos en los comicios municipales de 2021, a 963 mil 345 en 2025. Y su votación en municipios como Xalapa cayó dramáticamente: 96 mil 806 votos hace cuatro años; 47 mil 27 hace una semana.
Los responsables de esa debacle tienen nombre y apellido: Esteban Ramírez Zepeta, Juan Javier Gómez Cazarín –quienes impusieron candidatos a diestra y siniestra, y hasta le jugaron las contras a Morena en municipios donde tenían intereses personales- y dicen que hasta José Luis Peña Peña, el esposo de la gobernadora, que también habría metido mano en la elección. Y así les fue.
Morena puso un circo. Y que le crecen los enanos.
Purga opositora
Donde también les urge echar a sus dirigentes es en el PRI y en el PAN. Si no desaparecieron en esta elección fue por lo mal que lo hicieron los otros. Pero no tardando.
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