Por Mouris Salloum George*
Desde Filomeno Mata 8
Si bien es sentencia sabida que en política no existen casualidades, suele ocurrir que, donde menos se espera, salta la liebre.
Los abogados del enjuiciado Donald Trump, Kenneth Starr y Allan Dershowitz, según los vimos todavía anoche en las pantallas de televisión, parecían navegar en balsa sobre aceite, como si hubieran cortado oreja y rabo en el jurado de sentencia -el Senado de mayoría republicana-, entregando los trofeos a su defendido. Y Zas.
The New York Times le puso el cascabel al gato. Adelantándose a la edición agendada para marzo, ayer dio a conocer un fragmento del libro del ex asesor de Seguridad Nacional del inquilino de la Casa Blanca, John Bolton, quien confirma una declaración que era un secreto a voces: Que el desquiciado anaranjado le confesó en agosto de 2019 la trama ucraniana para inhabilitar al potencial candidato del Partido Demócrata a la presidencia en 2020, Joe Biden.
La suma de mentiras de Trump: 16 mil 241 y contando
Conforme lo escrito por Bolton, Trump trató con el gobierno de Ucrania el cambalache de ayuda militar por 391 millones de dólares, a cambio de información comprometedora sobre los negocios en aquel país del clan Biden, con lo que desmonta la negativa presidencial sobre esa maniobra.
Un sitio en la Internet de Washington Post tiene un recuento de las 16 mil 241 mentiras del candidato republicano a un segundo mandato. No es broma: El cazador, pues, cazado en sus sistemáticos embustes.
En el segundo día de jornadas en el Senado, uno de los abogados del indiciado, Starr, había tratado de anular las instancias de la Cámara de Representantes, alegando que, en su consignación, no aparece delito alguno para el juicio de destitución y, sostuvo, no hay caso desde el punto de vista constitucional.
El segundo abogado, Dershowitz, había arado sobre el mismo carril con el alegato de que los dos cargos presentados por los representantes demócratas, “no son delitos”. No son delitos, según dicho jurista, el abuso del poder y la obstrucción al Congreso.
Y todavía siguen insistiendo en exportar su democracia
Tanto los senadores actuantes, como los abogados del Presidente, pretendieron ignorar la mina de mecha corta que encendió el ex asesor de Seguridad Nacional, no obstante que el demócrata Chuck Schumer exigió de inmediato convocar a Bolton a rendir testimonio ante la Cámara alta que, como sistema, ha negado la solitud de comparecencia de testigos y documentos adicionales, según línea tirada desde la Casa Blanca.
El telón, pues, no cae en El Capitolio, pero una cosa es ya evidente: Si la Constitución de los Estados Unidos fue buque insignia del modelo de democracia, hoy la Carta fundamental, pisoteada, queda como mero papel mojado según se ha decidido desde los mingitorios del Salón Oval de la casona a orillas del Potomac. ¡Qué degradante espectáculo, el de los exportadores de democracia!
(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.