Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George*
Contando con que marzo cierra en Semana Mayor, al actual periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión le restan a lo sumo 14 jornadas del pleno.
Tanto en San Lázaro como en el Senado, está a galope la estampida de los chapulines. Las directivas de ambas cámaras, por mandato legal, están obligadas a llamar a los suplentes de los legisladores que han solicitado licencia.
Existe en agenda un caso representativo de uno de los estados que, resueltas dos suplencias, la entidad se quedaría sin uno de sus senadores, rompiendo la paridad de la representación. Eventualmente el Instituto Nacional Electoral propondría la cobertura de ese escaño por orden de prelación.
Esperar un periodo extraordinario de la actual Legislatura está en chino: Puestas a galope las campañas presidenciales y al propio Congreso, aun si las bancadas del PRI fueran presionadas por Enrique Peña Nieto es aventurado esperar quorum para sesionar.
Con baja de cortinas, expectativas legislativas decrecientes
Ese cuadro de expectativas legislativas decrecientes se retrata porque hoy los presidentes en turno de las directivas del Congreso: Ernesto Cordero Arroyo (Senado) y Edgar Romo García (Cámara de Diputados) salieron a balcón para posar ante las cámaras de televisión y lanzar buenas nuevas sobre lo que les resta por hacer en los próximos seis meses.
Apuntemos antes dos situaciones: Después del 1 de julio los días tendrán el foco puesto en el Instituto Nacional Electoral (INE) aplicado, a la revisión de cómputos en favor de candidatos al Congreso. Dada las constancias de mayoría, las Cámaras se ocuparán de procesar y entregar las credenciales del los legisladores de la LXIV Legislatura federal que arranca el 1 de septiembre.
A sabiendas de esa circunstancias, el panista senador Cordero Arroyo se comprometió (extrañamiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de por medio) a tener planchado el dictamen de la Ley de Publicidad Gubernamental antes del 30 de abril. ¿Será verdad tanta belleza?
Adicionalmente, en cuanto toca al Senado, el nombramiento del primer Fiscal General de la República. Debe acompañarse esa designación con el nombramiento de Fiscal Anticorrupción.
El diputado Romo García, a su vez, se comprometió a sacar el nombramiento de Auditor Superior de la Federación (Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados), cargo vacante desde el primero de enero.
Podríamos conceder el beneficio de la duda a ambos legisladores federales. ¿Usted haría lo mismo?
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.