Por Arturo Sandoval
“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”. Mahatma Gandhi.
Las dos senadoras tienen, en principio, pertenecer a la misma legislatura. Empezamos a ver la forma y después el fondo. Las dos son verdaderamente muy bellas; visten y llevan la ropa con mucho porte y buen gusto. Las dos norteñas; Andrea de Ciudad Juárez, Chihuahua; Lilly de Hermosillo, Sonora. Echadas pa’delante es poco, ambas son auténticas huracanas en la tribuna, entre otras semejanzas.
Son distintas diametralmente en las cosas que son fondo: dos generaciones distantes; Téllez con 56 años, Andrea 27 años. Lilly probablemente sin estudios universitarios o medios, por no aparecer en ninguna parte información sobre ellos. Andrea con título de abogada, fue la persona con una diputación más joven del Congreso en 2021; hoy, en esta legislatura es Senadora por ser elegida a través del voto popular, con alta legitimidad por ser la más votada en su Estado.
Lilly Téllez repite en esta legislatura como Senadora sin ganar la elección, perdió feo en las elecciones de su Estado; por ello la metió el PAN, como plurinominal.
La senadora Téllez trabajó como conductora de noticias y en otros programas de entretenimiento en Azteca TV desde los años 90. Su adiestramiento y experiencia es unido generalmente a un guión preparado por otras personas para ser dicho ante las cámaras de su medio por Lilly Téllez. Su entrenamiento es con base en buena dicción, gestos articulados y en congruencia con sus guiones preparados. Puede parecer estar de acuerdo con una postura y en los siguientes programas cambiar varias veces su postura, según los intereses de sus patrones o de los intereses defendidos por la Senadora panista. Así como sus estudios son un misterio, también los es si cuenta con alguna ideología.
En la tribuna y en entrevistas tanto Andrea como Lilly muestran el grado de conocimiento de la historia de México y cultura en general. Andrea es una conocedora y estudiosa de nuestra historia. Saca en muchos de sus discursos y entrevistas temas como una lista de movimientos estudiantiles del siglo pasado y de este siglo para reclamar la violencia asesina de los gobiernos Prianistas. Domina todos los ángulos del feminismo, se muestra con una ideología de izquierda muy sólida; conoce, estudia, se informa y analiza la ideología de la derecha y sus intenciones. Como abogada, sabe hablar con conocimiento académico, de leyes, de la Constitución con sus artículos, de lo bueno y malo del poder judicial. Lilly sólo lo que no le parece de la historia del sexenio de AMLO.
No menciona las palabras “pueblo o pobres” con intención social ni muestra información sobre personajes de la historia de México ni de otros lugares. No cita libros ni nada relacionado con la mínima cultura general. Andrea Chávez no ofende, no califica con vulgaridades a sus oponentes, pero sí los describe de forma exacta y fundamentada. Lilly Téllez, hace lo contrario: califica, denosta, ofende, pone apodos clasistas y racistas; hasta algunos que en lugar de dañar a quién van dirigidos, se le regresan como si escupiera hacia arriba. Pero a ella le debemos momentos muy entretenidos por hacernos reír mucho por el famoso “Bellaco” al calificar así al presidente del Senado, Fernández Noroña. En la tribuna o dónde aparece Andrea Chávez, brilla por su enorme inteligencia y sentido humano.
Téllez, también inteligente, en todos lados emite un halo de descontento y odio tal como lo prepara en un noticiero para no salir de la línea informativa de la empresa o intereses patrocinadores. Andrea Chávez, es el personaje principal de heroína sacada de la película la Mujer Maravilla reina de las Amazonas defensora de los más vulnerables y de las mujeres. Lilly Téllez, de cualquier personaje de los programas insulsos de comedia en las dos televisoras. Sin embargo, Téllez es mucho mejor en miles de veces que Xóchitl Gálvez, Marko Cortés, Santiago Creel o cualquier panista y priísta, para representar a la oposición.
Dos senadoras violentadas por la misoginia
Algo muy negativo para hacerles víctimas de la misma desgracia a estas dos senadoras son los ataques misóginos no sólo de machos de bandos opuestos, también de las mismas mujeres:
“A Denise Dresser le perdonan el castigo sus amigos magistrados: ya no tendrá que asistir a un curso sobre igualdad de género.
Pero no le van a quitar la vergüenza de haber insinuado que las mujeres que hacemos política necesitamos “novios y amantes”, cada vez que se disfrace de feminista los 8 de marzo”: Andrea Chávez.
De algo similar, la gobernadora de Chihuahua acusa a Andrea Chávez, sin ninguna prueba. La Senadora revira de inmediato:
“Qué si tengo una jirafa, un avión privado, una Suburban blindada y hasta amante poderoso”, expuso.
“La gobernadora panista de Chihuahua está muy asustada”, Andrea menciona las ausencias, corrupción, endeudamiento, entre muchas faltas que la hicieron tomar la decisión de bajarse de la contienda electoral.
Acusó a Marú Campos que se ha dedicado a atacarla como si ella fuera la gobernadora, en lugar de hacerse responsable. Por lo que remarcó que los viajes que le atribuyen a ella se mencionan porque la gobernadora es quien “se la pase entre Madrid, Miami y París con aviones privados de ciertos proveedores de gobierno pagados con tu dinero”.
Andrea Chávez, constantemente es acosada, violentada por difamaciones para hacer ver su ascenso político como conseguido por su belleza; también la vileza de un cartonista de El Financiero Antonio Graci, al difundir montajes en Photo shop del rostro de Andrea Chávez en el cuerpo de otra mujer dónde se ve ropa interior. Graci debe responder a las autoridades bajo la Ley Olimpia y no sólo disculparse o esconderse. De igual forma las personas que difunden vídeos o fotos de Lilly Téllez, supuestamente en escenas íntimas con algún hombre. También violentan mujeres opuestas a Téllez calificándola como “roba maridos” como si de existir una relación con un hombre casado y después se fuera con Téllez, ella fuera culpable de las decisiones de un hombre muy adulto. Por cierto, al hombre en estos casos no se le recrimina nada, hasta a veces se le aplaude al “inocente”. Esos ataques de mujeres atacando a Lilly Téllez son misóginos, muy viles y no deben rebasar límites de vida privada ni familiar. Los conductores de programas en YouTube quienes califican a la señora Téllez como “La Loca del Senado”, piensan ser graciosos o graciosas y sólo denigran la información; no se puede tomar en serio a ese tipo de programas al igual a caricaturistas que deforman negativamente la figura de Lilly Téllez o de otras mujeres. Por ello, Lilly Téllez debe cuidar cuándo sube a la tribuna, no ofender de forma clasista, racista o misógina a sus compañeras y compañeros de legislatura.
Son personas muy públicas, deben ser buen ejemplo para hombres y mujeres, para jóvenes, niñas y niños; más ahora que todo se ve en vídeos o en todos los medios de difusión.
NOTA: no se puede negar: estas dos mujeres norteñas, son… dos tipas de cuidado.