Por Arturo Sandoval
“Si alguien piensa que Marcelo Ebrard pasó una mala noche, se equivocan. Los muertos por el accidente en la Línea Dorada del Metros son simples “pelillos en la mar””. José Martínez Mendoza (ver artículo completo al final)
Tomaba 2 veces al mes ese Metro. Me bajaba en Tezonco, a unos metros de dónde colapsó. A unos pasos está el enorme panteón de Tezonco. Toda la zona de Iztapalapa no oculta la pobreza de las construcciones, sin embargo, en medio de ese pantano de miseria se puede ver desde lo muy alto de la línea 12 del Metro plazas comerciales con logos de Sears, Liverpool o Sanborns. Algo inexplicable es ¿por qué tan alto el Metro en esos largos tramos? En las líneas de Congreso de la Unión son mucho menos altas y se ven sólidas, la 12 muy endeble. La Plaza Mariana y segundos pisos de paga fueron Ebrard-Slim. El remozamiento del Centro Histórico Obrador-Slim. La línea 12 Ebrard-Slim.
Foto tomada desde la estación Tezonco, Línea Dorada del Metro. Los edificios son el Hospital Dr. Belisario Domínguez.
Antes de llegar a Tezonco con dirección Tlahuac, en esas famosas curvas donde las ruedas de acero y los rieles sufren un desgaste todo el tiempo por la enorme fricción, aún en velocidades no muy altas. Se escucha el ruido de ese rudo roce. La vibración con ruedas de acero es mucho mayor que con ruedas de caucho de la mayoría de las rutas del Metro. Esta vibración permanente, más la vibración producida por vehículos pesados en ambos lados del Metro, puden repercutir en debilitar la ballena o trabe de granito y acero en este tremendo accidente. Se ha criticado mucho la decisión de no poner ruedas de caucho en la línea 12; en la administración de Marcelo Ebrard se consideró un aumento de unos cuantos millones de dólares haberlo hecho quizás, sólo quizás se pudiera haber evitado la tragedia. Hoy más de veinte familias lloran a sus muertos y quizás más de cien heridos sufran graves secuelas físicas y mentales con gastos muy, muy grandes.
“Por el bien de todos, primero los pobres” sin duda, fueron los pobres los que primero que todos mueren en este accidente de la Línea 12. Por la zona, por el destino, es de saberse que eran empleados, obreros, quizás enfermeras por estar a 100 metros un enorme hospital; parece que muy pocos niños. La pandemia, salvó a muchos estudiantes. Por el horario del accidente, al parecer iban medio llenos esos dos vagones, de gente de regreso a su hogar y que la pandemia no le ha permitido parar.
Zona del accidente.
Pobres ingenieros, mandos medios del gobierno y de constructoras; serán los chivos expiatorios de la catástrofe de la Línea 12; ningún machuchón pagará el plato. Hagan sus apuestas.
En este y en todos los gobiernos, son primero los pobres los que primero o únicos que se joden: Ayotzinapa, Aguas Blancas, Tlatlaya, Atenco, Terremotos, inundaciones, Fobaproas, crisis del 2009, de 1987, de 1995, San Juanico, movimiento estudiantil del 68, Influenza, Covid 19, etcétera.
A la una de la tarde del martes 4 de mayo, familiares de los hospitalizados declaran ante la televisión, que ninguna autoridad se les ha acercado para ofrecer el obligado apoyo. No se sabe si hay algún seguro de accidentes o de vida que proteja a los usuarios del Metro.
NOTA: así es, primero los pobres, ni siquiera son los que menos tienen. Son los que nada tienen y ya deben mucho a los ricos.
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