Corre, lee y dile
Por Germán Martínez Aceves
Esta era una humanidad pegada al celular. Abstraída por la cantidad de imágenes que circulaban en las llamadas redes sociales su realidad estaba en lo que podía mirar en la pantalla. Era difícil que viera su entorno: la basura se acumulaba en las calles, el asfalto cambiaba el color verde de bosques, parque y jardines por el negro y gris de las megaurbes, el agua escaseaba mientras tomaba refrescos de cola, la comida era chatarra de consumo rápido y así, entre otras cosas, el deterioro y el caos eran lo que realmente progresaba.
Poco acostumbrados a mirar, a reflexionar y a conservar su entorno ecológico no se fijaban en los bosques, en los jardines, en la flora, en la fauna, en el mar, en el cielo o en lo que sucedía más allá del planeta. Un día, dieciocho poetas, narradores, ensayistas y periodistas, sensibles y conscientes de que el ser humano es parte de la naturaleza y que sin equilibrio la vida iría cuesta abajo hasta perderse en las profundidades de la nada, decidieron reunirse y crear la Sociedad de Científicos Anónimos.
Las ideas fluyeron, la poesía, el cuento, el ensayo y la crónica hicieron sus cruces con las ciencias naturales, la filosofía ambiental, la ciencia y la conciencia y el resultado fue ¿Narrativaleza? ¿Econarrativa? ¿Ecopoesía? ¿Letras verdes? Finalmente, este grupo multidisciplinario decidió publicar este brote de letras, sentires y naturaleza como Sensacional de Liternatura mexicana.
El resultado lo podemos leer en esta publicación coeditada por Festina Publicaciones y la Editorial de la Universidad Veracruzana coordinada por Andrés Cota Hiriart, zoólogo, ensayista, narrador, aventurero y divulgador de la ciencia.
El escritor catalán Gabi Martínez define así a la Liternatura: “Conjunto de escrituras que dialogan, artística e íntimamente, con la naturaleza en todas sus dimensiones, desde los microbios que habitan en nuestro cuerpo hasta las ballenas que surcan los mares, desde las profundidades geológicas hasta los ecosistemas que la actividad humana ha amenazado”. Y así lo practican los dieciocho escritores que reúnen sus textos en el Sensacional de Liternatura mexicana.
Las poetas sean tal vez las que tengan más a flor de piel la importancia de sentir la profundidad del sentido de la vida y la naturaleza como nos lo demuestran las siguientes poetas: Nadia Escalante Andrade en “Homún” (Sobre un cenote o junto a un pozo,/ el agua encuentra las raíces/ para volverse tronco, rama, flor y fruto:/ un árbol es una lluvia inversa; Judith Santopietro, poeta de las Altas Montañas de Veracruz con sus “Destellos naranjas en la copa de los árboles” (Partimos de madrugada,/en un parpadeo atravesamos océano y desierto)/ al amanecer una parvada ondeaba las nubes con sus alas”; Isabel Zapata, escritora y editora con “Si olvidamos el resto” (Que tus arterias se vuelvan el cableado de la ciudad,/ que la ciudad seas tú,/que tú seas el bosque,/ que la luz tome todo.); la poeta Elisa Díaz Castelo con “Ese otro que también me habita (y no es el alma necesariamente)” (Animalejos/insidiosos o inocuos,/ pero ante todo, diminutos,/ o, por lo menos, discretos./; la poeta ingeniosa otomí Margarita León con “El árbol de mi vida” (Orilla de tu mano/ y tu vida tu voz/ nadie volverá a decirte que no se puede vivir) y el ensayo sobre ecofeminismo y desarraigo de Balam Rodrigo, poeta y narrador quien realiza una lectura ecocrítica al poema “Águila arpía”, de Silvia Tomasa Rivera.
Eduardo Boné Morón, biólogo y narrador, presenta el cuento Ba’al-Che’ (Animal del bosque); Mónica Nepote, escritora y montañista, escribe “El día que los ríos recobraron su apariencia cristalina” y María del Carmen Tostado, editora y curadora nos recuerda que somos “Las pesadillas de las plantas”.
Entre relatos, ensayos y crónicas se deslizan los textos de Francisco Serratos, veracruzano humanista ambiental integrante de la Universidad Estatal de Washington quien presenta “Relato de observación” y su relación con los chorlitos gritones; Maricela Guerrero quien escribe “Árbol, aves. Agua: de coherencia natural”; Jorge Comensal, con sus “Mojarras en la niebla”; Francisco Cubas nos recuerda “La triste historia de la laguna de Las Ilusiones” de Villahermosa, Tabasco y la divulgadora de la ciencia Alejandra Ortiz Medrano reflexiona sobre “Ser yo sin los otros”.
Andrés Cota Hiriart incursiona en la selva chiapaneca para encontrar a “La víbora de ojos dorados, Expedición a los últimos vestigios del bosque de niebla en busca de la serpiente más extraña de México”; el periodista Agustín B. Ávila Casanueva escribe “Las liebres serán liebres: los gazapos de la biología”; y cierran las propuestas de liternatura un par de textos que transitan entre la realidad y la distopía, “Depende” de la editora yn escritora Maia F. Miret y “Hacia el artificeno” del ensayista y poeta Emmanuel Vizcaya.
Qué mejor fórmula para aportar en la conservación de la vida que la literatura con la natura, es decir, la Liternatura.
Sociedad de Científicos Anónimos presenta Sensacional de liternatura mexicana, coordinado por Andrés Cota Hiriart, es una coedición de Festina Publicaciones y la Editorial de la Universidad Veracruzana, 248 páginas, 2025. Para adquirir el libro consulta: