Claudia Rodríguez
Hasta el sexenio pasado, fue cierto para muchos lo que encierra la frase que señalaba que “vivir fuera de la nómina gubernamental era tanto como vivir en el error”, pero no sólo eso; incluso funcionarios públicos desde secretarios y directores –hasta hay indicios de que los mismos jefes del Ejecutivo–, pensaron que nada pasaría si disponían para su beneficio personal y familiar, de patrimonios materiales, financieros y en dinero líquido, pertenecientes a la Nación.
Reyezuelos en una democracia más electoral que efectiva, que incluso hacían creer a sus subalternos que todos los recursos públicos a su encargo, estaban a su libre disposición. Propiciaron un entramado de servilismo laboral que evitaba la denuncia o incluso, en la complicidad costumbrista de que al jefe no se le niega y mucho menos discute nada, so riesgo de perder, primero las cortesías dentro del ambiente laboral y seguramente, hasta el mismo empleo.
Se les pasó la mano a todos quienes maquinaron y trabaron estafas similares o aún más cuantiosas que la llamada Estafa Maestra; al grado que esconder la corrupción ya no fue cosa de niños, ni mucho menos de salidas de la escena pública enriquecidos hasta el tuétano pero sin la posibilidad de cancelar que el brazo de la justicia no les alcanzara. Robaron a manos llenas y presumían educación, elegancia y hasta “status”. Los familiares también se llegaron a creer que podían meter las manos en lo que parecía un arca inagotable de recursos, sólo para su disfrute.
Cientos son los casos recientes en los que los funcionarios públicos de alto nivel –y sólo eso– se conducían como verdaderos hombres de “sus” negocios y magnates, al grado de exceder en el abuso y disposición personal de oficinas, empleados, transporte, relaciones y hasta dinero, en su disfrute personalísimo.
Conocer los detalles de cómo Emilio Lozoya Austin, ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex) y hoy prófugo de la justicia, llegó a usar para sus viajes turísticos y traslados del orden laboral, una aeronave mediana adquirida por la empresa petrolera para reforzar la vigilancia y seguridad en instalaciones, así como combatir el robo de combustibles en los ductos; nos deja en claro que la arbitrariedad llegó hasta la misma omisión de sus tareas.
Es ruin el despojo a la nación que perpetraron por décadas, reyezuelos de mente que día a día aceptaron el mote de burócratas, gobernantes y hasta jueces.
No obstante, exhibir y procesar a los corruptos no es suficiente para empujar el desarrollo nacional y es necesario entender con urgencia, que la parálisis económica y laboral ya excedió el tiempo de dos o tres meses costumbrista de sexenios anteriores.
Acta Divina… Los auditores de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), detectaron que Emilio Lozoya Austin realizó 21 viajes internacionales a Nueva Jersey, Houston y San Antonio, en Texas; Westhampton, Teterboro, Westchester, en Nueva York, Maine y otros destinos turísticos nacionales en repetidas ocasiones; en el Cessna Citation Sovereign 680, adquirido por Pemex para combatir al huachicol.
Para advertir… El huachicolero de cuello blanco, se encuentra prófugo de la justicia.
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