Yo Campesino / Solapador
• Lo que en los otros es corrupción y mentira, en el ganso es justificación y verdad
*Miguel A. Rocha Valencia*
Sin recato, sin medir sus palabras, el profeta de la 4T se lanzó con todo contra periodistas, intelectuales “orgánicos” e investigadores. No sólo reiteró el término de mafiosos, conservadores, alcahuetes y desde luego, conspiradores contra su régimen.
Aplicó la receta de no aceptar culpas, responsabilizar a otros de atentados, plagios, corruptelas y suplantaciones, porque simplemente en su feligresía eso no existe aunque con pruebas irrefutables, números y razonamientos se demuestre que su administración hizo suya la mentira y corrupción como método de gobierno.
Prefiere que le digan que se equivocó para no aceptarlo solo porque se lo dicen los “otros” esos que no son el pueblo bueno y vencido a sus pies.
Llegó al colmo de poner en duda la autenticidad de un atentado contra periodista, no acepta que 13 más del año fueron víctimas de la criminalidad que galopa e incendia al país, en todo caso los culpa por “no portarse bien”.
Igual diría de los ya 142 mil asesinados que registra su administración y que seguramente cerrarán el año en 143 mil. Se atrevería a decir que se suicidaron o fueron víctima de sus enemigos para desprestigiarlo y desvirtuar su “estrategia” de abrazos, no balazos, gracias a la cual fue liberado uno de los principales cabecillas de la delincuencia y con él, se escaparan otros 47 criminales del penal de Sinaloa, en el llamado “Culiacanazo”.
Y todo, lo reconoce cínicamente, porque ello ordenó e hizo reservar la información sobre esos hechos durante al menos cinco años. Eso es corrupción, como lo es mentir, robar al pueblo y violar permanentemente la Constitución, leyes secundarias o reglamentos.
Lo peor es que desde palacio Nacional ordena que sus vasallos vestidos de legisladores, gobernadores o munícipes lo hagan por “el bien de la causa”. No importa que roben, entreguen contratos apócrifos, sin licitación para hurtar dinero presupuestal que seguramente luego engordará carteras privadas o recursos para campañas del Morena.
Ese mismo dinero que se roba de los dichosos programas sociales, donde está comprobado se escamotean miles de millones de pesos a través de una clientela inexistente, de muertos, duplicidades y desde luego, familiares.
En ese esquema de corrupción también se encuadran las campañas adelantadas de corcholatas, la ordeña de presupuestos estatales, las transferencias en efectivo para “la causa” y desde luego el enriquecimiento inexplicable de hijos, hermanos parientes cercanos, compadres y amigos. Ejemplo claro además del caudillo, Rocío Nahle, los Sandoval, los Robledo o los Bartlett.
A cambio, los demás son corruptazos, se habló de ellos con el NAIM, se denunció a los Peña Nieto y gente de su gabinete, pero el único pagano es Emilio Lozoya Thalmann y eso por “comerse” sólo un pecado de diez millones.
Cual pendenciero que busca pelea todas las mañanas, el ganso se va no sólo contra quienes lo critican sino también a quienes “ofenden” con dudas a sus recomendados y amigos como el caso de la ministra Yasmín Esquivel, designada por él y esposa de su constructor y consejero favorito José María Rioboó.
A la exmagistrada del TCA se le acusa de plagiar una tesis de licenciatura en la cual la propia UNAM encontró muchas similitudes con una anterior dirigida por la misma maestra Martha Rodríguez Ortiz, lo cual la haría sospechosa de que en el fondo, sea la catedrática universitaria la responsable de todo el tema, donde incluso hay dos trabajos más “muy parecidos”.
Total que el caudillo se indignó y soltó la rosario acostumbrado de ofensas contra denunciantes y detractores, como también lo hizo con los periodistas que le piden como mexicanos, que cumpla con su responsabilidad de dar seguridad a todos, súbditos o ciudadanos pensantes.
En vez de hacerlo y apegarse a derecho, justifica a los suyos, acusa y denigra a los de enfrente, les dice enemigos del régimen.
Ese es el ganso, no va a cambiar porque está en su esencia y estrategia. La chachalaca tabasqueña nunca reconocerá errores ni aunque mueran decenas de miles de mexicanos por enfermedad o asesinados, que el crimen de apropie de más de la tercera parte del territorio nacional o se nos caiga la economía por sus bravuconadas, ignorancia y falta de balatas en la boca.
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