Por Arturo Sandoval
“Una vez entré a mi cuarto una noche en un hotel, y la sábana estaba en el piso; y yo pensé que era un fantasma que se había desmayado, así que lo pateé”. Frank lero.
Frase muy usada por Claudia Sheinbaum para enfatizar que “Presidenta se dice con A” para de esa forma poner a la vista a las mujeres en cualquier cargo, trabajo u ocupación: albañilas. Bomberas, soldadas, generalas, ingenieras, conductoras, médicas, carpinteras, estudiantas, etcétera.
Sin embargo, hay formas de dejar de existir sin morir. Es pasar del lado de la indiferencia, del olvido, de ya no ser útiles para diferentes intereses, de no significar algo. Así es cuando Claudia Sheinbaum se refiere a alguna nota falsa hecha por alguien de la oposición, incluso algún medio. Sheinbaum menciona el pecado, pero no al pecador. Lo invisibiliza, lo hace humo. Y les pasa lo de siempre; no entienden eso de “cuidado con lo que deseas porque se te puede cumplir”. Tanto en leyes aprobadas por la oposición cuando eran gobierno, como cuando la ex candidata Xóchitl Gálvez pide al poder judicial que AMLO no la mencione en sus discursos, al igual que Raymundo Riva Palacio. Y ¡páctelas! De repente se convierten en sombras casi inexistentes en las vitrinas de la opinión pública. De la misma forma, cuándo en los debates presidenciales Claudia Sheinbaum mencionaba las corruptelas; incluso llamó corrupta a Xóchitl Gálvez, pero no menciona su nombre. La hizo invisible.
La práctica de convertirlos en ignotos, repercute en perdida de búsquedas por sus nombres, bajen sus suscriptores en sus medios impresos o programas de YouTube. Así se desmonetizan día con día, pierden audiencia; además de la emigración de anunciantes hacía otros programas de YouTube; incluso de izquierda. Sólo vea la enorme cantidad de anunciantes en los vídeos de: Sin Embargo, Astillero Informa, Adriana Buentello, Rompe Vientos, Periodistas Unidos, Pie de Página, etcétera. Los publicistas, los empresarios saben del tipo de audiencias de estos programas son, una parte de gente de izquierda y otra parte de público de derecha para informarse y tomar decisiones de todo tipo; tanto políticas como financieras; por ser análisis fundamentados y no a modo como los de los otros medios.
Brozo, Loret de Mola, Ciro Gómez Leyva, López Dóriga, Denise Dresser, Carmen Aristegui, Alazraki, Azucena Uresti, Krauze, Lorenzo Córdoba, Aguilar Camín, Marko Cortés, Norma Piña, Alito; digamos qué estos son los principales propagadores de noticias falsas; hoy damnificados y borrados sus nombres en las Mañaneras del Pueblo. Pero hay un piso o dos inferiores. Aquellos que alguna vez se mencionaron sin tener verdadera relevancia: Chumel, Pagés Llergo, Javier Lozano, Raymundo Riva Palacio, Leo Zukermann, Ricardo Anaya, Jorge Castañeda, Lilly Téllez, Emilio Álvarez Icaza y quizás otros de ínfima categoría.
A estos, alguna vez los menciona AMLO, pero hoy, Claudia Sheinbaum, no les da un segundo de su tiempo en poner sus nombres en ninguno de sus discursos. Como dice una canción “Odio quiero más que indiferencia”.
Otros siempre deambulan en mundos paralelos. Ni AMLO ni Sheinbaum los mencionan. Son ceros a la izquierda, ignotos, para Obrador y Claudia. De no ser porque algunos medios convencionales los nombran y también aparecen en forma de burla en canales de YouTube de izquierda, personas como: Acosta Naranjo, Edmundo Jacobo, Jesús Zambrano, López Rabadán, Gustavo Madero, Macario Schettino, Mariclaire Acosta y Fernando Belaunzarán serían casi desconocidos. Estos, con el deseo de formar un partido político de oposición al gobierno de Claudia.
Todas sus actividades deben ser financiadas por empresarios tercos en meter dinero bueno al malo. Son gente indeseable para la mayoría del pueblo, donde se incluye a una clase media desilusionada, defraudada por esto personajes de la política rastrera. Les mienten nuevamente a sus patrocinadores, pero ya no significan nada para los votantes; mucho menos cuentan con un mínimo de credibilidad.
Están agarrados con la uña del meñique del bordo de un barranco, pero quieren seguir el saqueo del erario con la formación de su partido.
No es para ponerse feliz; el País necesita de una verdadera oposición, con gente de convicciones reales; no de intereses personales para enriquecerse y ser poderosos. Oposición con proyecto de país, con ideas fundamentadas en propuestas, planes; y, lo único que hay en la oposición es la nada, al igual que ellos. Van sin “carta de navegación” les diría Marcelo Ebrard.
Bueno ¿Está atrás o no de Sheinbaum Andrés Manuel?
Uno de los mejores difusores de metáforas y analogías políticas es Héctor Alejandro Quintanar; algunas de su autoría, otras no; pero aplicadas con fineza, exactitud y humor a diferentes hechos, personas y discursos políticos. Es de verdad un placer saborear seriedad profesional con que este joven analista crea sus comentarios. En reciente programa de Radicales en Sin Embargo, hace una analogía de personas de la oposición ligadas a la estupidez a través de la paradoja del imbécil: “Si no se les contesta pensarán que tienen razón; pero si se les contesta pensarán que tienen importancia”; por esto los opositores se hunden en esta paradoja en muchos de sus reclamos al Gobierno. Uno de ellos tan reiterado es, además, patético. Pero, si supuestamente tienen razón en que AMLO está atrás de las decisiones de la Presidenta, pues esto no es para que se alegren de su descubrimiento o hagan tambalear la gobernanza de Sheinbaum; aparte de no ser ilegal; pero, en cambio, sí muy preocupante para los conservadores; sería como si dos gigantes bailaran un zapateado sobre los opositores. En realidad, esta gente inconforme sabe de sobra que no es así; su machista discurso lo usan como fallido intento de cancelación a una Presidenta con capacidad e inteligencia a años luz de distancia de cualquier persona de la oposición y con la aceptación de más del 80% de la población.
NOTA: para empeorar su panorama; en la oposición, ni uno sólo ni todos juntos tienen un poquito de carisma.