¿Origen es destino? No siempre. Son más las excepciones del aforismo que la regla que le da existencia.
Platiquemos hoy del presidente del nuevo Instituto Nacional Electoral. De sus orígenes, sí. Pero también del destino marmóreo que, según sus entendederas, ya comenzó a forjarse.
Lorenzo Córdova es hijo de Arnaldo Córdova, quien en la década de los 70’s alcanzó cierta notoriedad académica, cuando la Editorial Era publicó su libro “La formación del sistema político mexicano”, un buen análisis sobre la composición de fuerzas, el capitalismo de Estado y el papel histórico del populismo.
Como era de rigor en aquellos años, para llegarle a la muchachada, cargarse al polo de la izquierda radical en cualquier tipo de análisis, significaba el camino directo hacia la consagración.
Don Arnaldo ingresó con fanfarrias al Olimpo cuando, en otro tratado, definió el futuro de la izquierda en México, todo un clásico del recetario funambulesco de los “rabanitos” criollos que nadie en su sano juicio debe perderse.
Y de la academia dio el salto mortal a la grilla. Porque a falta de candidatos conocidos, el naciente PSUM –antecedente de lo que hoy queda del PRD– lo lanzó a una diputación federal en 1982, que obtuvo por la vía del entonces recién estrenado sistema de representación proporcional. Plurinominal, que decimos popularmente, lo que no necesariamente quiere decir que es por estar en varias nóminas. Aunque hay casos.
Llegó Córdova a San Lázaro, pues, y disfrutó de todas las comodidades que le ofrece el recinto a un diputado de cierto nivel y, claro, que se respete a sí mismo.
Se desempeñó como asesor cercano de Rolando Cordera, el coordinador de esa fracción y a la vera del izquierdismo orgánico, los dos hicieron cera y pabilo en tribuna de algunas actitudes oratorias de priistas ya desde entonces decadentes.
Son memorables sus intervenciones, algunas de las cuales presencié.
POLITÓLOGO, ¿POR ÓSMOSIS?
Inicio de la década de los 80’s del siglo anterior, y don Arnaldo acababa de regresar de unas merecidas vacaciones universitarias en Turín, trayéndose el prestigio de académicos italianos que funcionaron como gran complemento curricular para su ingreso al sistema nacional de investigadores.
Lo suyo era la academia. Siguió dando clases en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, donde fue maestro de su actual pareja, Fatima, sobrina del emblemático panista Adolfo Christlieb Ibarrola, uno de los ideólogos mayores del panteón blanquiazul.
Resumiendo: Arnoldo Córdova nunca fue un líder de masas, ni manifestante consuetudinario. Su ascenso radicó en las actividades académicas de la izquierda orgánica, o lo que sea que esto quiera decir.
Su hijo Lorenzo, mitad italiano, mitad mexicano, es un favorito de las hadas, pues a pesar de tener escasos días al frente del INE, ya “rankea” fuerte entre los nuevos padres de la patria y es un poco –hasta ahora– pasado de castaño oscuro en eso de declarar como si nadie conociera de donde viene. Más lejos de la realidad, ni mandado a hacer.
Gusta repetir en entrevistas a modo: “yo me crie en las manifestaciones”….”la conciencia cívica se hacía en el comedor de mi casa”…” estudie en Turín, en la escuela que lleva el nombre de Norberto Bobbio” (y, entre paréntesis, ¿eso qué?; yo transito frecuentemente frente a la Bolsa de Valores y eso no me convierte en accionista) como queriendo ir construyendo una imagen marmórea que supere, aunque sea con una tilde o una jota, al homérico José Woldenberg, sin percatarse siquiera de que todos sus entrevistadores colmilludos de la televisión o la radio, cansados de tanta solemnidad, ya lo agarraron de “patiño”.
¡Lo que nos falta por ver! ¿Cuántos años va a estar frente al INE?
Índice Flamígero: Fátima Fernández Christlieb, por cierto, fue presidenta del jurado que examinó a Andrés Manuel López Obrador en la ceremonia en la que éste obtuvo su título universitario. Así los solicitó Arnoldo Córdova a Enrique González Pedrero, a la sazón director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Politólogo? nada de eso, vividor del sistema “democrático” de partidos. Titular en turno del órgano de control político, las raíces de la democracia a la mexicana están podridas, el origen de cuotas partidistas en la integración del IFE, ahora INE y del TRIFE explica su actuar.
Señor Rodríguez:
Navegando por Internet, encontré por casualidad su artículo “Lorenzo Córdova ¿a los mármoles?” y estoy sorprendido de la cantidad de mentiras e insultos que dice. En un principio no tenía la intención de escribir nada sobre las desvergüenzas que contiene su pasquín porque creo que no vale la pena, pero conociendo de primera mano la verdad de las cosas por ser un testigo presencial de ellas como alumno universitario y en el ejercicio de mi profesión, no he podido tolerar que haga uso de un medio de comunicación para mentir y desinformar con total impunidad.
Iré directamente al grano y trataré de no detenerme en comentar las majaderías que dice su artículo sobre Arnaldo y Lorenzo Córdova:
1. Usted dice que Arnaldo Córdova tuvo “Cierta notoriedad académica cuando la Editorial Era publicó su libro “La formación del sistema político mexicano”. Se nota que usted no se ha parado en una biblioteca o en una librería en los últimos 30 años. El nombre correcto del libro es “La formación del poder político en México” y ni siquiera es la obra más conocida ni la más importante de Arnaldo.
2. Después menciona que “Llegó [Arnaldo] Córdova a San Lázaro, pues, y disfrutó de todas las comodidades que le ofrece el recinto a un diputado de cierto nivel y, claro, que se respete a sí mismo.” Otra vez sus fuentes son erradas, si es que las tiene, ya que toda la bancada del PSUM en la LII legislatura entregaba al partido sus dietas (sueldos) para su sostenimiento. Eso lo puede comprobar usted con cualquier militante de dicho partido que conoció su funcionamiento administrativo. Obviamente usted no lo va a hacer.
3. “Inicio de la década de los 80’s del siglo anterior, y don Arnaldo acababa de regresar de unas merecidas vacaciones universitarias en Turín, trayéndose el prestigio de académicos italianos que funcionaron como gran complemento curricular para su ingreso al sistema nacional de investigadores.” Falso. Arnaldo jamás necesitó traerse el prestigio de nadie porque la entrada al SNI se logra con pruebas del trabajo desarrollado y tras superar evaluaciones realizadas por otros académicos (se nota que usted conoce el funcionamiento del CONACYT). La obra de Arnaldo como profesor e investigador se nutre en la tradición de los estudios clásicos de la teoría política que le enseñaron Galvano Della Volpe, Cesarini Sforza, Passerin D’Entreves y Umberto Cerroni en los años 60, cuando estudió en Roma, y eso es lo que toda la gente seria (y lo remarco: LA GENTE SERIA) le ha reconocido siempre, incluso la UNAM al otorgarle el emeritazgo como investigador en 2001.
4. Una mentira más: Arnaldo jamás ha sido o fue pareja de Fátima Fernández Christlieb. Su primera esposa fue Paola Vianello Tessarotto (la madre de Lorenzo Córdova), profesora de griego en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y de la cual enviudó en 2007. Posteriormente, Arnaldo se casó con otra persona que no forma parte del ámbito académico.
5. Que Arnaldo (sí, Arnaldo, no Arnoldo, como usted lo llama) “nunca fue un líder de masas”, es tan cierto (de hecho es lo único cierto que usted dice en su artículo) que nunca ha hecho gala de ello. Demuestre lo contrario si tiene pruebas.
6. Arnaldo Córdova no solicitó a Enrique González Pedrero que Fátima Fernández Christlieb fuera la presidenta del jurado que examinó a Andrés Manuel López Obrador para obtener su título de licenciatura por una sencilla razón: El director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM en ese entonces (1987) era Carlos Sirvent Gutiérrez, no González Pedrero, quien había dejado de serlo desde 1970 y Fátima Fernández Christlieb no fue su sinodal porque ella no estuvo presente en el examen, sino su hermana Cristina, que fue la asesora de su tesis, mienras que los sinodales de López Obrador fueron José Luis Barros Horcasitas, Germán Pérez Fernández del Castillo y Samuel León González.
Finalmente, un comentario. Al puntualizar que Lorenzo Córdova es mitad italiano y mitad mexicano usted demuestra su xenofobia o su espíritu de golpeador. Y para que entienda lo que quiero decirle, copio la definición de xenofobia y demagogia elaborada por la Academia de la Lengua Española. Xenofobia: Odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros. Sólo un un provocador o un xenófobo hacen ese tipo de comentarios.
Antonio Pérez Cervantes. Muy extenso y “documentado” su comentario para alguien que “casualmente” encontró el articulo en cuestión que dicho sea de paso no plasma insultos y menos aún mentiras ¿Es usted el biógrafo de la familia Córdova?
¿Por qué creo que es usted Federico Arreola usando un seudónimo?