Por Aurelio Contreras Moreno
La difusión del tercer video de la ex candidata de Morena a la alcaldía de Las Choapas, Eva Cadena Sandoval, recibiendo fajos de billetes, puso al descubierto una de las prácticas “tradicionales” del “lobby” legislativo, al menos en Veracruz: el “cochupo” o soborno para sacar adelante o detener, de acuerdo con los intereses en juego, iniciativas de ley.
La hoy diputada con licencia fue captada recibiendo un millón de pesos en efectivo de un presunto empresario para emitir un dictamen favorable a sus intereses en una iniciativa de ley, que más tarde se supo era para reformar los artículos 3 y 143 de la Ley Estatal de Protección Ambiental relativa a los centros de verificación vehicular, que desde hace algunos años han sido motivo de señalamientos por actos de corrupción en la entidad.
Eva Cadena era presidenta de la Comisión Permanente de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático de la LXIV Legislatura del Estado, y en esa calidad se habría comprometido a emitir un dictamen favorable a los intereses de los dueños de los verificentros para adoptar la nueva figura de Unidad de Verificación Vehicular que les permitiese continuar prestando el servicio, y por supuesto, con el negocio.
El dictamen sí fue emitido por la Comisión presidida por Eva Cadena, pero finalmente no fue aprobado por el Pleno. Por cierto, la iniciativa original fue presentada por un diputado del PRI, Carlos Vasconcelos, quien hoy es candidato a alcalde del tricolor por Coatzacoalcos, la misma zona de la que es oriunda la hoy defenestrada diputada con licencia.
No es la primera vez que se exhiben presuntos actos de corrupción en el Congreso del Estado de Veracruz. Al menos desde el sexenio de Miguel Alemán Velasco se ventiló en los medios que los legisladores recibían dinero para aprobar iniciativas de ley del interés de gobernantes y empresarios. En aquellos años, fueron famosos los maletines que ingresaron al palacio legislativo personeros de aquel gobierno, en la víspera de la aprobación de la Reforma Integral a la Constitución del Estado de Veracruz promovida por el alemanismo, y que hasta la fecha rige, con sus adecuaciones, el andamiaje institucional de la entidad.
Del sexenio de Fidel Herrera se cuentan también varias historias sobre cómo logró lidiar con un Congreso más bien adverso en la primera mitad de su sexenio, pero que le aprobó prácticamente todas las iniciativas de ley que envió. De antología fue aquel episodio cuando un diputado del PAN, Francisco Herrera, quien era secretario de la mesa directiva, cambió sobre la marcha las papeletas con la votación sobre la ratificación de Emeterio López Márquez como procurador de Justicia del fidelato, cuyo resultado era presuntamente adverso a la propuesta del Ejecutivo, pero que con ese pase de “magia” salió adelante, lo que le valió al legislador ser repudiado por Acción Nacional, y más tarde postulado por el PRI a la alcaldía de Papantla.
Durante la administración de Javier Duarte de Ochoa la corrupción fue asunto cotidiano y obsceno. Recientemente, se difundió otro audio en el que se escucha a la entonces presidenta de la mesa directiva de la LXIII Legislatura, Octavia Ortega, y al presidente de la Junta de Coordinación Política Juan Nicolás Callejas Arroyo, en el que la legisladora detalla con claridoso lenguaje lo que sucedía en el Congreso local: “ya hablé con estos cabrones, les dije que se dejaran de pendejadas, que nuestro jefe es Duarte y que los ‘chocolates’ que reciben de él no salían de la nada. Con la misma disposición que reciben los ‘chocolates’, que igual saquen las iniciativas”, dijo.
¿Cuántos como Eva Cadena se habrán embarrado, y cuántos más se seguirán embarrando, de ese “chocolate”?
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