-Victor Roccas.
“…Como otros miles de poblados en México, uno pequeño, con la marca de la pobreza en sus fachadas y la miseria en los rostros de sus habitantes, se asienta a los costados de la carretera federal Veracruz-Puebla, omitiré el nombre para dejar al mercado y capitales accionar por cuenta propia el sacrosanto beneficio de la libre competencia, el tramo de tránsito vehicular que comprende los límites del diminuto poblado se extiende por 500 metros, en ellos co-existen al menos 20 enormes topes, no menos de 200 baches, 2 zanjas y un tramo de 75 metros de terracería que recuerdan un paisaje lunar, no hay señalización de advertencia visible, únicamente propaganda electoral que aturde la vista del viajante, sin embargo entre todo se distinguen un par de enormes anuncios luminiscentes; uno a la entrada y otro a la salida del poblado que señalan los dos grandes locales de reparación de mulles, amortiguadores, vulcanizado y venta de llantas usadas, los locales son propiedad de la esposa del regidor en la cabecera municipal. Por cierto este año de elecciones la hija del regidor, y de la exitosa empresaria automotriz, es candidata a elección popular y futura alcaldesa gracias a las encuestas…”
Pero, detengamos un momento la prisa por resolver nuestras existencias, así de inicio tomemos un respiro y observemos como la mayoría de nuestros coterráneos avanzan raudos, cegados y sordos a nuestra diestra y siniestra, es curioso como la modernidad impone esa dinámica de competencia, a veces en contra de otras personas, a veces en contra de nosotros mismos, pero siempre a contrarreloj, siempre en estampida…
Correcto, ahora estimado lector pensemos detenidamente como tomamos decisiones, como hacemos una elección, como buscamos soluciones, pareciera lo lógico e inmediato es reconocer el problema y recordar que factores le han propiciado, pero sobre todo y lo más importante es discernir si realmente existe algún problema que resolver…
Por lo regular en nuestra sociedad moderna el gran porcentaje de problemas son dificultades que el mismo ser humano se ha creado y tal circunstancia ha sido el fundamento del sistema de consumo y mercado en el que vivimos, simplemente es la estrategia al inocular una enfermedad para después festinar la cura, crear una necesidad para vendernos una satisfactor, amenzarnos para después ofrecernos protección, etc…
Ahora bien, una vez identificado el problema y su origen la siguiente etapa es definir una solución posible y plausible mediante una elección que obviamente sea bien pensada, considerada, pues lo que no queremos es repetir el problema o eternizarnos en malas decisiones y por supuesto en problemas subsecuentes.
Y en todo lo anterior cabe la pregunta; ¿Porqué entonces nos permitimos tomar decisiones en base a percepciones ajenas?..
No es razonable pero sucede con más frecuencia de lo que cabría esperar. Tal es la base y fortaleza de la opinión pública; fraccionar el razonamiento individual en una idea colectiva absurda, la complejidad del pensamiento humano resumida en un argumento pueril, mercantil, publicitario y siempre evadiendo la realidad.
La gran mayoría no elige sino en base a lo establecido por esa misma gran mayoría, por la costumbre, moda, popularidad o tradición, no importa si los patrones de dificultad se repiten irremisiblemente, las personas entregan su voluntad de decisión a la mayoría, a la presión social, sin cuestionar, sin debatir, sin rubor, a riesgo del sacrificio de una convicción personal casi extinta pues los principios se encuentran depositados también en esa masa, muchedumbre, chusma, colectivo o liderazgo omnipresente que esclaviza la voluntad.
Nuestra vestimenta, alimentación, socialización, empatías, gustos, intereses, principios, inclinaciones, hasta la rebeldía, miedo y violencia, etc, son siempre dictados a efecto del colectivo mediante sus líderes de opinión quienes son a su vez serviles de oligarquías políticas, financieras y criminales en función de agendas propias… En resumen, la gran mayoría hace lo que un grupo pequeño de comandantes con intereses egoístas quiere, la voluntad de unos poquísimos cobijada subrepticiamente en la falsa voluntad de todos…
Y no hace falta explicarlo más, sólo recapitulemos como se elige a “nuestros gobernantes”; antes era mediante la militancia todopoderosa de un partido prácticamente monopólico, el PRI, luego fue mediante un sistema “democrático” de sufragio totalmente ineficiente y corrupto, ahora se supone la solución son las encuestas, así es querido lector, asombrosamente la elección de la ciudadanía será avalada y transmitida por ¡Un muestreo parcial definido dentro de una cúpula partidista con intereses ocultos y en su mayoría ilegales!
Y así los mexicanos tendrán nuevamente la oportunidad de utilizar esa herramienta tan “democrática y libertaria” como es la inexistente voluntad ciudadana…
De más establecer o considerar que detrás de tan “magnífico” esquema de elección se oculta la real voluntad de un poder que convence y engaña al declarar que “conoce perfectamente lo que quiere el pueblo, la ciudadanía, el colectivo” (pues ese poder ha creado cada problema desde la raíz)… Y lo que todos queremos, porque así es el dictado de cada politiquillo sea de derecha, centro o izquierda, es por supuesto más dificultades creadas por ellos, más antagonismos, más frivolidades, más distracciones, más chismes, más culpables, más publicidad, más elecciones, más presupuesto, etc, por eso hoy se enarbola desde cada mañanera y a los cuatro vientos la declaración de un ¡México más politizado!, pero al final lo que obtienen es más poder para sus arcas partidistas al servicio de las leyes del mercado, oferta-demanda, jamás para el cacareado “pueblo”.
No estimado lector, el pueblo no sabe lo que quiere ni entiende que es la política, el pueblo siempre clama por un líder o un grupo de líderes que le indique que necesita, por que el pueblo es realmente pendejo y no entiende el porque, el intríngulis de sus carencias y miseria, de su imposibilidad para regirse de otra forma que no sea mediante un gobernante, por que el pueblo es tan estúpido que no sólo precisa de administradores del estado sino que está urgido de ¡Gobernantes tiránicos!, así es sufrido lector, el pueblo está ansioso de valientes en la cruzada contra el pasado, guerreros que libren batallas en contra de “tepocatas, víboras prietas, fifis, chairos, liberales y conservadores”, valedores que ajusten cuentas a la mafia del poder, paladines que reivindiquen, una vez más y hasta el aburrimiento, la miseria continua y ancestral de los pueblos originarios, el pueblo implora por insignes escuderos de la fe y esperanza por un futuro estilo Dinamarca o USA, este pueblo jodido ruega por un vengador o “El Capitán América” para enfrentar un sistema comunista que nunca ha existido aquí pero que amenaza desde la sombra de Fidel Castro…
Lo que el pueblo de México realmente necesita según nuestros gobernantes es una sociedad de consumo más revolucionada pero no revolucionaria, una sociedad en donde las inversiones de capital nos conviertan en ricos y privilegiados ¡A todos y de un sólo golpe!, una sociedad más activa, más agresiva, una sociedad en la cual la selección entre individuos capaces e incapaces sea automática, una especie de “solución final” o “Apartheid” pero automatizada, una sociedad en donde la ética, la justicia y la equidad se resuman en moralidad, privilegio, dinero y mérito, por que ya es tiempo de mirar de frente nuestra problemática, no la real sino la verdadera, no la que hace evidencia de un rezago social a cargo de decenas de años aguantando polítiquillos corruptos y empresarios corruptores, sino la verdad que ellos gentilmente han descubierto para nosotros; ¡Los mexicanos estamos muy, pero muy jodidos porque cada elección, elegimos mal, por que los mexicanos somos huevones o ladinos, por que sólo aspiramos a extender la mano y recibir todo regalado, por que somos mediocres, somos pobres por que así lo queremos y por que sólo personajes como Carlos Slim, Salinas Pliego, Elon Musk, Germán Larrea o Andrés Manuel López Obrador, Xochitl Gálvez, Claudia Sheinbaum, Samuel García, Fernández Noroña, Claudio X. Gonzales, Lily Tellez y otros tantos, saben lo que el pueblo de México necesita!..
Eso es todo; no sabemos como pero siempre elegimos mal a nuestros gobernantes, sin embargo y justamente por esa circunstancia debemos agradecer arrodillados a nuestros gobernantes su patriótica presencia para evitar que elijamos mal una vez más…
Tal vez algún día logremos elegir administradores reales, contables que auditen los presupuestos y destino de ese fantástico botín llamado presupuesto de ingresos, tal vez algún día seamos capaces de elegir autoridades reales, árbitros que vigilen la actuación de cada servidor público, tal vez algún día logremos elegir cuerpos legislativos reales e imparciales, delegados de los mandatos constitucionales y derechos humanos que protejan y cobijen a cada uno de los ciudadanos sin importar otra condición que la condición de humanidad como derecho, tal vez despertemos del sopor de la fe y la esperanza en algún día esos intereses económicos y políticos dejen de rebasar a cualquier consideración de justicia y equidad social.
Entretanto seguiremos eligiendo ¡Gobernantes! mesiánicos, absolutistas, mediocres, corruptos, despóticos, irresponsables, impunes, criminales, ausentes, entreguistas, traidores, mentirosos, frívolos, populares, etc, porque al final siempre elegimos eso, ¡Gobernantes! Entes de absoluto poder que como su acepción indica nos gobiernan, ejercen su dominio sobre todo y todos como si fueran nuestros dueños y nosotros sus súbditos, sus pertenencias dispensables y sacrificadles, multitudes que sólo servimos para engrandecer sus egos y justificar sus posiciones de poder…
Así pues, sigamos soñando que elegimos, que nuestra elección es fruto de nuestra voluntad, que esa voluntad es consecuencia de la realidad, que la realidad es la que ellos, los que nos gobiernan, nos dicen que es, sigamos participando de un terrible juego de suicidio colectivo para mantener el privilegio de nuestros gobernantes, nuestros dueños, nuestros demonios, nuestro infierno.
-V. Roccas.