La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Lo importante no es que el can dance, sino quien lo puso a bailar
El pasado fin de semana, Minatitlán fue el teatro de la disputa por la candidatura de MORENA a la gubernatura en 2024: tuvieron lugar dos mítines, uno auspiciado por el diputado Sergio Gutiérrez Luna y el otro por la 4T oficial.
El pretexto fue promover la reforma eléctrica, pero al final, se convirtió en una competencia para que los dos grupos mostraran músculo. Sobre el acto encabezado por el círculo del gobernador, Cuitláhuac García, que fue el más numeroso, no hay que escarbar mucho: la organización corrió a cargo de los municipios de Coatzacoalcos y Mina, reforzados por la Hacienda y la logística estatal.
Sin embargo, el misterio radica en conocer de dónde obtiene recursos el legislador federal para sufragar sus acarreos porque, aunque utiliza el presupuesto de San Lázaro para pagar ‘convenios publicitarios’ (que consisten en la promoción de su imagen), no es factible que endose facturas de transporte y comilonas multitudinarias en la Cámara de Diputados.
Es notorio que en las reuniones del minatiteco, se apersonan actores políticos que se encuentran ‘en la banca’, líderes priistas, perredistas, magisteriales, cañeros, etc., que han vivido pegados a la ubre presupuestal y en la actualidad están fuera.
Es difícil suponer que esos cartuchos quemados que ‘aclaman’ a Sergio, tengan disposición de invertir sus recursos en un proyecto incierto, ya que, por más apoyos que tenga en la CDMX, el jefe político en la entidad es el Cui que, si no llegara a tener voto de calidad, si tendrá veto para derrumbar castillos de naipes.
El saber de dónde viene el millonario financiamiento a Gutiérrez Luna, puede permitir conocer cuáles son los intereses que se mueven detrás de él, debido a que ausentarse de la entidad 20 años para hacer grilla en Sonora y después regresar a ostentar su ‘amor por Veracruz’, es una historia engaña bobos.
Hay que seguirle la pista al dinero, para entender las motivaciones de fondo.