TRANSICIÓN
La tolerancia llegará a tal nivel que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para no ofender a los imbéciles”. Frase de Fiódor Dostoyeski.
Oswaldo Villaseñor
Andrés Manuel López Obrador dejará de ser Presidente de la República legalmente al primer minuto del próximo primero de octubre. No hay la menor duda de que él mandará en el país hasta ese momento.
Por más bastón de mando que simulara haber entregado a Claudia cuando la designó candidata, o por más inicio de la transición de mando, lo cierto es que no hay la menor intención de Andrés Manuel por soltar el poder.
La última ocasión de un “ubícate Claudia, el que manda soy yo”, se dio apenas la semana pasada cuando él dio una orden a Mario Delgado y a Nacho Mier para adelantar que el Plan B que incluye la reforma al Poder Judicial y la reforma electoral que será el tiro de gracia a los partidos de oposición, a los contrapesos y por ende la democracia, se presentará y aprobará durante el mes de septiembre.
Un día después, ante la reacción de los mercados, Claudia giró una contra orden para calmar los mercados financieros lo cual molestó enormemente al presidente. Andrés Manuel mostró que no está dispuesto a que se desafíen sus órdenes y de paso dejar en claro que el que manda es él y no Claudia.
El presidente salió en su mañanera y volvió a exhibir a Claudia de que no es la que manda y dejó en claro que las reformas van porque van y no le importa la reacción de los mercados financieros.
Desde luego, legalmente existe una razón. El periodo constitucional de Andrés Manuel aún está vigente y por lo tanto es quien manda.
¿Y después del primero de octubre quién mandará? ¿Será Claudia la nueva presidenta o seguirá siendo Andrés Manuel?
Ahí es donde entrará el juego de lealtades en el cual muchos pudieran quedar presos.
Ayer llamó la atención que durante la entrega de la constancia de mayoría a los virtuales senadores Morenistas por Sinaloa ninguno mencionó al todavía presidente Andrés Manuel. Imelda Castro dijo que ellos -senadores- estarán listos para defender los compromisos de la presidenta Claudia Shienbaum. Y las reformas del plan B, se le preguntó a Imelda Castro.
Bueno, dijo, hay que esperar a ver a cuáles acuerdos llegan la presidenta Claudia con el presidente Andrés Manuel en su reunión de inicio de la transición para luego ellos recibir indicaciones. Será como la presidenta Claudia lo determine en sus tiempos y forma, expresó.
A su vez, Enrique Inzunza reconoció que tenía dos jefes políticos. El gober de Sinaloa Rubén Rocha y la próxima presidenta Claudia Sheinbaum. No mencionó a Andrés Manuel. Por lógica y por tiempos se entiende. ¿Pero en realidad será así? ¿Cómo le habrá caído al presidente Andrés Manuel? El juego de las lealtades ha empezado. “Muera el rey, viva el rey”.
Lo cierto es que ya hay muchas señales que envía el presidente Andrés Manuel para pensar que tiene los mismos sueños húmedos que tuvieron muchos expresidentes quienes pusieron a sus alfiles pensando que alargar su mandato presidencial.
Nadie desde Plutarco Elías Calles, lo ha vuelto a lograr. El poder de la banda presidencial se ha impuesto.
Eso sí, en el pasado ningún presidente de México se quedó como dueño de los pilares en los cuales descansa la presidencia. El dinero a través del control de la Secretaría de Hacienda; del garrote de las armas a través de la Sedena, FGR y ahora el narco; y de la operación política a través de su partido hegemónico en este caso Morena.
Andrés es dueño de Morena. ¿Y seguirá con el control de las armas y del dinero?
Bueno ahí es donde se mandarán las siguientes señales.
Lo cierto es que legisladores y gobernadores pudieran ser los primeros en quedar presos en el juego de poder y de lealtades que se puede iniciar si Claudia efectivamente quiere ser la presidenta México. Si acepta el papel de títere, nada habrá de pasar. Todos jurarán y mostrarán lealtad a Andrés Manuel.
Se regresará a los tiempos de Plutarco Elías Calles. “En el Palacio está el presidente, pero el que manda está enfrente” se decía sin el menor pudor entre la clase política.’
¿Y hoy como se diría?
Lo cierto es que Andrés Manuel no da señales de querer soltar el poder y no está dispuesto a que se regateen ni dejar que no se acaten sus órdenes.
Septiembre será un mes clave para ver qué tipo de gobierno será el de Claudia y qué tanto gobernará. El presidente ya adelantó que sus hijos incursionarán en la política y todo apunta que su hijo Andy será el próximo dirigente nacional de Morena lo cual sería la ratificación o intento de que la política la seguirá haciendo Andrés Manuel y no Claudia.
¿Quien manda y quién mandará en México? Equivocarse puede ser la tumba política para varios personajes con proyecciones futuras.
Las cartas ya están tiradas.
Habrá que estar pendientes
PASO A PASITO.- PRI y PAN tienen que reorientar su futuro. A nivel nacional el PRI no ganó nada por sí solo. Su votación fue menor que la de MC y apenas tuvo el 11 por ciento de los votos.
En Sinaloa su votación también calló. De tener 6 diputados pluris ahora tendrá solo 4.
O los partidos se reencuentran con la gente y son una verdadera oposición para aspirar a ser de nuevo una opción electoral o les espera la misma suerte que al PRD. Van a desaparecer.
OTRO PASITO.- Que harán una gira nacional conjunta el presidente Andrés Manuel y Claudia Sheinbaum para agradecer la confianza depositada y de paso despedir a Andrés Manuel.
Veremos cómo se da la despedida y si hay nostalgia o más bien simulación.
Por cierto, el tipo de cambio abrió este lunes a 18:53 pesos por dólar. Sigue el nerviosismo en los mercados internacionales.
PASITO CHÉVERE.-
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