Emilio Trinidad Zaldivar
A pesar de las ventajas que conservan para las elecciones a gobernador en los estados de Puebla y Baja California, para Morena todo se puede descomponer por la confrontación interna que lejos de disminuir, arrecia.
La campaña para Miguel Barbosa no será nada fácil. Primero, porque su condición de salud, no le permitirá recorrer todas las comunidades y calles del estado, por lo que no podrá ser ni ágil ni dinámica, y porque al parecer hasta ahora, no ha mostrado tener verdaderos estrategas en materia de imagen y comunicación que le hagan planteamientos novedosos, fuera de lo común y rutinario, con mensajes auténticamente ciudadanos.
Aunado a eso, el senador con licencia Alejandro Armenta Mier, impulsado por el líder en esa Cámara, Ricardo Monreal, prepara más andanas en contra del ya candidato. No le importa la disciplina que dijo tener y defender. Si no soy yo, tampoco él, es lo que les dice a sus cercanos marinistas, que hoy echan el ojo a la posibilidad de trabajar en las sombras a favor del candidato del PAN porque al del PRI no le ven posibilidades. Todo con tal de descarrilar el proyecto de Morena en Puebla.
Ricardo Monreal, que tiene a su fiel escudero Alejandro Rojas Díaz Durán un día sí y otro también atacando a Yeidckol Polenski -aún y cuando termine siendo expulsado del partido-, considera que él debe generar condiciones para que se sienta su peso de coordinador de la bancada morenista en el Senado de la República.
Monreal, que no come lumbre y acuerda de manera directa con el presidente, hace su juego, tira piedras y las recoge, con la intención de que a la larga sea considerado para la sucesión, sabedor de que al no ser parte del gabinete y del círculo cercano a Andrés Manuel López Obrador, la situación le es adversa y por ello cuesta arriba.
Por esa razón de que tiene su agenda propia y a veces arranca sin marcha, no fue el candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, cuando tenía todo para ganarla. De estar despachando desde el palacio del Ayuntamiento, en el zócalo, nadie ni nada lo pararía. De hecho, López Obrador consideraba previo a las elecciones del 2018, que Claudia Sheinbaum Pardo -la más cercana a los afectos del presidente- fuera la coordinadora de su campaña, pero no podían dejar pasar al zacatecano Monreal Ávila.
En fin, ya veremos con qué salen los senadores del bloque que favorecen al truculento Alejandro Armenta Mier para con el tiempo exponer: ya ven, se los dije. Mientras tanto, el ex priista seguirá haciendo corajes porque el gobernador Guillermo Pacheco Pulido no moverá de la Secretaria General de Gobierno a Fernando Manzanilla, hábil y talentos político y estratega que mucho aporta y aportará para beneficio de Puebla en los años por venir.
Con todo y la descarada guerra que le hacen desde las filas de su propio partido, Miguel Barbosa será gobernador y seguramente por su experiencia y capacidad, dará buenos resultados.
En la frontera norte tampoco le será fácil a Morena
En Baja California las cosas tampoco pintan bien para Morena luego de los desprecios que le hicieron a Jaime Martínez Veloz, que quiérase o no también es cercano al presidente, aunque no tanto como lo es el multimillonario Jaime Bonilla.
Martínez Veloz se habría conformado con la candidatura a la presidencia municipal de Tijuana, desde donde sin problema alguno trabajaría para bordar su candidatura al gobierno del estado, pero las intrigas y torpezas políticas lo dejaron fuera de toda posibilidad y ahora les hará un hueco enorme desde el moribundo PRD como candidato pero a suceder al corrupto de “kiko” Vega de la Madrid.
Lo peor es que para Jaime Bonilla, que había trabajado mucho para que el siguiente gobierno fuera por cinco años y no de dos y valiera la pena llegar a palacio de gobierno, ahora se tendrá que conformar con dos y dejar el camino de seis para otro.
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